Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno1. Héctor Altamirano2 Resumen: Este artículo aborda diversos aspectos de las democracias contemporáneas construidas a partir de la década del “setenta” del siglo pasado. En dicha década el capitalismo impulsa una serie de cambios que llevan a la recomposición del sistema mundial, quedando Estados Unidos como superpotencia militar. En el plano social se empiezan a apreciar los aspectos que llevarán al hiperindividualismo, llegando a declararse la muerte del sujeto y junto a él todo rasgo de un proyecto comunitario. Como contrapartida a ese mundo dominante, pero no hegemónico (Calveiro, 2012), comienzan a construirse proyectos con otra lógica que la dominante. Esos procesos son identificados en este trabajo como semillas de un proyecto transmoderno, las cuales desarrollarán en un futuro las democracias para la liberación. La lógica de estos procesos (no exentos de contradicciones) es la que hoy necesita la humanidad y el planeta para poder seguir existiendo. Palabras clave: democracias, liberación, sujeto, transmodernidad. Abstract: This article addresses diverse aspects of the contemporary democracies which were built since the 1970’s. During said period, capitalism causes a series of changes that Recibido: 24.04.16 Aceptado: 27.12.16 1 Una primera versión de este trabajo fue aceptada para ser presentada en el XIV Encuentro Corredor de las Ideas del Conosur, Democracia, Derechos Humanos, Integración e Identidad: Realidad y Desafíos. 13, 14 y 15 de julio de 2016. Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas. Asunción-Paraguay. En la Mesa Temática 4: Pensamientos de Nuestra América: Historia y Desafíos. 2 Estudiante en la Maestría en Ciencias Humanas, Opción Estudios Latinoamericanos, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UdelaR. Integrante del Grupo de Estudios en Políticas y Prácticas Educativas, Instituto de Educación, Departamento de Pedagogía, Política y Sociedad. Mail: Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 249 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 leads to the restructuring of the global system, leaving the United States of America as a military superpower. On the social level, individual aspects develop to an extreme, declaring the death of the subject, and with it, every feature of a community society. As a reaction to this dominant world, yet not hegemonic (Calveiro, 2012), projects with a different logic than the ruling one, are born. Those processes are defined in this paper as seeds of emancipatory societies, which in the future will develop democracies for liberation. The logic of these processes (not exempted of contradictions) is the one both, humanity and the planet need right now in order to continue to exist. Key words: democracies, liberation, subject, transmodernidad. Introducción3 El objetivo general que sigue nuestro trabajo es el de intentar desarrollar una reflexión crítica sobre las democracias hegemónicas y nuestras sociedades contemporáneas. Para que dicho intento de reflexión crítica sea profundo, hacemos nuestra el sentido de la obra de pensadores que se inscriben en el pensamiento crítico latinoamericano. Nuestro humilde y breve trabajo busca pensar “desde” nuestra América los procesos que se están desarrollando en nuestras sociedades y en las democracias hegemónicas actuales. Un posible aporte para superar el tiempo en el que vivimos, es el de plantear como hipótesis de otra sociedad a las democracias para la liberación. Estas nuevas democracias serán deudoras de lo que Bautista (2014) y Dussel (2001) han denominado como transmodernidad4. En un intento de ser concisos, podemos decir que un proyecto transmoderno tendrá-tiene5 como centro a los dos elementos que hacen 3 Quiero agradecer a Andrea Martínez Lamberti por la lectura y sugerencias brindadas para mejorar la presentación de este trabajo. 4 Quien acuñó la palabra fue Dussel (2010) y Bautista (2014 y 2016), la retomó y la está profundizando y dando un sentido. Hoy Bautista ya está hablando de transmodernidad decolonial. En el trabajo se presentarán y retomarán las ideas que parecen centrales de dicho concepto. 5 Decimos tendrá-tiene porque hay algunas comunidades que tienen en su forma de vida aspectos de un proyecto transmoderno. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 250 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 posible la vida tal cual la conocemos: el ser humano y la naturaleza. Esta idea rompe con lo que sucede en nuestra época en donde ni la naturaleza ni el ser humano son considerados como centrales. Hoy son dos medios para obtener ganancias y acrecentar el capital. Tanto el ser humano como la naturaleza son considerados y respetados en los pueblos originarios de amerindia. Esta otra lógica (lógica de la vida) se contrapone a la lógica de la muerte del sistema (pos)moderno-occidental- capitalista. 1. Esbozos de cambios geopolíticos y culturales Este apartado busca presentar (de manera esquemática) los cambios que vive el mundo desde la década del setenta del siglo pasado. No es difícil advertir o sustentar la siguiente afirmación: el mundo cambió drásticamente desde finales de la década de los setenta del siglo XX. Ahora bien, ¿en qué ha cambiado el mundo?, ¿cuáles fueron esos cambios?6 Lo antes mencionado permite afirmar que vivimos en un nuevo mundo, en donde para algunos proyectos políticos Estados Unidos no solo dejó de ser una potencia mundial, sino que además (según estos mismos proyectos políticos) dejó de ser imperialista y los latinoamericanos deberíamos cambiar la relación con esta potencia. Lo oportuno y realista, plantean estos proyectos, sería realizar acuerdos comerciales y mantener políticas diferenciadas con la potencia del norte. En cierta forma7 estos proyectos políticos (que comúnmente se los considera progresistas y de izquierda), han cambiado la posición crítica que 6 Nuestro acercamiento a estos cambios será mínimo y parcial. En algunos aspectos culturales de estos cambios nos detendremos en el próximo apartado. 7 Con el desarrollo del trabajo nos daremos cuenta que la izquierda nunca ha cuestionado a fondo el sistema, pues siempre ha permanecido en una crítica interna al proyecto moderno. Y esto es lo que intentaremos demostrar. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 251 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 tenían respecto a la potencia del norte, pues era considerada la responsable del asesinato, la tortura y la opresión de millones de personas en el mundo entero8. Como ya expresamos, desde la década del setenta el mundo comenzó a cambiar drásticamente. A partir de ese momento la geopolítica a nivel global está sufriendo una serie de variantes, las cuales se vieron profundizadas con la caída del socialismo soviético. Desde entonces Estados Unidos busca imponer un mundo unipolar. Prueba de ello fueron “Las invasiones a Granada en 1983, a Panamá en 1989 y la Guerra del Golfo en 1991 [ellas] fueron parte de un nuevo escenario en el que los Estados Unidos ocuparon el lugar de superpotencia militar” (Calveiro, 2012: 47). También podemos ver que “la invasión a Irak [2001] fue un verdadero parteaguas”, en cuanto a que evidenció las atrocidades cometidas por la mayor potencia militar del planeta y por la imposibilidad de legitimar su accionar irracional (Calveiro, 2012: 51). En la reestructura o reorganización mundial antes mencionado, vemos que los Estados Unidos se afirmarán como potencia y tomarán a la guerra contra el terrorismo y la guerra contra el crimen como pretexto para dominar al mundo entero (Calveiro, 2012). Como también expresa Acosta: “Se trata de una guerra global que George W. Bush9 ha declarado al mundo, promoviendo 8 En estos proyectos políticos que han cambiado su posición respecto a las relaciones internacionales que hay que mantener con los Estados Unidos se encuentra el gobierno del Frente Amplio en Uruguay. Para profundizar en este sentido puede consultarse la obra de Julio A. Louis “¿Integración para la servidumbre o para la liberación? El imperialismo y los gobiernos del Frente Amplio”, 2015. Estos cambios de posicionamiento político podrían haber impulsado el relato del “nuevo Uruguay”. Este relato hace referencia a que el Uruguay estaría a un paso de dar el “salto” hacia el mundo desarrollado, a un paso de ser un país moderno. Este relato tiene su inicio en la llegada al gobierno del primer gobierno del Frente Amplio en el 2005, momento en el cual la historia política del país se habría quebrado en un antes y un después. Hoy entrado el 2016 el relato comenzó a desvanecerse tras la inminente caída de los precios de las materias primas que exporta el Uruguay. Este hecho, entre otros motivos, evidencia que el relato del “salto” era demasiado endeble. O quizá a nuestro país le toque este rol en este proyecto moderno: ser mero vendedor de materias primas y esperar los vaivenes del mercado internacional. 9 Nos parece importante recordar un hecho objetivo al respecto: Bush fue invitado y visitó Uruguay en el año 2007. El Presidente Vázquez y Bush ofrecieron una conferencia de prensa. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 252 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 un cambio de paradigma […], procurando su legitimación por la sustitución del fantasma del comunismo por el del fundamentalismo y su identificación con el monstruo de[l] terrorismo” (Acosta, 2008: 191). Obama ha continuado en esta misma línea de acción. Y todo hace suponer que Trump hará también la misma política. Entonces, ¿es posible anunciar la “retirada” del círculo de los poderosos a los Estados Unidos?, ¿se puede afirmar que este país no es imperialista luego de conocer su proceder en Afganistán e Irak?, ¿para qué tiene repartido en el mundo entero sus bases militares?10 Otro ámbito en el que hubo cambios en las últimas décadas es en la vida cotidiana. Así podemos percibir que las relaciones humanas, los vínculos de amistad y familiares, los lazos de solidaridad (entre otros asuntos) han cambiado. El “ritmo” de vida se ha acelerado y parece no existir un momento de pausa para la reflexión y el diálogo. Esto puede tener relación con la “explosión” de una nueva era de las telecomunicaciones (o con la profundización de la misma) y las redes sociales. Estos cambios comunicacionales, parecerían estar influyendo en la forma en la cual los seres humanos se vinculan. Esta novedad parece ir de la mano con “el Allí el Presidente uruguayo afirmó: “Usted representa a un pueblo que es amigo del pueblo uruguayo” y agregó [ambos países compartimos] “la defensa de la democracia como organización y funcionamiento de nuestras sociedades […], la defensa de las libertades y luchar permanentemente en mejorar las condiciones de vida de nuestra gente, dándole trabajo, educación y salud. [estos] son elementos comunes que nos permiten augurar que podemos trabajar juntos en el futuro”. El Ministro de Economía Danilo Astori afirmaba lo siguiente luego de la Cumbre entre los presidente de Uruguay y los Estados Unidos: “Creo que estas reuniones aunque sean con agendas muy abiertas permiten sembrar una semilla para el futuro, en el caso de Uruguay nuestras inquietudes tienen que ver con el comercio y las inversiones, que es lo que más necesita Uruguay hoy” (Montevideo Portal, 12-3-2007). En el año 2011 el Presidente Vázquez (y por tanto el Gobierno del Frente Amplio) reconoció que le solicitó el apoyo militar a los Estados Unidos ante una eventual guerra con Argentina por el diferendo suscitado por una mega inversión en las aguas del río Uruguay (180.com.uy, 12-10-2011). Como podemos apreciar, los hechos objetivos demuestran que el gobierno uruguayo considera al país del Norte como un aliado del Uruguay. Y esta es otra demostración del pensamiento colonial de los gobernantes uruguayos (especialmente del Ministro Astori), pues queda encerrado en las reglas de juego que le brinda el proyecto moderno. 10 Como afirma Calveiro: “Los Comandos Norte, Sur, Centro, Europeo y del Pacífico cubren la totalidad del planeta” (2012: 53). Un análisis detallado al respecto de este punto puede consultarse en Borón (2013). Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 253 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 triunfo cultural del capitalismo […]. Hoy día asistimos a la revolución individualista, al nacimiento de sujetos sumisos que han desarrollado una hiperactividad en torno a las dinámicas de la economía de mercado” (Roitman, 2015). Este individuo es el que sostiene la sociedad solitaria (Altamirano, 2015), es el que marcha atrás del consumo y busca obtener placer y goce a como de lugar. Creemos necesario apuntar otra novedad (quizá esta última sea más reciente) que circula en diversos espacios: es necesario superar las ideologías pues estas son un lastre pre-moderno y son percibidas como un obstáculo para arribar finalmente a ser un país desarrollado. Aunque para algunas posiciones teórico-políticas sea un tema superado, creemos necesario insistir una vez más: los expertos y/o técnicos juegan un rol político en cualquier proyecto. Y estos tienen ideología, no son actores neutrales. Ante esta situación creemos válido preguntarnos: ¿cómo fue posible llegar a esta dinámica en la que vivimos?, ¿los procesos históricos se dan naturalmente o hay seres humanos que intervienen en la historia?, ¿dichos seres humanos no tienen intenciones en su hacer cotidiano?, ¿todo lo que ocurre en nuestra región ocurre por ser una zona periférica en un mundo global?, ¿influye en lo que sucede cotidianamente en nuestros países el pago de los intereses de la deuda externa?, ¿por qué casi no se habla de esta deuda y se acepta el pago de los intereses de la misma?11, ¿acaso no es una forma de mantener la dependencia? 11 Al respecto consideramos que siguen siendo válidas y vigentes las palabras de Rebellato: “El pensamiento único se consolida en la medida en que se profundiza el proceso de naturalización. El mundo de la normalidad crece continuamente, en la misma proporción que disminuye nuestra capacidad crítica y la percepción de posibilidades históricas de cambio. Quizá uno de los ejemplos más elocuentes de este proceso de naturalización y normalización del sentido común y del sentido político es la amnesia histórica ante el problema de la deuda externa. Terminamos aceptando que es una realidad inmodificable, parte constitutiva de nuestra visión del mundo. La deuda externa se convierte en una deuda eterna e inmodificable. Hay un silencio en torno a este problema. La incapacidad de pagar una deuda creciente se traduce en la más absoluta dependencia. La aceptación y naturalización de la deuda externa de América Latina significa permitir el afianzamiento de condiciones de destrucción de la vida, de sumisión a las políticas diseñadas por los centros acreedores y de clausura del horizonte de las transformaciones posibles” (Rebellato, 2000: 27). Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 254 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 Y con respecto a las relaciones humanas y la “revolución individualista”: ¿hasta dónde la lógica del capitalismo tardío (y en última instancia del proyecto moderno) lleva a una dinámica que quiebra las relaciones humanas básicas?, ¿hasta dónde el actual capitalismo deshumaniza a los seres humanos?, ¿cuánto tiene que ver la razón instrumental impuesta desde la modernidad con lo que vivimos hoy? Teniendo presente que el avance feroz de las telecomunicaciones como una de las características del capitalismo actual: ¿este avance no reproduce y ensancha las diferencias entre los países centrales y los países periféricos?, ¿la tecnología no es desarrollada en las economías centrales?, ¿la tecnología no se ha convertido en un fetiche para los seres humanos que parecen no poder vivir sin celulares o si no cuentan su vida en las redes sociales?, ¿la humanidad no vive hoy un tiempo de alienación planetaria?, ¿o pensamos que hoy somos más libres como humanidad que hace dos o tres siglos? 2. Tiempo expropiado y alienación Teniendo presente lo antes mencionado nos parece importante detenernos en este último punto y esbozar una serie de reflexiones sobre el tiempo y la alienación que hoy padecemos como humanidad. Uno de los aspectos que mas podemos apreciar como deshumanización es la fugacidad del tiempo. Ya no tenemos tiempo para nosotros, ya no tenemos tiempo para estar con otros, ya no tenemos tiempo para un buen comer: el “Fast Food no sólo es un tipo de comida, sino un estilo de vida” (Vega Cantón, R, 2012). Ya no tenemos tiempo para disfrutar de una conversación, ya no tenemos tiempo para leer una novela, ya no tenemos tiempo para una relación íntima. Sufrimos (sin darnos cuenta) una “expropiación del tiempo”: “con la universalización del capitalismo lo que hoy se está viviendo es la plena “subsunción de la vida al capital”, que implica que se han Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 255 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 mercantilizado y sometido a la férula del tiempo abstracto todos los aspectos de la vida” (Vega Cantón, R, 2012). De esta manera la vida pasa sin parar. Sin parar y sin aparente sentido12. El presente capta toda la atención de los seres humanos; el placer a través del consumo pasa a ser el objetivo de la masa. El consumo pasa a ser una quimera que se persigue sin pausa, pues siempre hay algo nuevo para comprar. Creemos que ese objeto que no tenemos nos hará felices y corremos para tenerlo. De esta manera nuestra subjetividad y nuestro ser se pierden detrás de las mercancías. El que no acepta y cuestiona13 lo que sucede en la sociedad no gozará del beneplácito del sistema. En el presente parece que lo más valorado socialmente es enriquecerse (no importa cómo), adular a los “triunfadores”, evitar las cuestiones o temas incisivos que puedan ser una crítica al sistema. Un sujeto que intente ser crítico será observado por la sociedad y por el “sentido común legitimador de la matriz mercadocéntrica” (Acosta, 2005: 253) como un desganado, como alguien que no quiere progresar, como un resentido social que no entiende el espíritu positivo de los nuevos tiempos y que no se esfuerza lo suficiente para superarse. El cuestionar la sociedad contemporánea y pensar en otras formas de vida, otras formas de entender e interpretar la realidad, el criticar la realidad real pasa a ser visto como un delirio, es considerado una imperfección, un yerro fatal. Los que se atrevan a pensar y discutir estas lógicas podrán ser vistos como seres extraños. En ocasiones serán tildados de molestos, anticuados, 12 Aunque no lo percibamos siempre hay un sentido en lo que hacemos. Todas nuestras acciones están condicionadas por lo que mueve en última instancia al sistema en el que vivimos: el dinero, las mercancías, los contratos. 13 En el caso de colectivos que se opongan, denuncien y se movilicen para cambiar la marcha del sistema serán lapidados simbólicamente en los medios de comunicación y serán perseguidos por las autoridades de diversa manera. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 256 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 fuera de época, etc. De esa manera vivirán en un no-tiempo o en otro tiempo en este tiempo. ¿En cierta manera habrán logrado (quizá mínimamente) trascender y resistir su tiempo, pues su tiempo no pudo ser expropiado totalmente por la lógica del capital que busca que los seres humanos no pierdan tiempo en cuestionamientos al sistema, pues al cuestionar no se está siendo competitivo al cien por ciento, no se está aprovechando toda la energía en superarse y superar al competidor que lo está asediando para ocupar su lugar? ¿Por qué (nos) llama la atención que casi no exista un pensamiento crítico y/o movimientos capaces de enfrentar al sistema dominante y que se opongan a la realidad que vivimos?; ¿acaso nos olvidamos (o no podemos recordar) los planteos de Marx y sus legados, acerca de la alienación que se provoca a partir de que el capitalismo se vuelve un proyecto dominante en los países que marcan la tendencia en el mundo ya en el siglo XIX?; ¿nos olvidamos del fetichismo de la mercancía y la deshumanización del ser humano y que en definitiva es el ser humano el que termina siendo una cosa aunque algunos sueñen/crean que es posible construir un capitalismo con rostro humano? (Altamirano, 2013) Hoy en pleno siglo XXI, creemos que los procesos de alienación no desaparecieron, sino todo lo contrario. Vivimos en un mundo cada vez más alienante, en donde los seres humanos viven y aceptan (sin cuestionarse) el lugar que les ha tocado en la sociedad y aceptan la sociedad tal cual es, sin siquiera imaginar otra. Como explica Ranieri: “En un plano más complejo, el de la generalización histórica de la alienación, vemos que esta se configura en última instancia como la comprensión y aceptación de lo cotidiano de la vida como algo ineluctable, irrevocable. El lugar de esta conformación es bastante notorio, identificable tanto en la esfera teórica como en la práctica: va desde la opción intelectual por la supuesta irreversibilidad de la solidez Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 257 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 de la economía de mercado fundada en la prosperidad tecnológica, hasta las reivindicaciones sindicales que se articulan en los límites de las concesiones ofrecidas por el capital, sin que la “teoría” y la “práctica” se pregunten si la lucha debería tener o no como meta un proyecto más allá del capital…” (Ranieri, 2012: 123). 3. El sujeto se presenta y desaparece: del sujeto pleno a la muerte del sujeto En este apartado intentaremos poner el foco en un aspecto que consideramos central para pensar en otro tipo de sociedad como las que soñamos (las democracias para la liberación14): los sujetos. Éstos en definitiva son los que realizarán los cambios necesarios para construir esa nueva sociedad. Por lo expresado en el apartado anterior y teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad con seres humanos alienadas, podemos afirmar que hoy el sujeto no existe. Compartimos lo expresado por Grüner en cuanto que el “sujeto pleno de la modernidad, aquel sujeto del cogito, sujeto transparente ante sí mismo, fuente unificada y “monádica” de todo conocimiento y razón, sujeto universal y abstracto, des-historizado, `eterno ” […] (Grüner, 2011: 63) [ya no existe desde hace un par de décadas, pues como afirma el mismo autor desde la posmodernidad] “el sujeto [se convirtió en] “fragmentado”, “disperso”, […]. Este es un No- Sujeto […] este a-Sujeto, es exactamente el negativo […] del Sujeto Pleno.” (Grüner, 2011: 63)15. 14 Para irnos aproximando a esta categoría consideramos importante plantear que estas democracias trascenderán a una mera forma de gobierno, trascenderán a las meras reglas de juego de la poliarquía, para convertirse en una experiencia distinta a la que hoy conocemos. Estos son nuestros primeros pasos en estas ideas. 15 Creemos importante remarcar que este sujeto pleno era el sujeto eurocéntrico-occidental: hombre, blanco y propietario. Éstos eran considerados sujetos plenos. El resto de la humanidad no eran tales. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 258 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 Este parece ser el meollo del asunto: sin sujeto (o con un no sujeto), ni siquiera podemos imaginarnos otro proyecto distinto al del capital, que subvierta y cambie la lógica dominante (el afán de lucro y su reproducción) por una lógica en que los seres humanos puedan construir-crear espacios y tiempos para desarrollar plenamente sus potencialidades, para que puedan ser en todo momento de su vida, en todas las actividades diarias y cotidianas. Incluyendo por supuesto el trabajo, el esparcimiento y poder participar en las actividades de la cosa pública y poder definirlas, etc. Un otro proyecto transmoderno (en el que podrían estar las democracias para la liberación) necesita de la existencia de sujetos, en contraposición con el no sujeto que hoy existe. Quizás pensar, imaginar y escribir sobre estos otros mundos posibles y la necesidad de la aparición de sujetos en pleno dominio del capitalismo, en donde el extractivismo y el modelo de desarrollo capitalista casi no son discutidos, en donde (casi) no hay lugar para dudar de las bondades de dicho desarrollo. En donde no hay reparos si llegan inversores para cultivar toda la región con soja transgénica (o cualquier otro mono cultivo) o extraer hierro, petróleo, gas, etc., pues esto alimenta el mito del desarrollo que traerá aparejado el pasaje al “primer mundo”16, es ya estar realizando ese otro mundo. La lógica del sistema es justificada -se quiera o no- desde diversas posiciones y ésta lógica niega como veremos a los sujetos. Una de estas justificaciones la podemos encontrar en la obra “América Latina en la geopolítica del imperialismo” de Atilio Borón17. En los capítulos 6 y 7 de dicha 16 Este “primer mundo” liderado por las potencias occidentales, que son las que en definitiva exportan su estilo de vida al resto del mundo, abonando las visiones hegemónicas. Lo que ocurre realmente con las grandes inversiones es la reproducción del capital y de esa forma se reproduce la lógica del sistema (Svampa, 2012). Es la trampa en la que caen una y otra vez quiénes buscan salir de la dependencia mediante las inversiones extranjeras directas. 17 Como plantea Grüner: “Ya no estamos en tiempos de los “ideólogos”, ya el capital no requiere racionalizaciones ni justificaciones (…): el capital, simplemente, sigue adelante; y precisamente por eso la crítica más importante, hoy, es la que podamos hacernos entre Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 259 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 obra se enfrentan visiones que son presentadas como pachamamismo vs extractivismo. En este enfrentamiento, explica el autor, los gobiernos de izquierda tienen el siguiente dilema a resolver: ¿es posible sacar de la pobreza a las poblaciones más necesitadas, a las poblaciones excluidas del festín de la abundancia, sin buscar y desear las grandes inversiones de capitales trasnacionales, es decir sin explotar los recursos naturales de esta zona del mundo? Sin forzar demasiado la posición de Borón, podemos decir que quizá el dilema lo tenga el autor de la obra citada, pues los gobiernos progresistas caminan sin parar buscando las grandes inversiones (que el mito plantea que darán trabajo a la población), en definitiva dichas inversiones son percibidas como las que traerán el “salto al desarrollo”. Son las que permitirán el consumo tan deseado (aparentemente) por la población y de esa manera un mejor estilo de vida, próximo al de Europa y Estados Unidos. En nuestro humilde entender, al menos dos puntos hacen endeble el planteo tanto de Borón (como el de los gobiernos progresistas). El primero es que pretenden “sacar de la pobreza a las poblaciones más necesitadas”. Con esta concepción (que se vuelve acción en la concepción de muchas de las políticas públicas), con esta forma de hacer política vuelven objetos a las poblaciones que pretenden “salvar” y que potencialmente pueden ser sujetos. Por tanto podrían ser parte de cambios que se pretendan fomentar. Creemos que para continuar con nuestro argumento es necesario aclarar lo siguiente: el sujeto no nace, el sujeto es una construcción permanente, de allí que todos los seres humanos tengan potencialmente la posibilidad de ser sujetos. El sujeto se crea, se construye trabajando y modificando su ser y su entorno. Para esto el ser humano debe ser activo, curioso, deseoso. nosotros, los que decimos estar del mismo lado…” (Grüner, 2011: 28). Tómese estas críticas en este tono pues. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 260 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 Los seres humanos si se acostumbran (y se los acostumbra) a vivir de migajas, si se acostumbran a subsistir sin cuestionar, si se acostumbran y están conformes con su automóvil 0 Km (o uno usado), si se aceptan en definitiva los eslóganes publicitarios como la verdad, ahí el sujeto muere. Este no sujeto, este sujeto muerto, es el que habita hoy la sociedad, el que deambula de compras en los templos del consumo, el que vive a través de las redes sociales y de la noticia del día o del tema del momento. El segundo punto endeble que creemos tienen las posiciones de Borón y los gobiernos progresistas es una cuestión de fondo: el marco categorial en el que se producen estas posiciones. Tanto Borón como los gobiernos antes mencionados, continúan pensando en términos modernos. Como afirma Bautista: “La izquierda, en general, piensa que el problema es el capitalismo. Todavía no se dieron cuenta que, si no se cuestiona su fundamento, que es la modernidad, seguirá desarrollándose pese a sus constantes crisis” (2014: 28)18. Y el mismo autor nos dice que: “utilizar ingenuamente el marco categorial del pensamiento moderno conduciría de modo inevitable a reproducir, en la construcción de nuevos proyectos políticos, económicos, culturales o de vida, relaciones humanas, económicas, etc, de colonización. De este modo, queriendo ir más allá de la modernidad y su economía, que es el capitalismo, recaeríamos en lo mismo que ella ha devenido, aunque nuestro proyecto de vida, cultura o sociedad tenga otro nombre como socialismo democrático, socialismo del siglo XXI, socialismo comunitario, o algo así” (Bautista, 2014:72). 18 En el siguiente fragmento se puede apreciar la idea de “superar al capitalismo” como la resolución a los diversos problemas sociales (en este caso ecológicos). “(…) las raíces profundas de la crisis ecológica no se encuentran en la naturaleza, sino en la sociedad y, más específicamente, en el modo de producción capitalista. Por consiguiente, resolver la crisis ecológica sólo será posible mediante la superación histórica del capitalismo” (Borón, 2013: 107). Nada dice el autor sobre la “superación” y drástica “caída” del bloque socialista y su derrumbe. Esa podría ser una evidencia que nos lleve a pensar que la “superación” del capitalismo no alcanza si contiene la misma lógica de producción. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 261 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 3.1. El sujeto “fallado” y la posibilidad de un proyecto social transmoderno No es una tarea sencilla la de quebrar la lógica y el marco categorial moderno. La existencia y la presencia del sujeto se darán cuando este participe activamente en la cosa pública, cuando sea capaz de ser en lo cotidiano, de poder desarrollar sus capacidades plenamente. Esto no lo podrá hacer solo, pues: “el sujeto se construye como sujeto, se subjetualiza sólo en la medida en que reconoce a otro sujeto y es reconocido como tal. El movimiento del reconocimiento significa superar el momento objetivo del sujeto para que la relación sea de sujeto a sujeto” (Dri, 2007: 68). El fragmento anterior coloca otro punto importante a tener presente y a precisar: el sujeto aparece, se construye, se crea en colectivo, con y enfrentando a otros. Y es este sujeto, en definitiva devenido colectivo, el que podrá construir un proyecto transmoderno, en donde el ser humano pueda vivir y ser plenamente, en donde el planeta no esté en jaque por la lógica de la propiedad privada, del lucro y la explotación. Así es que este sujeto colectivo se opondrá a dicho sistema. Compartimos la posición de H. Gallardo que creemos se complementa con lo antes mencionado por Dri y damos un paso más intentando ser más precisos aún en este punto: “los seres humanos que organizada y críticamente se proponen y pueden cambiar el sistema social, son llamados aquí sectores populares19 o, si se prefiere, sujetos populares. Estos sujetos populares, sus 19 Creemos importante precisar este concepto citando en extenso a Gallardo: “El término `popular´ es polisémico. Puede usarse como sinónimo de ciudadanía (en la tradición liberal), por ejemplo, o como el variopinto sector de producidos como empobrecidos, vulnerables y sin prestigio/poder, diferenciado de los opulentos y capas medias, prestigiosas y con poder social cuya vulnerabilidad posee un carácter diverso al de los distintos segmentos populares […]. Que sean sector popular no implica que se comportamiento sea el de un sujeto colectivo. En este trabajo se utiliza `popular´ no como un término sino como una categoría de análisis. Se considera social y objetivamente `popular´a los sectores sociales e individuos que son objeto de dominación estructural (y, bajos ciertas condiciones, también situacional). Tal es el caso de los sectores (y pueblos) indígenas (…) determinados en sus condiciones de existencia por dominaciones de tipo económico-social, jurídicas, étnicas, raciales. Igual cosa puede señalarse de las mujeres determinadas por la dominación patriarcal y su ligamen con una cultura senoide Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 262 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 acciones, personificaciones, movilizaciones y movimientos, pueden ser conceptualizados como sujetos colectivos” (Gallardo, 2011: 78). En definitiva serán estos sujetos populares los que encarnarán un proyecto transmoderno que hoy es imprescindible si se pretende seguir con la vida en el planeta. Hay ejemplos de intentos de la construcción de proyectos transmodernos (con sus luces y sombras, con sus contradicciones). Así podemos nombrar los ejemplos de los zapatistas del EZLN en Chiapas-México, de los asentamientos y campamentos del Movimiento Sin Tierra en Brasil, del proyecto de viviendas populares de la FUCVAM20 en Uruguay, entre muchos proyectos e intentos de crear otro mundo. Todos estos esbozos de proyectos transmodernos, intentan romper (y rompen al menos en parte) con la lógica del sistema, buscan proponer, construir y crear un desarrollo social21 que marque una diferencia clara y contundente del concepto más estrecho y difundido de desarrollo, el cual proviene de una visión moderno-eurocéntrica, adherida a la idea de progreso y la ilustración (Adorno y Horkheimer, 2005). Además de estos (y otros muchos) intentos de perfilar una nueva humanidad que enfrentan al capital y la lógica moderna, existe una (sexismo, machismo, fijación genital). Los trabajadores asalariados constituyen asimismo un sector popular al quedar su existencia determinada por la lógica del salario y la economía política que el salario expresa. Sectores sociales populares son, por lo tanto, objetivamente, todos los segmentos de población, con sus diversas internas, que soportan o sufren una dominación, o varias, dominación o dominaciones que ellos no pueden alterar liberadoramente sin organización y movilización socio-política-cultural” (Gallardo, 2011: 78). 20 Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua, creada en 1971 continúa siendo hoy una posibilidad para lograr una vivienda digna para los sectores populares. Algunos rasgos importantes para destacar son que las viviendas son de propiedad colectiva, que existe la autonomía y la democracia directa para encarar el proceso de construcción de las viviendas y la organización de cada cooperativa. Pero quizá lo más importante sea la posibilidad que brinda dicha experiencia para formarse, conocer y difundir los principios cooperativos, los cuales son en potencia creadores/posibilitadores de un proyecto transmoderno. 21 Compartimos la siguiente definición contrahegemónica de desarrollo por considerarla un aporte para pensar-hacer los proyectos de liberación: “Para hablar de desarrollo es indispensable considerar no únicamente el ingreso monetario, sino otras muchas cuestiones que atienden al bienestar social, como pueden ser, entre otros: el acceso a la salud preventiva y la educación formadora y liberadora; la igualdad de género; la disposición de vivienda digna; el abasto suficiente, oportuno y barato de alimentos; el derecho al ocio, a la seguridad social y a la dotación de servicios urbanos –agua potable, drenaje, recolección y disposición segura e higiénica de los deshechos sólidos, alumbrado público, seguridad recreación […], así como un ambiente democrático e incluyente y la sustentabilidad que impida el deterioro del medio ambiente y la destrucción de los recursos naturales” (Ornelas, 2011: 232-233). Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 263 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 fragmentación de grupos que reivindican ser críticos frente al sistema imperante, ellos son calificados por Grüner como nuevos sujetos sociales: “…-las mujeres, los “étnicos”, los “pueblos originarios22”, los “verdes”, los piqueteros, los desocupados, los “globalofóbicos”, los foro-social- mundialistas, los gays y lesbianas, los transexuales, los “intervencionistas urbanos”, los squatters,- pueden ser, muy y bienvenidamente radicals”. [Y seguidamente el autor argumenta su posición al expresar lo siguiente] “en un sentido estrictamente “marxiano”, si el resorte fundamental del capitalismo es la fórmula plusvalía/explotación/alienación del trabajo, la “revolución” en la que se estuvo pensando la hará el proletariado, o más vale que pensemos en otra cosa. Por supuesto: esa “revolución” en la que se estuvo pensando no tiene por qué ser la única posible. Y no está escrito que “nuevos- viejos” sujetos –muy en particular indígenas y afroamericanos […] no puedan concebir y construir nuevas formas de articulación con el proletariado. Pero los mecanismos, las formas de praxis, los propios objetivos y la teoría de esa otra “revolución” tendrán que ser replanteados” (Grüner, 2011: 31). Hay dos aspectos que nos parecen importantes para detenernos en esta extensa cita. Por un lado es compartible lo afirmado por Grüner, en cuanto a que la aparición como hongos después de la lluvia de los “radicals” y la interminable fragmentación de las luchas sociales pues, hay que decir que muchos de estos “radicals” no forman parte de los sectores populares o al menos los sectores populares desconocen totalmente a estos movimientos. Si lo expresado anteriormente es cierto, entonces estos “radicals” no necesariamente llevan un cuestionamiento de raíz al sistema del capital, y en muchos casos pueden reafirmar (sin saberlo y sin tener dicha pretención) 22 En este caso el autor hace referencia a pueblos que resisten hace 500 años. ¿Pude hablarse de nuevos sujetos sociales? Creemos que no. En todo caso habría que aceptar que son la población negada sistemáticamente desde 1492 por los europeos y la modernidad. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 264 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 mediante el culturalismo extremo de la tolerancia y el respeto a la diversidad se cuela la idea de todo es válido. Y que por tanto no hay nada prioritario y/o central en la dinámica de la vida y es por ello que los que reclaman una bici senda en el centro de la ciudad son considerados como una raíz del “rizoma” que tarde o temprano resquebrajará el sistema cambiándolo radicalmente. Por otro lado queremos detenernos en otra parte de la cita, pues creemos que hay un problema a intentar dilucidar. El planteamiento de Grüner que fue citado más arriba, afirma que la revolución (es decir el cambio radical de la sociedad) tal cual fue pensada hasta hoy será llevada adelante por los obreros. Ahora bien, hoy en pleno siglo XXI y con unas cuantas evidencias históricas concretas, podemos afirmar que este grupo no es revolucionario de por sí, no por ser obrero se es revolucionario o se intenta construir un proyecto radical. En lo cotidiano, tanto en el ámbito familiar como en las organizaciones sindicales o en los lugares de trabajo, existen posiciones jerárquicas anquilosadas y naturalizadas, en donde la autoridad de hecho no es discutida ni reflexionada. Es asumida sin más (recordemos la alienación en la que estamos inmersos como humanidad). Para esto consideramos que recordar a Rebellato será esclarecedor y continúa hoy siendo vigente: “la sociedad en la que vivimos nos lleva a reproducir en todos los niveles las relaciones de dominación-dependencia (…). Espontáneamente no somos libres, sino que reproducimos dichas estructuras de dominación” (Rebellato, 1995: 195). Y esto puede suceder en los ámbitos de organización de los trabajadores, en nuestros lugares de trabajo, en las aulas, en las organizaciones políticas, etc. En este punto parece existir una tensión en la que muchas ocasiones y/o procesos históricos de cambio o en las organizaciones que llevan adelante Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 265 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 esos cambios o que plantean estar en contra del orden establecido, se contradicen con un proyecto realmente de cambio radical. Pues a la interna de estos grupos existen o se reproducen sojuzgamientos, opresiones y dominios que son parte de la sociedad que se pretende cambiar. Pero en el fondo el planteo de Grüner parece acertado, en cuanto a que debemos superar los planteos teóricos que fueron utilizados en el siglo XX para pensar otra sociedad. Dichos planteos del siglo XX estuvieron dominados por el conocimiento y categorías creadas en Europa y que nada tienen que ver con lo que sucede en nuestros países. Al decir de Bautista (2014) debemos pensar “desde” América Latina, con nuestros problemas. Un proyecto transmoderno en el plano empírico, deberá eliminar las diferencias jerárquicas, deberá tender a la horizontalidad, a compartir las diversas responsabilidades, para que de esa forma todos logren convertirse y hacerse sujetos. Quizás hoy lo revolucionario y lo que contribuya a un proyecto radical de cambio, comience por un aspecto muy básico y puntual, como recuperar o construir espacios que nos humanicen. Espacios y lugares en donde podamos discutir, imaginar y compartir nuestras inquietudes, nuestros miedos y sin sabores, nuestras broncas que trae aparejado intrínsecamente este sistema que gira alrededor del capital, dejando de lado a los seres humanos y utilizándolos como una mercancía más. Estos espacios deberán pensar y romper el dominio tradicional del pensamiento eurocéntrico que ha negado sistemáticamente la existencia de otros proyectos contrarios, opuestos, distintos del dominante desde el siglo XV con la conquista de América. A partir de ese momento la modernidad eurocéntrica comenzó a tomar fuerza, hasta llegar al mito de la modernidad (Dussel, 2001, 2010), en donde se ocultará todo elemento negativo de la misma (eliminación del distinto –exterminios de poblaciones enteras-, saqueos, Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 266 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 violencia hacia la mujer, el indio, el negro, el niño) para solamente presentar una idea de progreso infinita y sin contradicciones. Claro que este mito deja afuera justamente a quienes hoy muestran el camino de por dónde debería ir la humanidad si es que se pretende salvar a la vida humana y a la naturaleza: los pueblos originarios amerindios negados sistemáticamente desde hace más de 500 años. Parece que en estos pueblos podría estar la llave para superar la crisis del mundo europeo-posmoderno- occidental que tanto estamos padeciendo en estas tierras y en el mundo entero. No parece ocioso aclarar que estos procesos de liberación deberán tomar los legados del pensamiento europeo no eurocéntrico para pensar y reflexionar acerca de lo que sucede en el mundo para afirmar y construir un nuevo mundo a partir del mundo existente. Pero como decíamos anteriormente siempre pensando los problemas “desde” nuestra américa. 4. Consideraciones finales Al parecer hay al menos dos elementos que (nos) han quedado claros a lo largo de este breve trabajo: por un lado la necesidad/urgencia de construir un proyecto de sociedad transmoderno que implique fomentar las que hemos registrado como democracias para la liberación. Por otro lado, que dicho proyecto en nuestro tiempo no es una tarea sencilla (ni siquiera imaginarlo; ¿acaso alguna vez fue sencillo imaginarse cómo sería una nueva sociedad?). La internalización de la lógica del sistema dominante lleva a que cada individuo busque su salvación en la selva que es la sociedad desde que se instaló el capitalismo y luego su fundamentación: la modernidad. La deshumanización a la que hoy nos vemos sometidos lleva a naturalizar prácticamente todo lo que sucede a nuestro alrededor: el cambio climático, las relaciones humanas basadas en el interés y no por el placer de compartir y crecer como seres humanos, las enfermedades producidas por el ritmo Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 267 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 vertiginoso con el que vivimos y por el interés de quienes lucran con la medicina23, etc. Hoy se podría afirmar que se impuso en la humanidad la siguiente tesis: cada ser humano es responsable de su destino. Una lectura apresurada podría pensar/entender que esto se dirige en la misma dirección que las posiciones sartreanas. Sin embargo hay profundas diferencias, diferencias de fondo entre estas dos posiciones. El existencialismo sartreano considera al ser humano responsable de sus actos, de sus acciones y decisiones, en definitiva de su vida. Pero este ser humano actúa en una sociedad con historia, en un lugar social puntual y desde ese lugar es que el ser humano tomará y realizará sus acciones, teniendo en cuenta su lugar. Pero sus acciones serán pensando en los demás, pues él es responsable por toda la sociedad. Y éste es el punto de diferencia de fondo con el individualismo que hoy prevalece y arrasa la sociedad: hoy el ser humano se “salva” o “triunfa” solo y si es necesario hunde a quienes están a su alrededor para “salvarse” o “triunfar”. Como ya afirmamos líneas arriba, el proyecto transmoderno comenzará a vislumbrarse cuando las prácticas en las organizaciones, movimientos sociales, partidos, el barrio, las instituciones educativas, la familia, comiencen a humanizar a los seres humanos. Esto es primordial y básico para poder imaginar cualquier proyecto que intente romper el orden establecido. 23 En este sentido señala Díaz Berenguer, “La forma actual de la organización de la sociedad occidental provoca, por otra parte, la mayoría de las enfermedades a la que nos vemos enfrentados, renunciando al axioma popular “prevenir es más fácil que curar”. La sociedad de consumo, proyectada en el terreno de la alimentación y de la satisfacción del ahorro energético del cuerpo humano por la imposición de un electrodoméstico o una prótesis electrónica para suplir toda actividad física, ha desencadenado la actual epidemia de obesidad, hipertensión arterial, alteraciones de los lípidos, diabetes, y –en última instancia- los males del momento: el infarto cardíaco, el accidente cerebral, y la insuficiencia renal, entre otros. La extraordinaria y onerosa tecnología médica actual busca soluciones para los problemas luego de instalados, cuando sería mucho más eficaz prevenirlos por medio de la regulación de las empresas de alimentos y de giros culturales que generaran actividad física regular en los habitantes del planeta. Gran parte de las adicciones de riesgo son también fomentadas por la publicidad o por la misma ciencia: la adicción más frecuente de la que no se discute es el consumo de psicofármacos inducido por médicos psiquiatras” (Díaz Berenguer, 2013: 66- 67). Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 268 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 En otras palabras o intentando ir al fondo del problema comenzaremos a transitar un proceso liberador y revolucionario cuando asumamos “la idea de Suma Qamaña, que se podría traducir como “vivamos bien” (…) en comunidad entre nosotros, con relaciones de respeto, responsabilidad y solidaridad entre nosotros y entre nosotros y la naturaleza” (Bautista, 2014: 256). Para que se construya un nuevo fantasma y recorra el mundo (y no solamente Europa), además de humanizar lo que se menciona antes, se debe quebrar el dominio del pensamiento y la forma de vida impuesta por la civilización occidental y eurocéntrica desde 1492 en adelante. Dicha cosmovisión ha dejado fuera de la historia mundial y ha negado a todas las regiones y culturas dominadas por Europa occidental y Estados Unidos. África, Asia y América Latina no logran proyectarse y ser cabalmente (son ecos de la cultura eurocéntrica). Si estos tres continentes, continúan corriendo de atrás a los “mitos” creados por el centro mundial, nunca lograrán ser. Para esto es imprescindible un proyecto social transmoderno, en donde sus poblaciones logren posicionarse como sujetos vivos y sujetos como sujetos (Acosta, 2011). ¿Seremos capaces de inventar un (nuevo) proyecto social que cuestione la indiscutida dictadura del mercado en la que vivimos y logre superar el marco categorial moderno? Sólo este proyecto logrará evitar la muerte de todo ser vivo que habita en el planeta. Bibliografía ACOSTA, Y (2011), La constitución del sujeto en la filosofía latinoamericana, en Grüner, E. (Coord), Nuestra América y el pensamiento crítico latinoamericano. Fragmentos de Pensamiento Crítico de Latinoamerica y el Caribe, Buenos Aires, CLACSO, 75-90. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 269 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 ACOSTA, Y (2005), Sujeto y democratización en el contexto de la globalización. Perspectivas críticas desde América Latina, Montevideo, Nordan- Comunidad. ADORNO, T.W; Horkheimer, M (2005), Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos, Madrid, Trotta. ALTAMIRANO, H (2016), Disputas por la democracia: de las democracias hegemónicas a las democracias para la liberación (en prensa). ALTAMIRANO, H (2015), El riesgo de pensar en tiempos difíciles: la sociedad narcisista y la “construcción de la esperanza” como desafío, en Sans, I; González Quinteros, L; Giménez, L; Morroni, W (eds). Pensamiento crítico, sujetos colectivos y Universidad, Núcleo-red Interdisciplinario Pensamiento crítico en América Latina y sujetos colectivos, UdelaR, 171-179. ALTAMIRANO, H (2013), Capitalismo con rostro humano, en Revista Tiempo de Crítica, Año II Nro 62, 8-13. BAUTISTA, J (2014) ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad transmoderna y postaccidental, Madrid, Akal. BORÓN, A (2013), América Latina en la geopolítica del imperialismo, Buenos Aires, Ediciones Luxemburg. CALVEIRO, P (2012), Violencias de Estado. La guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen como medios de control global. Buenos Aires, Siglo XXI. DÍAZ BERENGUER, A (2013), Medicina y sociedad en el Uruguay de hoy en Larroca, O (Comp), Luego Existen. Trece intelectuales uruguayos hoy, Montevideo, Cisplatina, 57-75. DUSSEL, E (2001), Eurocentrismo y modernidad. (Introducción a las lecturas de Frankfurt) en Mignolo, W (Comp), Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo, Buenos Aires, del Signo, 57-70. DUSSEL, E [1992] (2010), El encubrimiento del Otro. Hacia el origen del “mito de la Modernidad”, Buenos Aires, Planeta Plutón. DRI, R (2007), El poder popular en Reflexiones sobre el poder popular, Buenos Aires, El Colectivo, 63-84. GALLARDO, H (2011), “Pensamiento crítico y sujetos colectivos en América Latina”, Pensamiento crítico y sujetos colectivos en América Latina. Perspectivas interdisciplinarias, Montevideo, Trilce, 77-95. GRÜNER, E (2011), Los avatares del pensamiento crítico, hoy por hoy, en Grüner, E. (Coord), Nuestra América y el pensamiento crítico latinoamericano. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 270 Revista Encuentros Latinoamericanos Montevideo, segunda época, Vol. I, nº 1, diciembre de 2016 Fragmentos de Pensamiento Crítico de Latinoamerica y el Caribe, Buenos Aires, CLACSO, 15-74. ORNELAS DELGADO, J (2011), Repensar el desarrollo como categoría teórico-práctica para superar el neoliberalismo en América Latina, en Grüner, E. (Coord), Nuestra América y el pensamiento crítico latinoamericano. Fragmentos de Pensamiento Crítico de Latinoamerica y el Caribe, Buenos Aires, CLACSO, 217-239. RANIERI, J (2012), El fenómeno alienación y su actualidad como contenido de la crítica al capital: todavía Marx, en Infranca, A; Vedda, M (Comp) La alienación: historia y actualidad, Buenos Aires, Herramienta, 109-127. REBELLATO, J.L (1995), La encrucijada de la ética. Neoliberalismo, conflicto norte-sur, liberación, Montevideo, Nordan-Comunidad. REBELLATO, J.L (2000), Ética de la liberación, Montevideo, Nordan- Comunidad. ROITMAN, M, La revolución individualista: emprendedores y sumisos, 27-10- 2015, La Jornada. SARTRE, J.P (2006), El ser y la Nada, Buenos Aires, Losada. SVAMPA, M (2012), Pensar el desarrollo desde América Latina en Massuh (ed), Renunciar al bien común. Extractivismo y (pos)desarrollo en América Latina, Buenos Aires, Mardulce, 17-58. VEGA CANTÓN, R (2012), La expropiación del tiempo en el capitalismo actual en Revista Herramienta Nº 51. s/d. WALLERSTEIN, I (2001), El eurocentrismo y sus avatares: los dilemas de la ciencia social en Mignolo, W (Comp), Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo, Buenos Aires, del Signo, 95-115. Héctor Altamirano: Democracias para la liberación y la necesidad de un proyecto transmoderno (p/p 249- 271) 271