MÓNICA MARONNA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA - 5 -
pensar en dos aspectos: el respaldo de la información y la interoperabilidad. Nadie
puede garantizar que no se produzca la obsolescencia de los soportes de
almacenamiento, del software o el aumento de tarifas por subir material a la nube.
Todas las decisiones que se tomen en este aspecto suelen ser muy costosas. Una
Biblioteca Pública debe establecer los criterios culturales con total autonomía y sin
sometimiento a las reglas de las plataformas y los sesgos algorítimicos. Es una
institución convocada a jugar un papel clave para resguardar el legado cultural de las
reglas del mercado dedicadas a medir y monetizar como unico parámetro de calidad
de las obras.
«Venid todos! Desde el africano más rústico hasta el más culto europeo»,
proclamó Dámaso Antonio Larrañaga durante la inauguración de la Biblioteca.
Efectivamente, el siglo XXI sigue siendo una institución pública destinada a salir al
encuentro de sus públicos. No es que la gente no quiera ir a una biblioteca, es que no
encuentra nada atractivo ni confortable. Como lugar, requiere cambios, mejoras
permanentes, porque los libros «pesan» en cualquier edificio, ocupan estantes, son
sensibles a la temperatura, la humedad, los insectos, requieren atención continua.
Pero ante todo es necesario proyectar espacios renovados, modernos confortables
para que todo el que pasa por sus puertas se motive a entrar y se sienta en su casa.
Las bibliotecas son espacios culturales, donde siempre hay algo nuevo para conocer,
lugar de muestras artísticas y encuentro entre lectores y autores y porqué no,
también un espacio de sociabilidad y de integración. Las bibiotecas frías y sombrías
pertenecen al pasado.
Cientos de obras uruguayas se registran anualmente en el depósito legal, cifra
nada desdeñable que contraría las percepciones superficiales de que no hay creación.
Obras que no siempre perduran en el mercado. Producciones nacionales en
diferentes formatos que, si no las conserva el Estado, se perderían para siempre. El
cambio en la forma de leer y escribir es muy grande, es extraordinaria, estamos
situados en medio de un cambio muy profundo. Las múltiples formas de leer, en
papel o en pantallas y con el auge de los audiolibros en el mundo, resultan un giro
capaz de desafiar las predicciones apocalípticas que siempre se han empeñado en