Carlos F. Sáenz
Publicado 2022-09-22
Como Citar
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Resumo
Carlos F. Sáenz (Ciudad de México, 1964)
Artista plástico a lo Chomsky (por genética); creador de objetos sin notarlo; fotógrafo obseso, ávido traductor de los mensajes en las imágenes que el destino deja desperdigadas por todos lados. Escribe y pinta para dejar atrapadas algunas cosas de la vida. Entre sus andares se ha desempeñado como periodista en la fuente cultural, enfocándose en las manifestaciones de la cultura urbana y de movimientos underground; locutor certificado, participando en programas radiofónicos en México y en los Países Bajos (programa “Radio Corazón”, de noticias y resistencia para hispanohablantes emitido por Radio Patapoe, una radio pirata/comunitaria); diseñador gráfico e ilustrador; Desarrollador Comunitario por la Universidad de México, Profesor de arte para personas mayores de edad con discapacidad, en la Escuela Roosevelt de Montevideo, entre otras cosas, la mayoría por venir.
Soy artista plástico mexicano/uruguayo, y desde hace 40 años expongo mi trabajo. He realizado más de 100 exhibiciones individuales y otras tantas el colectivo tanto en México, Uruguay, Italia, Países Bajos y Alemania. Sobre mí y mi obra se han publicado reportajes en medios de comunicación impresa, radio y TV, se han editado tarjetas postales, afiches y gran diversidad de obra gráfica gracias a mi colaboración con ONG´s, con EMLA (Exiliados y Migrantes Latino Americanos) y otras fuerzas promotoras de los derechos, principalmente en Ámsterdam, Países Bajos y en Roma, Italia.
Sigo mis convicciones y compromisos como ser humano, por lo que el arte que presento siempre tiene que ver con la persona humana, sus ideas y sus circunstancias. Brindo conceptos con figura humana, siempre desnudos, pues ponerles ropa es dotarles de atributos a veces indeseados. Admiro y respeto la enorme lucha de la mujer en pos de sus derechos y de la igualdad que le corresponde, es la otra mitad de la humanidad y es quien realiza las hazañas más impresionantes en esta época, esto me consta pues fui educado por mi madre, quien al enviudar a los 28 años además de sacar adelante otros tres hijos y otras tres hijas, supo darme las alas del fénix.
Estoy en eclosión, lo que brote de mí seré yo. Por eso me he dedicado a desechar espejos viejos (no tengo sitios web, los borré hace tiempo) para no toparme con falsas realidades, detesto la idea de ser una anécdota que no tiene más futuro que el de replicarse.
Pretendo iniciar una nueva marcha, quizá de otros 40 o 57 años, con la finalidad, la curiosidad, de brotar de un buen espejo y encontrar lo que entonces estaré creado, y juzgar si por fin habré conseguido algo más que agitar ideas de colores.
Sobre las obras presentadas en la revista Estudios Latinoamericanos
Esta exhibición coincide con la celebración de mis 40 años como artista plástico, comencé a exponer a los 17 años. Mi intención no es mostrar una retrospectiva, cosa que sería casi imposible pues tendría que localizar, solicitar en préstamo para la exposición obras mías que ahora están en colecciones particulares en diferentes puntos del planeta y luego regresarlas. No me apetece tal ajetreo.
Lo que tengo planeado es ofrecer el encanto de la luz tras el primer parpadeo. Este parpadeo es mi percepción de quién soy ahora, no de quién he sido a lo largo de un camino de 40 años. Afortunadamente he seguido una senda que me ha traído a la libertad, pero también a la soledad interna, sí, la libertad es el proceso de ser uno mismo, así, en singular.
La obra que genero es vínculo entre esta libertad y la mente de quien observa, donde cada obra es un elemento de la sociedad en la que se incrusta y expresa el mensaje de “somos lo que vemos”, pero va más allá del espejo y sus caprichos es una nueva y primordial ventana mágica que permite mirar otras cosas en un ambiente perteneciente al cosmos en ebullición que anida en mis neuronas más privilegiadas.
Pues bien, esta muestra ofrece los resultados de la luz en mis nuevos parpadeos, metafóricamente hablando (o creando) brindo otra forma de ver la vida y sus cosas.
Esa nueva luz renueva los parpadeos, pero ojo, hay que notar que toda esa semilla de luz que no entre por nuestros ojos y que baña nuestro ser por un momento, seguirá su camino hacia la eterna parcela de la paradoja, quizá rescatada por las azarosas redes entretejidas por las miradas perdidas. Toda luz necesita una mirada para detenerse a compartir su mensaje, de otra manera se convierte en distancia que habla consigo misma.
Como puedes ver, soy un artista conceptual que usa el realismo mágico y la construcción de objetos como vectores, no como finalidades. Con esto quiero decir que el fin del arte es siempre más trascendente que la simple cosa creada, lo que importan es la idea y la luz que de ella emanan.