CLAVES. REVISTA DE HISTORIA
VOL. 11, N.° 20 ENERO JULIO 2025
ISSN 2393-6584 - MONTEVIDEO, URUGUAY
Pp. 1 -4
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA
Emmanuel Kahan (2023)
Parte del aire. El conflicto árabe-
israelí en la cultura y la política
argentina (1967-1982)
Buenos Aires, Prometeo Editorial 214
páginas.
Gustavo Middelhoff
1
Universidad Nacional de General Sarmiento
Argentina
Parte del aire. El conflicto árabe-israelí en la cultura y la política argentina
(1967-1982) [sic], del historiador argentino Emmanuel Kahan, analiza la recepción en
el campo político, intelectual y étnico-comunitario de la Argentina de tres conflictos
bélicos que tuvieron lugar entre árabes e israelíes: la guerra de los Seis Días (1967), la
guerra de Yom Kipur (1973) y la primera invasión al Líbano (1982). El autor plantea
que los trabajos sobre la recepción del conflicto árabe-israelí se han caracterizado por
un «abordaje parcializado» de la cuestión, acotados a una coyuntura determinada y
focalizados en «actores específicos». En ese sentido, un recorte más amplio puede dar
cuenta del alcance de la recepción en la Argentina del conflicto en cuestión. Asimismo,
puede resultar útil para identificar mo se fueron construyendo las distintas
caracterizaciones y posiciones programáticas entre los actores que intervinieron en los
1
Gustavo Middelhoff es maestrando en Historia Contemporánea por el Instituto del Desarrollo
Humano de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Se desempeñó como profesor de Historia
de Asia y África en la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo. Actualmente dicta las asignaturas
Problemas de Asia y África I e Historia Americana del Siglo XIX en Institutos Superiores de Formación
Docente de la provincia de Buenos Aires. Su línea de trabajo se inscribe en el impacto y la recepción del
nasserismo en las décadas del 50 y el 60 en Argentina.
EMMANUEL KAHAN: PARTE DEL AIRE. EL CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ
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debates en una o más etapas del conflicto, y cómo procuraban legitimar de esta manera
sus programas y su acción política en la escena nacional.
En el primer capítulo, «Movilización, debates y conflictos en torno a la guerra
de los Seis as (1967)», se sostiene que la recepción de dicha guerra proporcionó a
diversos agrupamientos político-partidarios un canal para expresar sus
posicionamientos sobre la vida política argentina. Un conjunto amplio de actores
provenientes de diferentes tradiciones políticas de izquierda (comunismo, trotskismo,
socialismo) coincidió en señalar al «imperialismo» como el artífice del conflicto.
Sobre la comunidad judía local, aborda las polémicas que tuvieron lugar entre
el sionismo, expresadas a través de la publicación Nueva Sion, y el Idisher Cultur
Farband (ICUF), representante del ala progresista, cercano al Partido Comunista y
critico de la política de Israel. Sobre el rol de los sobrevivientes del Holocausto,
aglutinados en la organización Sherit Hapleitá y muy activos en la defensa de Israel, se
analiza la continuidad que trazaron entre sus experiencias y sus memorias y el triunfo
militar israelí frente a lo que entendían como la amenaza de un nuevo genocidio llevado
a cabo por las fuerzas enemigas árabes contra el pueblo judío.
En el segundo capítulo, «Los debates entre intelectuales frente a la guerra de los
Seis Días», Kahan analiza las posiciones de intelectuales como León Rozitchner, José
Luis Romero y Abelardo Castillo, entre otras figuras. Su análisis en un capítulo
específico se debe principalmente al volumen de las disputas por la legitimación en el
mundo de las ideas y la cultura. En ese sentido, la recepción del conflicto abrió paso a
una revisión de todos esos tópicos y posibilitó un debate más allá de él.
La guerra de los Seis Días configuró una connotación negativa sobre Israel y su
rol geopolítico, aunque no fue una caracterización compartida de manera absoluta.
Hubo voces que cuestionaron lo que consideraban un esquema lineal que colocaba a
Israel como agente y garante de la dominación imperialista y a los países árabes como
vanguardia de la revolución socialista. Por lo tanto, se afirma que existió una
«dimensión común» en los análisis y debates con independencia de la perspectiva
político-programática con la que se viera la cuestión: en ninguna de las intervenciones
analizadas se cuestionaba la existencia de Israel como hogar legítimo del pueblo judío.
El tercer capítulo, «El sionismo y la causa palestina durante los años setenta»,
GUSTAVO MIDDELHOFF
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aborda la recepción del conflicto árabe-israelí en las filas de la derecha y la izquierda
peronista con la guerra de Yom Kipur (1973) como «telón de fondo». Los primeros
caracterizaron a Israel «como un satélite del imperialismo en la región». En el plano
local, denunciaron a los militantes y dirigentes judíos y sionistas de Argentina por lo
que consideraban su «dudosa lealtad» a la causa nacional. El interés por la cuestión se
remontaba a comienzos de los años sesenta, cuando nacionalistas y peronistas de
derecha encontraron en organizaciones étnico-comunitarias, como la Liga Árabe local,
aliados para realizar campañas contra Israel y de apoyo y solidaridad con el mundo
árabe, a la vez que denunciaban los planes del sionismo para quedarse con parte de los
territorios de Argentina. Los segundos, enrolados en organizaciones como
Montoneros, gran parte de su Juventud y figuras como Rodolfo Walsh, y en
publicaciones como Descamisados, Noticias y Militancia, también se pronunciaron
contra Israel y en favor de los palestinos. Puesto que la lucha armada era concebida
como método para la revolución y la emancipación argentina, encontraban en la lucha
del pueblo palestino una causa común por la liberación nacional. En el plano nacional,
se mostraron críticos con respecto a la militancia sionista que se reivindicaba
ideológicamente cercana a la izquierda y al antiimperialismo, al considerar que no
representaba un canal genuino de lucha por la independencia nacional. Sin embargo,
no abogaron por ninguna posición que denunciara un supuesto rol en tanto agentes de
los intereses imperialistas en la Argentina. A diferencia de lo que otros trabajos
intentaron demostrar, fue la derecha y no la izquierda del peronismo la que estableció
más contactos y canales de diálogos con actores del mundo árabe.
«La recepción del conflicto árabe-israelí en tiempos de la última dictadura
militar» es el cuarto capítulo del libro. Allí se aborda la recepción de la primera
invasión de Israel al Líbano en 1982, mientras la Argentina vivía los últimos días de la
guerra de Malvinas frente al Reino Unido y las postrimerías de la última dictadura
cívico-militar. El centro del debate y la movilización pública fueron ocupados esta vez
por los espacios comunitarios e instituciones étnico-religiosas o étnico-nacionales,
algunos intelectuales y funcionarios de Estado. Aquí se pusieron de manifiesto «los
desplazamientos de sentidos» que giraban alrededor del apoyo a uno u otro de los
campos enfrentados, donde se procuró ganar legitimidad desde la identificación entre
la «lucha contra la subversión» con «terrorismo internacional» y la causa Malvinas con
la demanda de soberanía que reclamaban en Argentina colectivos árabes y judíos con
EMMANUEL KAHAN: PARTE DEL AIRE. EL CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ
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respecto al conflicto en Medio Oriente. Contrariamente a quienes sostienen una
posición proisraelí por parte de la dictadura argentina, se plantea que su política
exterior fue de neutralidad, en continuidad con la llevada adelante en el pasado por el
Estado argentino.
«Parte del Aire» es el apartado con las conclusiones finales. Aquí se coloca el
acento en el diálogo permanente por parte de los actores analizados entre lo nacional
y lo internacional, en función de legitimar caracterizaciones y programas en el
escenario local. En ese sentido, se plantea que el libro hace una «contribución
programática» a la cuestión.
Entendemos que el libro complejiza el abordaje sobre la recepción del conflicto
árabe-israelí. Como plantea su autor, la cantidad y diversidad de actores que se
movilizaron en torno a la cuestión confirman una de las principales hipótesis del libro:
el conflicto árabe-israelí, aunque no predominante, «lejos estuvo de ser una cuestión
marginal» en el escenario político e intelectual argentino. El recorte temporal utilizado
permite un análisis s minucioso de los distintos actores, reconociendo la dinámica
compleja de sus posiciones. En esto reside su singularidad con respecto a otros
estudios. De este modo, cumple de manera satisfactoria con los objetivos propuestos
y, en ese sentido, este tipo de trabajos tiene el valor de sugerir perspectivas interesantes
para estudios sobre recepción en el campo historiográfico. ◊