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Gonzalo Varela Petito (2023). El golpe de Estado más largo. Uruguay febrero – junio, 1973
Claves. Revista de Historia, vol. 9, núm. 17, pp. 1-4, 2023
Universidad de la República

Bibliográficas

Claves. Revista de Historia
Universidad de la República, Uruguay
ISSN-e: 2393-6584
Periodicidad: Semestral
vol. 9, núm. 17, 2023


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Varela Petito Gonzalo. El golpe de Estado más largo. Uruguay febrero-junio, 1973. 2023. Montevideo. Editorial Planeta. 432pp.

Los cincuenta años que se cumplen del golpe de Estado de 1973, como suele suceder con los aniversarios, han conllevado la aparición de diferentes publicaciones. Entre ellas merece destaque el libro de Gonzalo Varela Petito, dedicado a ahondar en las profundidades del año de la ruptura institucional. Tras décadas de acumulación historiográfica sobre el descaecimiento de la democracia uruguaya, la opción de esta obra por una mirada detallada de los hitos centrales de 1973 permite la reconstrucción de eventos, discusiones y actores que fueron centrales en el proceso del golpe de Estado.

El libro se compone de una introducción y tres partes, que agrupan una totalidad de once capítulos. El apartado inicial explicita la intención del autor por la reconstrucción minuciosa de los eventos de febrero y de junio de 1973, así como del tramo temporal entre estas fechas claves. Asimismo, adelanta que en ocasiones brindará su opinión sobre algunos hechos, en paralelo a la reconstrucción histórica. Si bien se reconoce la necesidad de que el lector posea un conocimiento básico sobre el lustro anterior, la introducción dedica parte de sus breves páginas a ubicar los aspectos centrales de ese período. En ese sentido, la descripción se apoya en buena medida en la perspectiva historiográfica que ubica en el gobierno de Jorge Pacheco Areco —y en sus políticas— el inicio del camino que culminó en el quiebre institucional de junio de 1973.

La primera parte, compuesta por cinco capítulos, está dedicada a los acontecimientos de febrero de 1973. Comienza por reconstruir el escenario político hacia enero, prestando atención a las ideas y expectativas que circulaban, en especial las propuestas del gobierno de Juan María Bordaberry, así como el impacto del escándalo de corrupción en la Junta Departamental de Montevideo. Esto último es relacionado con la creciente autonomía de las Fuerzas Armadas, lo que enmarca el origen de la crisis de febrero. En un rasgo que se reitera a lo largo del libro, cada episodio analizado se reconstruye a partir de una serie de fuentes de prensa, oficiales y diplomáticas, que permiten una aproximación que, en ocasiones, adquiere un ritmo periódico, propio del asunto que analiza. El segundo capítulo reconstruye la rebelión militar de febrero de 1973, atendiendo a la situación del Poder Ejecutivo, los debates políticos, la interna castrense y las negociaciones que terminaron en el acuerdo de Boiso Lanza. Cabe destacar el análisis minucioso sobre el amplio consenso político que se formó sobre el alejamiento del primer mandatario —que incluía a sectores colorados, entre ellos a Julio María Sanguinetti—, así como las tensiones surgidas tras los contenidos de los comunicados 4 y 7.

Los otros tres capítulos de esta parte analizan las posiciones de distintos actores políticos y sociales, respecto de los acontecimientos de febrero. El rol del Frente Amplio es revisado en detalle, en especial las relaciones entre sus diversas posiciones internas y los mencionados comunicados, que no lograron un apoyo unánime, y los intentos por construir una posición común e impulsar el alejamiento de Bordaberry. También son abordados actores no partidarios, como la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, la Universidad de la República y la Convención Nacional de Trabajadores, con minuciosidad y atención a sus complejas dinámicas internas. Mientras de las dos primeras se destaca su prescindencia respecto a una toma de posición respecto a la rebelión militar, en el caso de la central sindical se señalan los puntos de encuentro con los militares, así como las disonancias. Asimismo, se reflexiona sobre los alcances y los límites que tenía una posible colaboración entre las izquierdas y los pronunciamientos programáticos de los rebeldes. El último capítulo de esta parte analiza la situación de los partidos tradicionales, describe las múltiples posiciones que sus fracciones ensayaron ante los eventos políticos, con especial mención a las vacilaciones que prácticamente todos los actores mostraron. Así, se desmiente la noción de que el clima veraniego implicó una ausencia de reacción de los diferentes actores políticos y sociales. El apartado se cierra con un cuestionamiento a la afirmación, luego de 1985, de que el pedido de renuncia a Bordaberry atentara contra el marco institucional, destacando los diferentes problemas que arrastraba el presidente, así como el práctico, aunque fugaz, consenso que existió sobre su alejamiento.

La segunda parte, también compuesta por cinco capítulos, reconstruye el proceso histórico hasta junio de 1973. Comienza planteando cómo se debilitó el frágil equilibrio que emergía de la crisis de febrero, en parte por la creciente intervención de unas empoderadas Fuerzas Armadas, que reforzaban los cuestionamientos a los políticos y a los sindicatos. Lo primero provocó, entre otros efectos, que la base parlamentaria del gobierno se debilitara, lo que se analiza en el capítulo séptimo con la ruptura del Acuerdo Nacional. Esto generó que los proyectos del gobierno, en especial los referentes a la limitación de garantías, quedaran en riesgo de no ser aprobados. En ese marco, se reconstruye la tortuosa secuencia del pedido de desafuero del senador Enrique Erro, planteado como un momento decisivo de la relación entre el Parlamento y la alianza emergente que unía Bordaberry con los mandos castrenses. En ese proceso se destaca también como, ante una posible detención del legislador por fuera del marco constitucional, parecía gatillar un juicio político a Bordaberry hasta por parte de sectores que, como Unidad y Reforma, hasta poco tiempo antes habían sido oficialistas.

Los dos últimos capítulos de la segunda parte se abocan a la narración de la decisión del golpe de Estado del 27 de junio y las reacciones parlamentarias que desató. Respecto a lo primero, se analizan los movimientos en las internas militar y del Poder Ejecutivo para consolidar los apoyos a la opción golpista. Se resaltan las puntuales resistencias que se dieron a la interna del gobierno, en especial las dudas del vicepresidente Jorge Sapelli que culminarían en su rechazo a presidir el proyectado Consejo de Estado, así como se analizan con detalle los documentos que fundamentaron y desarrollaron la ruptura institucional. Sobre el momento crepuscular del Poder Legislativo, se examinan de forma minuciosa no solo los discursos del Senado más conocidos, sino también el debate previo sobre las denuncias de torturas en Paysandú y las palabras de Wilson Ferreira Aldunate en un acto en la misma noche del 26 de junio. En este marco, es destacada la excepción que significó, en el marco regional, la desautorización que enunció el Parlamento ante la naciente dictadura.

La tercera parte, compuesta por un único capítulo, está dedicada a las relaciones entre las dimensiones económica y política. Junto al análisis del complejo marco económico nacional e internacional que rodea al golpe de Estado, se relevan las diferentes decisiones de política económica del gobierno en la primera mitad de 1973, en especial el debate sobre el origen del proceso inflacionario y la Plan Nacional de Desarrollo, como ventana para observar las tensiones entre desarrollistas y liberales al interior de la naciente alianza civil militar.

Por tanto, el trabajo de Varela Petito puede ser considerado un aporte muy relevante para la comprensión de la ruptura institucional de 1973, en especial al abordar los intersticios entre febrero y junio, sin dejar de contraponer las distancias entre lo sucedido y las construcciones posteriores sobre ese pasado. La mirada detallada del proceso, atenta a las cambiantes circunstancias, a la contingencia propia de un proceso dinámico, y a la compleja interacción de experiencias y expectativas, configuran una investigación histórica de gran valor.◊



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