Etapas de un exilio y escritura de la
Historia
La gestión y producción historiográfica de Carlos Pastore durante el Paraguay
autoritario (1942-1974)
Stages
of an exile and writing of History. The Carlos Pastore’s historiographic
management and production in authoritarian Paraguay (1942-1974)
Matias Borba
Eguren
Universidad de la
República
https://orcid.org/0009-0009-7004-3018
Palabras claves: Carlos Pastore, exilio,
redes historiográficas, Paraguay
Key
words: Carlos
Pastore, exile, historiographic networks, Paraguay
Carlos Pastore nació el 16 de mayo de 1907
en Mbuyapey, Paraguay. Se formó en el Colegio Nacional y egresó como abogado de
la Universidad Nacional de Asunción, interesándose tempranamente en la
política. Como integrante del Partido Liberal paraguayo, actuó como
subsecretario de la Presidencia de José Patricio Guggiari (1928-1932). Con el
advenimiento de la Guerra del Chaco fue jefe de la Sección Correos y Claves del
Comando del Ejército en Operaciones, siendo reconocido por su destacada
actuación. Durante la presidencia de José Félix Estigarribia (1939-1940) fue
designado director del Departamento de Tierras y Colonización. Al frente de
dicho departamento, Pastore pudo conocer de primera mano las condiciones de
vida de los campesinos y proyectó una reforma agraria. Tras la muerte de
Estigarribia, y el ascenso de Higinio Morínigo al poder (1940-1948), el
Paraguay transitó una serie de gobiernos de corte autoritario, cuyo punto
máximo fue la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
En este contexto, Pastore se exilió en
Montevideo a partir de 1942. Buscó en reiteradas ocasiones ingresar a Paraguay,
con un efímero retorno en 1947, y varios intentos fracasados en la década de
1960. Radicado en Montevideo se desempeñó como abogado, a la par que ejerció activamente
el periodismo y la militancia contra los gobiernos autoritarios de su país. En
la capital uruguaya se vinculó con destacados políticos e intelectuales. Fue
miembro correspondiente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (en
delante, IHGU), y en 1952[2] fue iniciado en la Gran Logia de la
Masonería del Uruguay. Su actividad periodística y política contra los
gobiernos dictatoriales de su país lo llevaron a realizar viajes a Buenos Aires
y a distintas provincias argentinas. También incursionó en la radio con el
programa «La hora de la liberación
paraguaya», transmitido por Radio
Ariel y El Espectador; una
selección de sus audiciones fue compilada en su libro El Paraguay y la tiranía de Morínigo en 1947. En el campo de la
investigación histórica se destaca su obra célebre, La lucha por la tierra en el Paraguay (1949), con una segunda edición corregida y ampliada en 1972.
Tomás Sansón («La historiografía liberal…») inscribe a Pastore como integrante del
grupo de intelectuales liberales paraguayos, junto a Justo Pastor Benítez (1895-1963), Justo
Prieto (1897-1982),[3] Efraím
Cardozo (1906-1973), Antonio Ramos (1907-1984), y Julio César Chaves (1907-1989).
Señala que este grupo se formó
en el Colegio Nacional de Asunción, y en la Universidad Nacional de Asunción.
Fueron militantes activos del Partido Liberal, y participaron en la Guerra del
Chaco en tareas de asesoramiento y apoyo logístico. Ocuparon cargos políticos,
diplomáticos y administrativos, y todos sufrieron la experiencia del exilio –en
distintos momentos y por variados períodos– debido a las dictaduras de Higinio
Morínigo (1940-1948) y de Alfredo Stroessner (1954-1989). Se abocaron intensamente
a la investigación histórica, ocupándose de cuestiones sociopolíticas y
económicas, sin descuidar los temas de índole político. Entendían que el
estudio del pasado era una herramienta fundamental para entender los problemas
del país, así como para «desmitificar» el uso ideológico de la Historia (41-43). Los intercambios epistolares entre estos
dan cuenta de la intensa labor de Pastore durante su exilio en Montevideo, ya
sea como articulador político o como investigador. Su papel desde la capital
uruguaya fue fundamental para la concreción de distintas actividades políticas
en el marco de la oposición al autoritarismo de su país; de igual manera, su
labor heurística y de gestión cultural repercutieron en las investigaciones de
varios de estos autores.
El arribo de Pastore a Uruguay en 1942
coincide con un proceso de realineaciones de las hegemonías políticas al
interior, y un cambio de postura internacional (Caetano, «La vida política»; Ruíz). El efecto de la Segunda Guerra Mundial en
el territorio uruguayo se cristalizó en un alineamiento decidido con Estados
Unidos y con la causa aliada (Marchesi
y Markarian). En este contexto de abandono progresivo de la neutralidad,
la lucha contra el «nazifascismo» en el continente americano se articuló con la
oposición a Morínigo de liberales, febreristas y comunistas paraguayos
exiliados. Las intervenciones públicas de Pastore en sus audiciones radiales, y
su apoyo en distintos mítines o protestas, encontraron en Montevideo una caja
de resonancia privilegiada. La presencia de exiliados antiperonistas y
españoles republicanos, permitieron una plataforma de reclamo y acción dispuesta
a apoyar su lucha contra Morínigo. Como señala Gerardo Caetano (Historia mínima del Uruguay), la situación geopolítica del país lo
colocaba como un espacio de «frontera», así como un «factor de equilibrio» en
la región; esto posibilitaba el tránsito de distintos intelectuales, políticos,
sindicalistas, y perseguidos políticos que encontraban refugio, particularmente
en Montevideo.
No obstante, el largo período de exilio que
se procura estudiar marca un cambio en la situación política e internacional
del Uruguay. En este sentido, las actividades de Pastore fueron acompasándose a
los avatares nacionales e internacionales: la Guerra Fría, el anticomunismo, el
aumento de la violencia política, y la consolidación de las derechas (Broquetas;
Broquetas y Caetano) marcaron cambios de estrategia y
relacionamiento. La dictadura de Alfredo Stroessner en 1954, y la represión
desatada, marcó una nueva etapa de lucha contra el autoritarismo en Paraguay.
Las relaciones de Uruguay con el Estado paraguayo fueron seguidas de cerca por
los exiliados, tanto en Montevideo como en la región. De igual manera, el
impacto de la revolución cubana en el continente implicó una revisión de
estrategias de Pastore y el Partido Liberal, que también seguía de cerca la
actitud uruguaya ante este acontecimiento (García y Girona; García y Ayala; de León;
Girona). Se puede advertir, a través de la correspondencia, una
preocupación creciente ante el aumento de la violencia y el «deterioro»
democrático del Uruguay por parte de un Pastore más avejentado y con problemas
de salud. El fin de su exilio con los primeros años de la Dictadura
cívico-militar (1973-1985), retornando a Asunción hacia mediados de 1970 donde
vivió bajo estricta vigilancia del régimen stronista.
A pesar de una actividad intensa en este
largo período, tanto a nivel intelectual como político, el exilio de Pastore en
Montevideo no ha sido estudiado en profundidad. El análisis de su derrotero no
solo permite conocer mejor la vida del historiador paraguayo, sino también sus
vínculos con individuos destacados de la vida política y cultural del Río de la
Plata. En este sentido, su archivo es un acervo privilegiado para observar su
actividad y vínculos, posibilitando reconstruir una red de
intercambios en el contexto de su destierro. Para esta labor, se propone un
análisis de sus intercambios epistolares aplicando herramientas de social
network analysis, a partir de la Colección Documental y Bibliográfica «Carlos
Pastore» (en delante, Colección Pastore) –custodiada por la Academia Paraguaya
de la Historia (en delante, APH)–. Se realizará un análisis de red egocentrada
en este paraguayo, con el fin de dilucidar sus vínculos en torno a las
actividades historiográficas y su articulación con la militancia contra los
gobiernos autoritario.
El
período de análisis se inicia en 1942, momento en que Pastore arriba a
Montevideo, y 1974, cuando decide retornar a Asunción.[4]
Para esto, se ha construido una base de datos con un total de 22 variables[5]
a partir de la correspondencia relevada.[6]
Para su análisis se toma el concepto de red aplicado por Ímizcoz y Arroyo (2011), quienes sostienen que se trata de «… un conjunto de conexiones
entre actores relacionados de un modo u otro a través de interacciones
efectivas que se producen en un momento dado». Ímizcoz (2003) indica que el análisis de
redes permite visualizar y medir las interacciones entre actores sociales; se
parte de los vínculos entre individuos, para comprender sus acciones, valores,
atributos y «capitales» (Bourdieu) que moldean la estructura de
la red, a la vez que la red los condiciona.
Para este tipo de análisis, la
correspondencia resulta una fuente privilegiada, aunque requiere un tratamiento
intensivo que abarque no solo las comunicaciones enviadas, sino también el
análisis de las actividades, recursos, informaciones y materiales que
intervienen en el vínculo epistolar. En este sentido, la Colección Pastore posee la
particularidad de conservar su correspondencia activa y pasiva, mostrando la
tarea de construcción de su propio archivo por parte de este paraguayo. Como
señalan Liliana Brezzo y María Gabriela Micheletti:
[…] un
archivo personal se puede asumir como una elaboración autobiográfica de su
productor y no exclusivamente como fuente o como una cantera de datos a
explotar por la cantidad y la originalidad de la información que contiene para
la investigación, es decir, establece una precaución metodológica ante el uso excesivamente
documentalista de los materiales de archivo (49).
En este sentido, los
materiales conservados corresponden a una decisión de Pastore por preservarlos,
no solo para un uso práctico –en tanto poseer registros completos de sus
comunicaciones–, sino también en la construcción discursiva de su actividad, en
particular durante el exilio. Sin embargo, la actual Colección Pastore
consultada no es exclusivamente producto de estas decisiones; el corpus
documental sufrió transformaciones por las vicisitudes del traslado de
Montevideo a Asunción tras su retorno hacia 1974 (Pastore Olmedo 32-33), así como por la selección de
los materiales para concretar su adquisición por parte del Estado paraguayo en
1996 y su conservación en a la APH.
Tomando en cuenta este aspecto
se optará por un «análisis de red egocentrada». Ímizcoz y Arroyo (2011) explican que se trata de la
reconstrucción de redes en torno a un individuo en particular, pero que permite
ser el punto de partida para observar una estructura relacional más amplia (Borba Eguren, «Entre Paraguay y
Uruguay…»). A partir de la
recopilación de esta información, la base de datos resultante será procesada
con el software R,[7] con el fin de
graficar la red egocentrada en Pastore. Para esto se utilizará el paquete igraph,[8] el cual permite
visualizar las interacciones estableciendo un nodo para cada individuo –ya sea
en su papel de remitente o de receptor–, enlazados por una línea direccionada
por comunicación remitida/recibida. A mayor cantidad de cartas enviadas o
recibidas, el nodo será más grande; a la par, a mayor cantidad de
interacciones, los nodos se verán enlazados con mayor o menor densidad,
ubicándose más cerca entre sí.
Esta
visualización de las comunicaciones relevadas será el punto de partida para el
análisis. Observando distintos parámetros, se procurará delimitar grupos de
mayor cercanía en torno a Pastore para definir sus características, temas de
interés, y funciones de los distintos actores. A la par, se estudiarán los
lazos más ocasionales, que den cuenta de otros grupos o de posibles
comunicaciones que expandan la red personal. Para esto se tomarán los
postulados teóricos planteados por Mark S. Granovetter, y aplicado en el
análisis histórico por David Lux y Harold Cook, en torno a «la fortaleza de los
lazos débiles». A grandes rasgos, señalan que los individuos cuyos lazos son
fuertes –y sostenidos en el tiempo– comparten características comunes entre sí.
En este sentido, los nodos más cercanos a Pastore poseen intereses,
trayectorias y características similares. De esta manera, partiendo de la red
egocentrada, es posible observar más allá del nodo central. No obstante, los
lazos débiles, aquellos más esporádicos, revelan otro aspecto de la red de
interacciones. Señalan los citados autores que este tipo de vínculo permite que
la información, intereses, preocupaciones o recursos ajenos a los grupos
conformados por lazos fuertes, puedan ingresar a través de actores que se
encuentran más dispersos en la estructura relacional.
De esta manera,
el análisis de la red egocentrada en Pastore no solo se focalizará en su grupo
más cercano; también se estudiarán distintas interacciones ocasionales que se
dieron en momentos o circunstancias particulares. Aplicando esta metodología se
procura establecer las variaciones temáticas en los distintos períodos de su
exilio, prestando especial atención a las actividades y producción
historiográfica
Es menester
también entender las limitaciones de este análisis. Si bien la presencia de
correspondencia da cuenta una conexión entre dos actores, esta no define por si
sola la existencia, el peso y las características de los vínculos. Para esto es
necesario complementar y contrastar con otro tipo de información, muchas veces
referida en la correspondencia (Ímizcoz y Arroyo; Borba Eguren, «Entre
Paraguay y Uruguay….»). Por otro lado,
al tratarse de una selección de las cajas donde se constataron mayor cantidad
de correspondencia, implica que su representatividad está mediada no solo por
la conservación de las cartas en el archivo, sino también por el recorte
cronológico que aborda este trabajo. La base de datos construida responde al
trabajo actual de relevamiento y procesamiento, sujeta a nuevos hallazgos
documentales. Es por esta razón que se enfatiza que este análisis de red
egocentrada es un punto de partida, una brújula en la reconstrucción y análisis
de la estructura relacional de Pastore durante su exilio, y cómo esta fue cambiando
con relación a sus actividades historiográficas.
Como se explicó, se relevaron las distintas
comunicaciones, cartas, postales, tarjetas, etc., pertenecientes al archivo
personal de Pastore. A partir del catálogo del acervo, realizado bajo la
asesoría técnica de Liliana Brezzo (2011), se seleccionaron las cajas donde se detallaba
la mayor cantidad de correspondencia para el período trabajado. La base de
datos construida se compone de un total de 811 casos. Se procedió a la
elaboración del gráfico de red de los intercambios epistolares entre 1942 y
1974:
Gráfico de red egocentrada en Pastore, construido
con igraph en R, a partir de la base construida con la
correspondencia entre 1942 y 1974 relevada en la APH.
Detalle del gráfico
anterior con los nodos centrales de la red
Como se observa, al tratarse de una red
egocentrada, el nodo principal corresponde a Pastore. Tomando la categoría de «lazos
fuertes» y «lazos débiles» (Granovetter;
Lux y Cook) es posible dilucidar las características de la red, a partir
de un análisis del grupo relacional central, así como las vinculaciones más
lejanas. Al analizar la biografía de cada uno de estos remitentes/receptores es
posible delinear algunas características compartidas. En primer lugar, la
mayoría son hombres, constatándose en la documentación relevada una presencia
muy pequeña de mujeres que escriben o reciben correspondencia. Esto
no significa que la participación de agentes femeninos fuera escasa en la red
de Pastore. Por el contrario, al analizar el contenido de las cartas, y tomando
en cuenta el fenómeno del exilio paraguayo (Sánchez y Roniger), se menciona la
presencia de jóvenes paraguayas militantes y de estudiantes universitarias en
el exterior. Las redes intercambio de comunicaciones, publicaciones, dinero, e
incluso medicamentos, también se vehiculiza a través de los viajes de esposas,
hijas o familiares mujeres de los exiliados hombres, constituyendo un elemento
clave en las actividades políticas, intelectuales y de solidaridad entre
paraguayos en el destierro.
En segundo
lugar, la gran mayoría son paraguayos, algunos en el destierro –por distintos
períodos– y otros que residen dentro del territorio. Entre estos, se aprecia la
presencia del ya mencionado «grupo de historiadores liberales»: Antonio Ramos,
Justo Pastor Benítez, Efraím Cardozo, Justo Prieto y Julio César Chaves. El
peso de este grupo da cuenta de la principal característica de la Red: la
conjunción de la actividad intelectual con la militancia política. Al graficar
las temáticas más presentes en la correspondencia durante todo el período, se
puede apreciar la siguiente distribución:
Tabla
de porcentajes de cartas que refieren a las distintas temáticas en los 811
casos. Las categorías temáticas no son excluyentes, una carta puede abarcar más
de un tema.
Es menester realizar
algunas puntualizaciones previas. Estas variables temáticas no son excluyentes,
sino que una misma carta puede abordar distintos temas; el peso de la temática
paraguaya responde a la nacionalidad de la mayoría de los integrantes de esta
red epistolar, pero también a su preocupación constante por la situación del
país y, por último, la temática «Otros» refiere a cuestiones comerciales y
familiares así como de la vida cotidiana, también presentes en la
correspondencia. Este aspecto requiere un análisis en particular que no integra
el objetivo principal de este trabajo.
Hecha las
aclaraciones, al observar el gráfico se observa un fuerte peso de las temáticas
relacionadas a la militancia, ya sea del Partido Liberal como de otros partidos
y organizaciones, en contra de los gobiernos autoritarios del Paraguay. Se
observa un peso considerable de las temáticas historiográficas, relacionadas a
reflexiones sobre el pasado como si fueran verdaderos trabajos de investigación
histórica. Estas dos temáticas se presentan como las principales esferas de
interés y acción del grupo central de la red, lo que guarda relación con la
presencia del grupo de historiadores e intelectuales del liberalismo paraguayo.
Al analizar el contenido de la correspondencia, pueden encontrarse múltiples
instancias donde ambas esferas interactúan en distintos momentos del exilio.
Por otro lado,
dentro de los agentes centrales de la red, es posible encontrar otro aspecto
interesante de la estructura relacional: las distintas generaciones del exilio
en el período estudiado. El fluido intercambio con Miguelángel Ferrara
–militante de la Federación Universitaria del Paraguay, y perteneciente al
Partido Liberal paraguayo– y con Félix María Cáceres –militante de la juventud
liberal y miembro del Directorio del Partido– da cuenta del surgimiento de
nuevos interlocutores durante los distintos períodos del exilio. Debido al
prolongado destierro y su posición de intransigencia contra el autoritarismo en
Paraguay, la figura de Pastore fue constituyéndose como referente político e
intelectual de nuevos militantes liberales, dentro y fuera del territorio paraguayo.
La cercanía entre los principales políticos e intelectuales de la década del cuarenta
se amplía hacia las nuevas generaciones de liberales y de militantes contra el Stronato
en las décadas de 1950 y 1960. En esta mirada panorámica de la red, es menester
observar el espacio desde donde se escribe o se reciben las comunicaciones.
Para esto se georreferenciaron la ubicación de cada remitente y receptor de las
comunicaciones, y se mapeó las ciudades donde se encuentra cada interlocutor a
través de Palladio.[9]
Mapa de las ciudades
desde donde se envían/reciben comunicaciones en la correspondencia relevada
entre 1942 y 1974, y detalle sobre la región rioplatense, construido con Palladio.
Como se puede
apreciar, hay un peso relevante de la región rioplatense en el espacio en que
se dan los intercambios. Existe una intensa circulación de correspondencia
entre Montevideo, Río de Janeiro, Asunción, Buenos Aires y ciudades de las
provincias argentinas fronterizas con Paraguay. Esto no es casualidad, pues la
presencia de exiliados paraguayos se asentaron en esta región (Sánchez y Roniger). La correspondencia de Pastore da cuenta
de los reiterados viajes de este a Buenos Aires, Formosa, Corrientes, y otras
provincias argentinas; del mismo modo, muchas de las principales convenciones y
reuniones del Partido Liberal se dieron en estos territorios (Boccia
Paz). En paralelo, a partir de la
década de 1960, también se aprecia un incremento en las comunicaciones con
interlocutores en el Caribe y Norteamérica. Tomando en cuenta estas
características generales de la red, y a partir de los sucesos políticos en
Paraguay y la región, es posible pensar tres grandes etapas.
Primer
exilio y la lucha contra Morínigo (1942-1948)
Este período se inicia con el arribo de Pastore a
Montevideo en 1942. Los
motivos de su elección por el territorio oriental se deben algunos factores
como la presencia de familiares y otros exiliados en Montevideo, así como las
posibilidades que ofrecía la capital uruguaya. En la capital oriental encontró
un espacio propicio para desarrollar sus actividades políticas e
historiográficas, en medio de un clima intelectual receptivo a las noticias del
mundo. Así lo señalaba Pastore cuando escribe el 26 de noviembre de 1944 a su
correligionario, Justo Pastor Benítez, quien se encontraba en Río de Janeiro.
Comentaba sus actividades en la capital uruguaya, y expresaba que la vida en
Montevideo se desarrollaba en un «medio plenamente civilizado», siendo «… la
caja de resonancia de todas las noticias del mundo. Recoge y distribuye todas
las ideas y acoge a todas las inquietudes». Agregaba que su población se «adiestraba
por libros» y que se respiraba «un aire puro y libre», destacando que «su
progresista organización social le permite y le obliga a estar alerta a todo lo
que pasa en el mundo y a vivir más intensamente los problemas internacionales
que los propios».[10]
Este período se caracterizó
por un intenso trabajo de relevamiento documental en las bibliotecas y archivos
de Montevideo. La imposibilidad de trabajar en esos primeros años, mientras no
había revalidado su título de abogado, le permitió dedicar mucho tiempo al
estudio del pasado.[11] La correspondencia con Efraím Cardozo da
cuenta de las labores historiográficas en estos primeros años, donde puede
observarse la progresiva vinculación con intelectuales y figuras públicas
uruguayas. El 14 de noviembre de 1942, Cardozo escribió desde Buenos Aires para
agradecerle el ofrecimiento de colaborar con sus investigaciones históricas.
Dice que lo que quiere es completar la documentación sobre las relaciones
paraguayo-orientales que Luis Alberto de Herrera publicó en gran parte. Señalaba
que faltaba documentos que podrían estar en el Ministerio de Relaciones
Exteriores o en el Archivo General de la Nación, a lo que agrega:
No sé
cuál procedimiento hay que seguir para obtener autorización de compulsa y
copia. Quizá Sosa Pereira o Almeida han de ayudarte en las averiguaciones, si
es que les pides su cooperación en mi nombre. Con Almeida, en ocasión de su
último viaje a esta, ya le hablé del asunto y se mostró muy dispuesto a
ayudarme en esa investigación.[12]
La indicación de
hablar con «Sosa Pereira» o «Almeida» –se desconoce quiénes son–, en su nombre,
deja de manifiesto la circulación de información y recomendaciones para
facilitar las labores historiográfica. Similar situación ocurre cuando Cardozo
indica la forma de proceder en la entrega de libros que le envía para que
Pastore se los haga llegar a Juan E. Pivel Devoto. El 8 de enero de 1943 escribía
informando que no viajará a Montevideo como tenía pensado, pues todos los
archivos que deseaba consultar en su corto viaje están cerrados. Agradecía el
ofrecimiento de Pastore de hablar con el Museo Histórico Nacional para que le
permitan consultar documentación a pesar de no estar abierto al público, pero
lo considera inconveniente, pues deseaba trabajar en horario completo para
aprovechar los pocos días de licencia que tenía. Informaba que despachó los
libros para Pivel Devoto e indicaba que cuando se los vaya a entregar:
… le
saludes en mi nombre muy cordialmente, y le felicites por el trabajo, meduloso,
que ha publicado en el último Anuario de la Sociedad de Historia Argentina.
Pregúntale si su «Historia de los Partidos Políticos Uruguayos» ya ha
aparecido; me interesa mucho conseguirlo para leerlo, pues se trata de un tema
muy a fin a los estudios que estoy, o mejor dicho estamos, realizando actualmente.
La verdad es que nosotros fuimos víctimas de las luchas políticas uruguayas.[13]
Estas referencias de Cardozo a las gestiones de Pastore frente al MHN y a
Pivel Devoto permite observar cómo el vínculo entre ambos funcionó para
difundir y acceder a materiales –en el caso de Cardozo–, así como para obtener
una buena recomendación frente al historiador uruguayo mas importante en ese
momento –para el caso de Pastore–.
En este período Pastore comenzó a planificar La lucha por la tierra en
el Paraguay. La información y documentación recolectada en el Departamento
de Tierras en Paraguay, fueron complementados por la experiencia del destierro.
El acceso a nuevos archivos, bibliografía e interlocutores contribuyó a la idea
inicial, como deja verlo en su correspondencia con Benítez. En la ya citada
carta de noviembre de 1944 comentaba a su compatriota que utilizaba la mayor
parte de su tiempo en el estudio, realizando investigaciones en los archivos y
bibliotecas. Informaba que tiene a medio terminar
«… un trabajo
sobre el proceso de la legislación agraria en el Paraguay, desde la llegada de
los españoles a Asunción hasta los días actuales; y bastante adelantada una
historia de la yerba mate. Me propongo hacer una biografía de la yerba mate, su
historia política y económica».[14]
Por esta razón le solicitaba bibliografía y documentación que se encuentra
en el Instituto Nacional del Mate y la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro. Benítez
respondió el 5 de diciembre, diciendo que «… sabía que usted se dedicaba con
empeño al estudio para reparar en parte los daños del largo exilio». Expresaba
que le sería muy grato colaborar con su investigación, coincidiendo que la
yerba mate marca una etapa de la historia paraguaya.
Recuerda que Pastore se dedicaba «con fervor» a esta materia cuando falleció
Estigarribia, y agregaba:
Continúe
su labor, Dr. Pastore. Sin esas investigaciones parciales y fundamentales no se
puede escribir la historia del Paraguay, como lo hacen los sectarios de O'Leary
y Natalicio. Hace falta contar con bases aclaradas. En ese sentido, también,
sus dos libros en preparación serán útiles. ¿Cómo se titula? Yo tengo que
citarlo a usted en «El Solar Guaraní»[15]
que estoy terminando.[16]
Este intercambio da cuenta del diálogo entre las temáticas de militancia y
de historiografía en los vínculos de Pastore. La expresión de Benítez de «reparar
los daños del largo exilio» con el estudio del pasado es también compartido por
él, pues buena parte de su producción es editada fuera de Paraguay. El vínculo
previo entre ambos, que es retomado en el exilio, funge como vehículo para las
investigaciones de ambos. Teniendo en cuenta que se trata de un «lazo fuerte»,
se comparten características en los intereses y concepciones en torno al
trabajo histórico (Sansón Corbo, «El «colegio invisible»…»). Las palabras de Benítez colocan al trabajo que está realizando
Pastore como la forma correcta de hacer Historia, diferenciándose a la
producción de Juan E. O’Leary y Natalicio González (Sansón Corbo, «Carlos Pastore y “el
general de la virgen espada”…»). Se aprecia así una forma de concebir la investigación
histórica que busca, desde el exilio, distanciarse de la historiografía
hegemónica en el territorio paraguayo. Para este período en particular, la
labor histórica se muestra estrechamente ligada a la militancia contra
Morínigo, y el distanciamiento con el discurso nacionalista impulsado por la
dictadura es a la vez una herramienta de lucha.
El interés por los estudios del pasado de Pastore y su red le permitieron
fomar parte de instituciones historiográficas como el IHGU. Si bien se
desconoce la fecha de su incorporación oficial como miembro correspondiente,
para 1945 Pastore se encontraba trabajando activamente en el Instituto. La
presencia de otros paraguayos en calidad de miembros correspondientes, sumado a
los vínculos uruguayos que fue creando en estos primeros años de su exilio, le
abrieron las puertas a esta Institución. Un ejemplo interesante sobre el papel
que fue adquiriendo en el IHGU fue la celebración por el centenario del
reconocimiento de la Independencia paraguaya por el Estado Oriental. En esta
actividad, también es posible observar como la red de Pastore funcionó para
concretar esta actividad donde la historiografía y la militancia se conjugan. El
4 de mayo de 1945 informaba a Benítez sobre la preparación de los actos por el
primer centenario del reconocimiento de la independencia paraguaya por el
Uruguay, organizado por el IHGU, le platea la posibilidad de preparar un
trabajo para esta instancia.[17] Benítez
respondió el 11 de mayo, exprensado que puede «enviarle alguna cosa» para el
Instituto, pues él es miembro correspondiente.[18] Días más tarde, Pastore indicó que los actos se haría
en la segunda quincena de junio, al regreso del viaje de presidente, Rafael
Schiaffino.[19] El
6 de junio Benítez informaba que estuvo con el Dr. Schiaffino –quien seguramente
pasó por Río de Janeiro como parte de su viaje–. Convinieron que remitirá un
breve trabajo sobre el tema para que sea leído. Sobre el presidente del
Instituto, destaca que es un caballero correcto y culto, y que este le informó
que invitará a los actos a Cardozo, Justo Prieto y Julio César Cháves, pues «conoce
nuestros problemas».[20]
Tras la realización
de los actos, el 5 de julio Pastore escribió a Benítez comentando el acto del
IHGU, calificándolo de «… un éxito para nuestros compañeros y para los
demócratas del Paraguay». Comentaba que el nuevo ministro paraguayo en Uruguay,
Natalicio González, quiso obstaculizar la realización del acto, y al no
conseguirlo, buscó impedir que fueran invitados «nuestros amigos». Explicaba:
Nuestro
amigo, el Sr. Ariosto González, Vicepresidente del Instituto, a quien Natalicio
González visitó dos veces en procura del éxito de su miserable gestión, terminó
con las demandas de este refiriéndole un cuento del Sr. Decoud. Por último, se
vio obligado a confesar la jerarquía intelectual de nuestros amigos, recordó a
todos con elogios, especialmente a usted, pero rogó que se evitara en lo
posible que los invitados realizaran una propaganda política con motivo del
viaje.[21]
La designación
de Natalicio como representante de Morínigo en Uruguay responde a las denuncias
de los exiliados en Montevideo por las violaciones de derechos humanos en
Paraguay. Uruguay fue uno de los Estados más críticos del régimen paraguayo,
organizándose distintas actividades y mítines de solidaridad.[22]
La preocupación por la presencia de liberales en los actos del IHGU da la pauta
de cómo una actividad, que a priori refiere a una conmemoración histórica, es
advertida como peligrosa para la dictadura paraguaya; al mismo tiempo, esta
actividad es destacada por Pastore como un triunfo para los liberales y «demócratas».
Este juego entre las tareas de indagación y conmemoración histórica, con las
actividades de militancia de los exiliados paraguayos, se repite durante todo
este período.
En 1946, el gobierno de Morínigo, tras concretar un gobierno de coalición
con colorados y febreristas, permitió el retorno de los exiliados políticos, dando
inicio a la «Primavera Democrática» (Gómez Florentin). Pastore retornó a Asunción pero tras la Guerra Civil de
1947 se refugió en la embajada uruguaya y luego se exilió nuevamente en
Montevideo. La correspondencia
de finales de 1947 y la primera mitad de 1948 da cuenta de los esfuerzos de
reorganización del Partido Liberal otra vez en el exilio, así como la
reactivación de las estrategias de militancia y solidaridad en el destierro. La
caída del dictador paraguayo el 3 de junio de 1948 fue vista con cautelosa
expectativa, iniciando una nueva etapa en el exilio de Pastore.
Desorganización
política y producción historiográfica (1948-1954)
Tras el
derrocamiento de Morínigo, se sucedieron gobiernos colorados de breve duración,
hasta que en septiembre de 1949 asume Federico Chaves. Señala Scavone Yegros
que bajo su mandato se consolidó «… un sistema de partido único, en el que la
Junta de Gobierno del Partido Colorado cumplió el papel de órgano rector de la
política interna» (289). La oposición fue reprimida y desalentada,
manteniéndose el estado de sitio y el control de la prensa. Sin embargo, fueron
liberados algunos presos políticos y se permitió el regreso de distintos exiliados,
en particular a los residentes en Argentina. A pesar de esto, los principales
dirigentes liberales se mantuvieron en el destierro, convencidos que solamente
un nuevo golpe de Estado podría desalojar al Partido Colorado del gobierno (Boccia
Paz 26-27).
La
correspondencia analizada da cuenta de la encrucijada en que se encontraban los
liberales en este período, pudiendo observar la dificultad para coordinar entre
exiliados y retornados. Del mismo modo, se aprecia una creciente desconfianza
al gobierno de Juan Domingo Perón, en concordancia con la postura del gobierno
de Luis Batlle Berres en Uruguay.[23]
Como explica Sánchez y Roniger, el gobierno de Perón permitió la residencia de
exiliados paraguayos siempre y cuando no organizaran en suelo argentino su
retorno a la lucha política. Los autores señalan que el peronismo había apoyado
a las fuerzas militares de Morínigo en la Guerra Civil de 1947, y cuando los
paraguayos desterrados se propusieron retornar a la militancia política
procedió a su expulsión (141-142). A pesar de esto, a partir de 1948 se constituyeron
comités liberales en distintas provincias argentinas y en Montevideo, no sin
dificultades en su funcionamiento y coordinación entre sus miembros.
Es posible
pensar que estas dificultades propiciaron una dedicación mayor en la actividad
historiográfica por parte de Pastore y sus vínculos. Esto no significó un
abandono de la militancia; por el contrario, se observa una articulación
interesante entre la investigación del pasado y la crítica a la situación
paraguaya. El aumento de los temas históricos en la correspondencia está
vinculado, en buena medida, al ciclo de conferencias organizado por el IHGU por
el centenario de la muerte de José Artigas en 1950 (de
los Santos), con la publicación las disertaciones en 1952. Entre los
conferencistas aparecen Ramos y Cháves, además del propio Pastore, siendo este
último el intermediario entre el Instituto y sus compatriotas (Borba Eguren, «Carlos Pastore y el Instituto…»).
Pero también
este período se caracterizó por la publicación de algunos trabajos del grupo de
historiadores liberales, entre ellos La lucha por la tierra en el Paraguay en
1949. Desde inicios de su exilio Pastore había comenzado a escribir los
primeros borradores de su obra más relevante, como se observaba en las
consultas bibliográficas y documentales que realizaba a Benítez. No obstante,
fue en el inicio de su segundo exilio que se concretó su publicación. El 6 de
marzo de 1948, Pastore escribió a Antonio Ramos comentando que decidió entregar
su libro «El desarrollo de la lucha por la tierra en el Paraguay» a la Revista
Histórica, dirigida por Pivel Devoto, para publicarlo como apartado. Agrega
que también ofreció su trabajo a la editorial de Fondos de Cultura Económica de
México, la cual aceptó el borrador, pero lo publicarían dentro de un año.
Explicaba: «Como la Revista Histórica
podrá publicarlo dentro de tres meses, he resuelto dar a luz el libro. Si la
obra vale algo ya habrá tiempo de hacer una segunda edición. De lo contrario,
no habrá necesidad de tanto esfuerzo».[24]
Cinco meses más tarde, anunciaba a su compatriota que pronto entraría en prensa
su libro en la Revista Histórica.[25]
No obstante, la
primera edición apareció a través de la Editorial Antequera, financiada por el
propio Pastore, desconociéndose la razón detrás de este cambio de planes. En
entrevista con su hija, Susana Pastore, señalaba que si bien este era el nombre
utilizado por su padre para la edición –la cual pagó de su bolsillo–, la
impresión fue realizada en el semanario Marcha dirigido por Carlos
Quijano.[26]
La aparición de la obra de Pastore tuvo buenas repercusiones entre sus
allegados (Ramos), a pesar de que el autor aclara en
distintas cartas que el trabajo solamente planteó el problema y que estaba preparando
una segunda edición más profunda. El 2 de julio de 1950 escribió a Alberto
Carísimo, liberal exiliado en Posadas, enviando un ejemplar de La lucha por
la tierra a través de Atilio Aponte. Le informaba que estaba trabajando en
una segunda edición, y explicaba:
Como
usted verá, en la primera edición, he planteado el problema objeto del trabajo.
En esta segunda edición tengo el propósito de dar más informaciones al
respecto, sin que todavía, a pesar de mis deseos, pueda completar la obra, no solamente
por inconvenientes de orden financiero, sino también por las trabas que todavía
se oponen al libre acceso de ciertas fuentes de información.[27]
En la
correspondencia relevada para este período se aprecia un intercambio fluido de
documentación y bibliografía entre los actores de la red. Las molestias de
Pastore para el «libre acceso de ciertas fuentes de información», fueron
paleadas a través de los vínculos entre paraguayos exiliados, y distintos
agentes en los países de residencia de estos. Un ejemplo ilustrativo es el
pedido de documentación por parte de Ramos. Al igual que Pastore, continuó con
sus indagaciones historiográficas durante su exilio, enfocado en la figura de
Juan Andrés Gelly. El 3 de agosto de 1948 comentaba que completó sus «informaciones»
en Buenos Aires sobre el diplomático paraguayo, por lo que sigue a la espera de
materiales que Pastore prometió enviarle.[28]
El reclamo de Ramos data de 1946, cuando su compatriota le indicó que había
relevado mucha documentación sobre Gelly en los archivos de Montevideo.[29]
Sin embargo, tras varias insistencias, el breve retorno de ambos a Asunción, y
el nuevo exilio tras la Guerra Civil de 1947, Pastore continuó sin enviarle los
materiales. El 9 de agosto de 1948 Pastore responde disculpándose por no haber
cumplido su promesa, pero le confirmaba que podía contar con que le enviará la
documentación. Señalaba que podría consultarle «… al Dr. Cardozo [por] los 5,
6, o 7 cuadernos de parte de la correspondencia de Gelly con Andrés Lamas y
otros. Puedes pedirle a Cardozo por mi nombre esos cuadernos».[30] El
material referido fueron las fichas y copias que había realizado Pastore cuando
recién llegó a Montevideo. Algunos de ellos fueron prestados a Efraím Cardozo,
quien se encontraba en Buenos Aires al igual que Ramos. Este tipo de préstamo y
circulación de documentación es un tema recurrente en la correspondencia relevada,
siendo una práctica historiográfica extendida en el Río de la Plata desde el
siglo XIX.
Hacia el final
de este período, los liberales comienzan a tomar medidas más concretas para una
reorganización efectiva. Sin embargo, las acciones liberales poco influyeron en
los acontecimientos internos del Paraguay. Iniciado el nuevo período
constitucional en 1954, el 4 de mayo el Comandante en Jefe, Alfredo Stroessner,
dio un golpe de Estado poniendo fin al gobierno de Chávez. La constitución de
1940 no preveía la figura del vicepresidente, por lo que tras un acuerdo entre
Stroessner y la dirigencia del Partido Colorado, se designó a Tomás Romero
Pereira como gobernante interino. Se pactaron elecciones para el 11 de julio,
cuyo único candidato fue el mencionado General, asumiendo el 15 de agosto de
1954 (Neri
Farina y Boccia Paz 21-22). Se iniciaba así la etapa de la historia
paraguaya conocida como el Stronato, marcando el período más extenso del
exilio de Pastore.
Stronato, divisiones internas del Partido Liberal, y retorno a
la historiografía (1954-1974)
El último período es el más extenso de todos, y se
caracteriza principalmente por la dictadura de Alfredo Stroessner en un
contexto global y regional de Guerra Fría. En este sentido, la correspondencia
de Pastore da cuenta de cómo su red de vínculos se vio influida y actuó en las
distintas coyunturas nacionales e internacionales. La segunda mitad de la
década de 1950 trajo consigo una dinamización de la militancia política liberal,
la cual se valió de la denuncia de violaciones de los derechos humanos en
Paraguay ante la opinión pública internacional, así como los intentos de
levantamientos armados (Boccia
Paz; Lachi).
No obstante, tras la Revolución Cubana el Partido Liberal abandonó progresivamente
el camino de la lucha armada, conformando con el Partido Revolucionario
Febrerista (en adelante, PRF) (Lewis) la Unión Nacional
Paraguaya, en 1959. Este frente opositor a Stroessner también intentó una
incursión armada, pero pronto abandonó el camino revolucionario, tomando una
postura anticomunista a partir de la adhesión de Fidel Castro al
marxismo-leninismo en diciembre de 1961.
Pastore ocupó la presidencia del Directorio del
Partido Liberal entre 1961 y 1962 desde el exilio, debiendo afrontar las
escisiones internas del liberalismo. Bajo su administración, la presión
internacional sobre el gobierno de Stroessner puso el foco en las denuncias por
violaciones de derechos humanos, a la par que el gobierno estadounidense
implementaba su plan de la Alianza para el Progreso. En un contexto de
incremento de la tensión internacional tras la Revolución Cubana, el gobierno
paraguayo colaboró con Estados Unidos en el combate al comunismo en el
continente, recibiendo apoyo financiero y técnico. Sin embargo, la diplomacia
estadounidense reclamó al Stronato la necesidad de normalizar la vida
política del país, como otra forma de evitar focos revolucionarios. A inicio de
la década de 1960 el gobierno puso sobre la mesa la posibilidad de convocar a
elecciones, planteando la disyuntiva a los partidos opositores de participar o
no. Un grupo de dirigentes liberales conocido como Movimiento Renovación, bajo
el liderazgo de Carlos y Fernando Levi Ruffinelli, se manifestó afín a
participar en las elecciones propiciadas por la dictadura. Tras publicaciones
en la prensa explicitando su posición, algunos de sus integrantes fueron
expulsados del Partido Liberal en 1961 y 1962. Progresivamente, el Movimiento
Renovación fue adquiriendo independencia del Directorio, siendo llamados despectivamente
como «Levirales» (Boccia
Paz 86-105).
Tras la convocatoria oficial de Stroessner para
elecciones en 1963, el Movimiento Renovación constituyó su «Directorio
Revolucionario» en septiembre de 1962, y eligió a su candidato para la
presidencia –Ernesto Gavilán– en noviembre del mismo año. El gobierno paraguayo
reconoció a esta nueva entidad como el legítimo Partido Liberal, imposibilitando
al Directorio original de participar en los comicios. Las elecciones dieron
ganador nuevamente a Stroessner, pero marcaba el ingreso al Parlamento de la
oposición «leviral». La fachada democrática de la Dictadura stronista tendría
nuevos capítulos, generando aún más fracciones en la interna liberal. En 1965,
ante las elecciones municipales, el PRF fue inscripto ante la Junta Electoral;
esto provocó una nueva discusión en el Directorio liberal, ahora presidido por
Gustavo González. A pesar de la negativa de varios de los exiliados, entre
ellos Pastore, se solicitó la inscripción ante la Junta, pero fue denegada.
Tras el ofrecimiento de febreristas, el liberalismo participó bajo este lema en
listas compartidas.
Desde el exilio, Pastore sostenía su
intransigencia respecto a participar en cualquier acto electoral organizado por
el Stronato. Sin embargo, tras la convocatoria para una Asamblea
Constituyente en 1967, el Directorio del Partido Liberal logró el
reconocimiento para su participación. Al no poder utilizar el lema «Partido
Liberal», propiedad de los «Levirales», se constituyó el Partido Liberal
Radical (en delante, PLR). Explica Boccia Paz que el Stronato había
logrado la participación de cuatro partidos políticos –Partido Colorado, PRF,
Partido Liberal («Levirales»), y PRL–, estableciendo una fachada electoral que
le aseguraría continuar recibiendo el apoyo financiero estadounidense (147-148). Aprobada la nueva
Constitución paraguaya, el Gobierno convocó a elecciones para el 11 de febrero
de 1968. El PLR presentó su lista al Senado, incorporando el nombre de Pastore,
pero la Junta Electoral rechazó su inclusión por no residir en el país. Esto
marcó un alejamiento de Pastore de la militancia activa en el liberalismo; su
hija comenta que él no estuvo de acuerdo con la participación en estos comicios
y que al momento de confeccionar la lista presentó sus reparos, abriéndose del
PLR.[31]
Este breve repaso por los avatares políticos del
liberalismo da cuenta de una intensa actividad política desde mediados de 1950
hasta finales de 1960. En este sentido, la correspondencia relevada marca un
aumento significativo de la temática de militancia, en detrimento de cuestiones
historiográficas. Sin embargo, es posible encontrar algunas gestiones relevantes
de Pastore, similares a los períodos anteriores. Se destaca el intercambio con
Leslie B. Rout Jr., historiador afroestadounidense que realizaba su doctorado
en la Universidad de Minnesota. El 27 de agosto de 1964, Rout escribió a
Pastore indicando que su tesis versaba sobre las soluciones diplomáticas en la
Guerra del Chaco, en especial sobre la Conferencia de Paz en Buenos Aires. Por
esta razón consultaba si podía «… concederme cualquier material, recuerdo,
observación o documentos» sobre el tema.[32]
Esta comunicación fue enviada por intermedio de Marcial Riquelme, paraguayo,
liberal y militante universitario radicado también en Minnesota. Este escribió
a Pastore el 28 de agosto, anunciando el envío de la carta de Rout. Explicaba
que su «amigo norteamericano» viajará a Paraguay, pero previamente deseaba estar una semana en Montevideo con el
propósito de entrevistar a Pastore y a Rafael Franco –líder y fundador del
PRF–. Expresaba su deseo de que le presten «la mayor colaboración» debido a la
importancia de su tema de investigación, «… sobre el cual no existe publicación
alguna en inglés». Agregaba:
Ahora
van dos palabras de introducción acerca de este ciudadano. Es un líder del
movimiento de integración racial y como tal ha sido arrestado en varias
ocasiones tanto en el Sur como en su estado de origen Illinois. Es el único
profesor negro de la Universidad de Minnesota y ha llegado a la cátedra por su
capacidad y talento. Aunque no está afiliado a ningún partido político él se
considera Social Demócrata; hemos sido muy buenos amigos desde que vine a
Minneapolis y ha sido esa amistad y su simpatía hacia la América Hispánica en
general y hacia el Paraguay en particular, lo que le ha motivado a escribir su
tesis doctoral sobre un capítulo muy importante de la historia paraguaya: La
Guerra del Chaco.[33]
Pastore envió la respuesta a Rout por intermedio
de Riquelme el 10 de noviembre.[34]
En la carta al historiador estadounidense manifestaba colaborar con su
investigación, disculpándose por su demora en contestar por problemas de salud,
y quedando a la espera de sus indicaciones.[35]
Rout respondió el 7 de diciembre de 1964, agradeció a Pastore y le indicó que
estaba interesado en entrevistar a participantes en la Guerra del Chaco, a
personas que hayan estado relacionados con la Conferencia y en «localizar y
obtener copia de cualquier informe, documento o memorándum relacionado con los
esfuerzos diplomáticos tendientes a poner fin a la Guerra del Chaco».[36]
Terminaba su carta agradeciendo nuevamente y poniéndose a las órdenes de
Pastore por cualquier consulta o información que necesitara. Pastore respondió
el 22 de diciembre de 1964 reiterando que colaboraría con él y aprovechando su
ofrecimiento, le solicitó la compra de la obra Materiales para el estudio de
la clase media en América Latina, de Theo Cravenna, editado por la Unión
Panamericana en 1950/51. Señalaba que le girará el dinero en cuanto le informe
de su costo, pues desconoce el precio. También le consultaba sobre algún
ejemplar que pueda encontrar de la obra de Diego de Zevallos, El Recto uso
de la Yerba Mate o Historia del Paraguay, editado en Lima en 1667.[37]
El intercambio con Rout continúo en los meses
siguientes, concretándose su viaje a Montevideo –donde se entrevistó con
Pastore el 10 de agosto de 1965–, culminando
su doctorado en 1966. En 1970 publicó su tesis bajo el título Politics of
the Chaco Peace Conference 1935-1939, donde agradece a Pastore, así como a
otros «paraguayos ilustres» como Efraím Cardozo y Juan Isidro Ramírez (xiv). En el libro aparecen
citados varios documentos pertenecientes a la colección personal de Pastore; del
mismo modo, en las entrevistas realizadas figuran liberales que también
aparecen en la correspondencia, como José Bozzano y Efraím Cardozo (256). Esta colaboración
permite observar la red como vehículo para las investigaciones históricas
relacionadas a Paraguay. El vínculo político entre Pastore y Riquelme es el que
posibilita el intercambio con Rout, y que este pueda acceder a mucha de la
documentación y contactos que utiliza en su trabajo. El «lazo fuerte» de
Pastore con Riquelme, permite establecer lo que a priori podría ser un «lazo
débil» con Rout, en torno a una investigación histórica puntual. Los favores
recíprocos en la búsqueda de materiales para sus investigaciones permiten a
ambos acceder a insumos historiográficos, vehiculizado por el contacto de
Pastore con paraguayos residentes en Estados Unidos.
Este acontecimiento también se inscribe en un proceso
de retorno de Pastore a la investigación histórica. A partir de la progresiva
inclinación del Directorio del Partido Liberal hacia la participación en los comicios
organizado por la dictadura, la correspondencia muestra un leve incremento en
la temática historiográfica. Esta tendencia se mantiene y se consolida tras el
alejamiento de Pastore de la actividad política en 1968. En este contexto es
que acelera su trabajo para la segunda edición de La lucha por la tierra.
La idea de reeditar su investigación aparece temprano como se observó en la
correspondencia citada. Lo mismo asevera su hijo, Carlos Pastore Olmedo, al relatar
que la idea de una segunda edición apareció desde 1949 pero no fue hasta la
década de 1960 que tomó la decisión de trabajar en ella de forma sistemática (30).
En el inicio la década de 1970, tras su
alejamiento de la militancia activa en el Partido Liberal, incrementó su
trabajo en la segunda edición. El 9 de noviembre de 1970, Efraím Cardozo, quien
había retornado a Asunción y era senador por el PLR,[38]
escribió a Pastore felicitándolo por
la iniciativa de reeditar su libro. Señalaba que: «Es una obra fundamental a la
cual solo le falta ponerla al día y agregarle algunos capítulos para ser una
verdadera historia social del Paraguay».[39]
Pastore respondió el 14 del mismo mes explicando que la segunda edición
aparecerá con los capítulos que le indicaba, y agregaba:
El
volumen será, aproximadamente, el doble de páginas que la anterior; pero el
tema no se ha agotado. Lo dejaré en ese estado para que lo terminen de estudiar
los que en el futuro tendrán la posta. Tengo copiado en limpio hasta fines de
1940. Me falta el último capítulo sobre el período de la contrarreforma
agraria. Será posible encontrar editor en esa?[40]
A pesar de la búsqueda de Pastore de distintos
editores, su publicación tuvo el mismo derrotero que la primera edición: el
autor pagó de su bolsillo, apareciendo como Editorial Antequera, y fue impreso
en las instalaciones del semanario Marcha. Las repercusiones de su trabajo
fueron mayores a las de la edición de 1949, posiblemente por factores como: a) las
medidas restrictivas de la Dictadura para con su producción bibliográfica; b) una
temática que formaba parte de las discusiones políticas y sociales en
Latinoamérica desde la década de 1960; y c) una red de vínculos que le permitió
una difusión mayor que en la primera edición, de la mano de un prestigio
intelectual acrecentado en su prolongado exilio.
Es posible hallar reseñas del trabajo publicadas
en Norteamérica, como las de los estadounidenses John Hoyt William (1974) y H. G. Warren (1976) –quien ya había realizado
una reseña sobre la primera edición (1952)–, y la del mexicano Jorge
S. Aguilar (1973), siendo esta la más
crítica a las interpretaciones de Pastore. También en territorio uruguayo su
trabajo tuvo su reconocimiento, siendo premiado en el Concurso de
Remuneraciones Literarias de 1972 por el Ministerio de Educación y Cultura.[41]
Del mismo modo, esta edición tuvo su repercusión
en territorio paraguayo. El 11 de enero de 1973 Cardozo informaba que escribió
una nota sobre el trabajo de Pastore en el periódico del PLR, El Radical.
También señalaba las «estupideces de Chamorro», quien publicó sus comentarios
sobre el libro.[42]
Pastore respondió nueve días más tarde diciendo que desconocía los
comentarios de Cardozo, y pide que se los envíe; sabía de un comentario
publicado en La Tribuna, pero no pudo acceder a él, y solicitaba que
también se lo remita. Le indicaba que conocía los comentarios de Humberto Pérez Cáceres y Víctor
Chamorro Noceda, diciendo sobre este último que «… es un crítico histórico
frenético, y su estilo no le ayuda. Al parecer no comprende que el trabajo no
es una historia política ni una historia social del país, sino simplemente un
trabajo de sociología jurídica».[43]
Estas menciones
dan cuenta del ingreso de su obra en territorio paraguayo, a pesar de las
restricciones impuestas por Stroessner. Comenta Susana Pastore que un amigo de
su padre dueño de una librería, así como ella misma, ingresaban con ejemplares
de La lucha por la tierra entre sus equipajes cuando viajaban a Paraguay.
Señala que Pastore le explicaba que a pesar de que le sustrajeran los libros en
la aduana, estos serían vendidos o repartidos, ayudando en su circulación.[44]
Esta segunda edición se produjo en un clima de
deterioro democrático uruguayo, el cual desembocó en el golpe de Estado de
junio de 1973. Pastore, con problemas de salud y descontento con la situación
del país que le brindó refugio, decidió retornar a Paraguay. No obstante, su
vida en Asunción fue compleja. Se cerraba así la etapa del exilio en
Montevideo, debiendo enfrentar un breve destierro años más tarde y un aislamiento
debido a la estricta vigilancia de la Dictadura paraguaya hasta 1989.
A lo largo de
este trabajo se procuró observar las distintas etapas del exilio de Pastore
entre 1942 y 1974. A través de su derrotero personal, se procuró reconstruir su
red de vínculos y analizar las distintas actividades historiográficas para los
tres recortes cronológicos realizados, a partir de los cambios políticos en
Paraguay. En este sentido se puede observar cómo la gestión y producción
historiográfica presenta una fuerte conjunción en la lucha contra Morínigo
durante el primer exilio de Pastore. La presencia del grupo de historiadores
liberales marca la pauta de las dinámicas historiográficas de la red.
Tras el segundo
exilio, en el período 1948-1954, la desorganización liberal y las dificultades
para militar propiciaron una dedicación mayor a las labores históricas. Es en
este momento en que se publica la primera edición de La lucha por la tierra,
así como se llevan a cabo distintas conferencias relacionadas con Paraguay en
el IHGU. En los primeros años de la década de 1950 se dan los primeros pasos de
reorganización del Partido Liberal, a la vez que el creciente antiperonismo
comenzaba a estrechar los lazos entre exiliados argentinos, exiliados
paraguayos y las posturas del Gobierno uruguayo. Finalmente, tras el inicio del
Stronato en 1954, la actividad política desplaza como temática central a
las cuestiones historiográficas. El papel de Pastore en el Directorio del
Partido liberal en la segunda mitad de 1950 e inicios de 1960 da cuenta de una
preocupación central en la actividad partidaria, en detrimento de sus
investigaciones históricas.
Planteado el
debate de participar o no en las elecciones propiciadas por Stroessner, Pastore
fue marcando su intransigencia a pesar de la progresiva postura de inscribirse
en la Junta Electoral. Tras la decisión del Directorio de inscribirse en 1965 –siendo
denegada, y participando en las listas del PRF–, y en particular tras la
participación como PRL en 1967, Pastore se alejó de la militancia activa. A
partir de este momento, la temática historiográfica comienza a tomar mayor
presencia en su correspondencia. Se da cuenta de un incremento en el trabajo
para la segunda edición de La lucha por la tierra, así como los
contactos con otros investigadores, incluso más allá de la región platense. La
repercusión de la edición de 1972 marca, no solamente un producto de las redes
historiográficas construidas en su prolongado exilio, sino también una actitud
política a través de la distribución del libro a pesar de las restricciones del
Stronato.◊
Obras citadas
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Notas
[1] Este trabajo es
producto del Proyecto de Iniciación a la Investigación «Carlos Pastore:
resistencia, exilio y escritura de la Historia en el Paraguay autoritario»
financiado por CSIC, así como de mi investigación para mi tesis de Maestría en
Historia Rioplatense (FHCE-UdelaR) próxima a culminar. Deseo agradecer a los
distintos compañeros del Instituto de Historia de la FHCE, así como a los
diversos colegas del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas, por sus valiosos
aportes, comentarios y contribuciones para el desarrollo de mis indagaciones.
De igual manera quiero agradecer a la Academia Paraguaya de la Historia, en
especial a Elsa Ramírez Cousiño y Lisa Olmedo, quienes no solo atendieron todas
mis consultas durante mis actividades de relevamiento en Asunción, sino también
enviaron mucho material digitalizado del cual este trabajo es deudor.
[2]
Diploma de Diploma de Apr∴ M∴ de Carlos Pastore, nov. 10, 1952.
Archivo del Departamento Histórico de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay
(ADH-GLMU-Uy), Montevideo, Log ∴ Renacimiento N° 78; Diploma de Diploma
de Apr∴ M∴ de Carlos Pastore, nov. 10, 1952.
Academia Paraguaya de la Historia (APH-Py), Colección Documental y
Bibliográfica «Carlos Pastore», Caja N° 28.
[3] Sansón no incluye a Prieto entre este grupo. No obstante,
puede ser incorporado pues comparte una formación, derrotero y vinculación
similar a los demás. A su vez, el propio Pastore lo reconoce como historiador
en el Prólogo a la obra de Andrés Flores Colombino (25).
[4] La
fecha de cierre del período de análisis es tomada a partir de la documentación
relevada, siendo 1974 el año de las últimas cartas escritas desde su residencia
en Montevideo. Del mismo modo, la documentación muestra distintos trámites para
su reconocimiento como veterano de Guerra del Chaco ante la Unión Paraguaya de
Excombatientes –el cual logra en julio de 1975–, así como el Placet Quitte ante
la GLMU para desvincularse de la Log∴ Río de la Plata N° 121. Ver APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 33. No corresponde a este análisis el
breve retorno a Montevideo que sufrió hacia 1978, tras ser expulsado por
intentar participar públicamente en las filas del Partido Liberal Radical,
según narra su hijo Carlos Pastore Olmedo (33-35).
[5]
Estas son: id; remitente; institución remitente; receptor; institución
receptora; nacionalidad remitente; nacionalidad receptor; fecha; anni; lugar
remitente; latlong remitente; lugar receptor; latlong receptor; texto; copia;
tipo carta; tema historiografía; tema paraguay; tema militancia; tema
latinoamérica; tema revolución; tema otros.
[6]
Cabe destacar que también se relevaron otro tipo de materiales relacionados al
tema trabajado, como recortes de prensa, folletos, fotografías, documentos
partidarios, entre otros, que formaban parte de las cajas seleccionadas.
[7] Sobre R: https://www.r-project.org/about.html
[8] Sobre igraph, ver https://igraph.org/r/
[9]
Sobre Palladio: https://hdlab.stanford.edu/palladio/
[10]
Carta de Carlos Pastore a Justo Pastore Benítez, Montevideo, nov. 26, 1944.
(APH-Py), Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[11]
Su hija, Susana Pastore, menciona este aspecto cuando señala que en esos
primeros años la Biblioteca Nacional fue uno de los acervos de principal
consulta: «Él me contó que, en esa primera etapa en Sayago, por ejemplo, cuando
él fue y nosotros estábamos acá [Asunción]. […] ¡él se encontró con la
Biblioteca Nacional! Entonces él me decía [que] venía de Sayago. Bueno,
seguramente que desayunaba en Sayago, entraba en la Biblioteca Nacional y no sé
a qué hora volvía a la realidad, tomaba un café con leche con algo, y volvía a
entrar a la Biblioteca Nacional. Y se dio cuenta que no sabía nada. A pesar de
los títulos y las cosas que había hecho, no sabía nada. Entonces, ahí empezó a…
él le tenía un gran afecto a la Biblioteca Nacional». Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore Olmedo» (Matías Borba
Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6, 2019), 15:23’-16:17’.
[12]
Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Buenos Aires, nov. 4, 1942. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[13]
Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Buenos Aires, ene. 8, 1943. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[14]
Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, nov. 26, 1944.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[15]
Ver Benítez, Justo Pastor. El Solar Guaraní:
panorama de la cultura paraguaya en el siglo XX. Editorial Ayacucho, 1947.
[16]
Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río de Janeiro, dic. 5, 1944.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[17]
Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, may. 4, 1945.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[18] Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río
de Janeiro, may. 11, 1945. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[19]
Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, may. 29, 1945.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.
[20]
Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río de Janeiro, jun. 6, 1945.
APH-Py, Asunción, «Colección documental y bibliográfica Carlos Pastore», Caja
N° 34.
[21] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez,
Montevideo, jul. 5, 1945. APH-Py, Asunción, «Colección documental y
bibliográfica Carlos Pastore», Caja N° 34.
[22] En
ese sentido se destaca la actividad organizada por la Confederación Americana
de Magisterio, en mayo de 1945. Presidida por Otto Niemann, la relación entre
este y Pastore queda de manifiesto en el gráfico de Red, siendo Niemann un nodo
relevante en la estructura relacional. La correspondencia relevada refiere
justamente a las comunicaciones oficiales en torno a esta actividad. A la par,
la misión periodística de Carlos Borche y Alberto Rodríguez, periodista y
fotógrafos de El País respectivamente, tuvo gran repercusión en la
opinión pública uruguaya al comprobar varias de las denuncias que los exiliados
paraguayos venían realizando (Borche).
[23] La «amenaza
peronista» jugó un papel fundamental en el debate público uruguayo, siendo
Montevideo un refugio para muchos exiliados argentinos (Adrover,
«El Peronismo y las derechas uruguayas (1947-1955)»; Adrover, «La movilización
antitotalitaria…»; Cerrano, «La campaña presidencial del herrerismo…»; Cerrano,
«El impacto de la doctrina Larreta…»; Oddone).
[24]
Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, mar. 6, 1948. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[25]
Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, ago. 9, 1948. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[26] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore
Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6,
2019), 47:50’-50:00’.
[27]
Carta de Carlos Pastore a Alberto Carísimo, Montevideo, jul. 2, 1950. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 32.
[28]
Carta de Antonio Ramos a Carlos Pastore, Buenos Aires, ago. 3, 1948. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[29]
Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, mar. 2, 1946. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[30]
Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, ago. 9, 1948. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[31] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore
Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6,
2019), 22:19’ - 27:54’.
[32] Carta de Leslie B. Rout Jr
a Carlos Pastore, Minneapolis, ago. 27, 1964. APH-Py, Asunción,
Colección Pastore, Caja N° 25. La carta está originalmente en inglés, la
traducción es del autor.
[33]
Carta de Marcial Riquelme a Carlos Pastore, Minneapolis, ago. 28, 1964, APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.
[34]
Carta de Carlos Pastore a Marcial Riquelme, Montevideo, nov. 10, 1964. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.
[35] Carta de Carlos Pastore a Leslie B. Rout Jr., Montevideo, nov. 10, 1964. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.
[36]
Carta de Leslie B. Rout Jr. a Carlos Pastore, Minneapolis, dic. 7, 1964.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.
[37]
Carta de Carlos Pastore a Leslie B. Rout Jr., Montevideo, dic. 22, 1964.
APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.
[38] Resulta interesante la relación mantenida entre Pastore y
Cardozo, pues si bien fue un interlocutor constante durante las décadas de 1940
y 1950, las diferencias políticas en torno a la participación o no del
liberalismo en las elecciones de Stroessner los distanciaron. En 1964 escribía
a otro paraguayo exiliado, Carlos Burgstaller
–radicado en Caseros, Buenos Aires– señalando que «La mala semilla esparcida por Gerónimo Riart, Efraím Cardozo y
Gustavo González, ha dado los frutos del mal que hoy alimenta la confusión
general que nos hace aparecer, falsamente, como un pueblo que ha renunciado a
su derecho de ser libre y soberano. Pero todo esto pasará pronto y se verá
claro la falsedad del planteamiento que sostiene la posibilidad de conquistar
la libertad aceptando la ley y el derecho del tirano que afirman la obligación
de obediencia del pueblo a su mandato arbitrario y su derecho de no ajustar sus
actos a la ley»,
Carta de Carlos Pastore a Carlos Burgstaller, Caseros, dic. 23, 1964. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25. Tras el alejamiento de Pastore del
Partido, la temática historiográfica los volvió a reencontrar, en particular
las investigaciones sobre los límites y territorios de Paraguay, relacionados
al debate público por las negociaciones por los Saltos del Guairá.
[39]
Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Asunción, nov. 9, 1970. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[40] Carta de Carlos Pastore a Efraím
Cardozo, Montevideo, nov. 14, 1970. APH-Py, Asunción, Colección Pastore,
Caja N° 31.
[41]
Diploma de Carlos Pastore como ganador Concursos de Remuneraciones Literarias
(1972), Montevideo, jun. 1974. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 28.
[42]
Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Asunción, ene. 11, 1973. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[43] Carta de Carlos Pastore a Efraím
Cardozo, Montevideo, ene. 20, 1973. APH-Py,
Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.
[44] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a
Susana Pastore Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6,
2019), 47:50’ – 50:00’.