Etapas de un exilio y escritura de la Historia
La gestión y producción historiográfica de Carlos Pastore durante el Paraguay autoritario (1942-1974)

Stages of an exile and writing of History. The Carlos Pastore’s historiographic management and production in authoritarian Paraguay (1942-1974)

Matias Borba Eguren

Universidad de la República

https://orcid.org/0009-0009-7004-3018

 

DOI: https://doi.org/10.25032/crh.v9i17.6

Recibido: 26/2/2023

Aceptado: 23/8/2023

Resumen. El presente trabajo procura analizar las distintas etapas del exilio de Carlos Pastore –jurista, intelectual y político paraguayo radicado en Montevideo entre 1942 y 1974–, prestando especial atención a sus actividades historiográficas en la capital uruguaya. Adscripto al Partido Liberal de Paraguay, conjugó su militancia contra las dictaduras de Higinio Morínigo (1940-1948) y Alfredo Stroessner (1954-1989), con la investigación del pasado paraguayo. Miembro correspondiente del IHGU y del IPIH, durante el largo período de su exilio es posible identificar etapas donde se conjugan las tareas de investigación histórica con su oposición intransigente a las dictaduras de su país. Se estudian las distintas redes establecidas por Pastore con otros intelectuales e historiadores, identificando sus acciones de gestión y producción historiográfica.

Palabras claves: Carlos Pastore, exilio, redes historiográficas, Paraguay

Abstract. This paper attempts to analyze the different stages of Carlos Pastore’s exile ―Paraguayan jurist, intellectual and politician living in Montevideo between 1942 and 1974–, paying special attention to his historiographical activities in the Uruguayan capital. Being member of the Liberal Party of Paraguay, he combined his militancy against the dictatorships of Higinio Morínigo (1940-1948) and Alfredo Stroessner (1954-1989), with the investigation of the Paraguayan history. He was corresponding member of the IHGU and the IPIH. During the long period of his exile, it is possible to identify stages where the historical investigation activities are combined with his intransigent opposition to the dictatorships of his country. I study the different networks established by Pastore with other intellectuals and historians, identifying their historiographic management and production.

Key words: Carlos Pastore, exile, historiographic networks, Paraguay

 

Introducción[1]

Carlos Pastore nació el 16 de mayo de 1907 en Mbuyapey, Paraguay. Se formó en el Colegio Nacional y egresó como abogado de la Universidad Nacional de Asunción, interesándose tempranamente en la política. Como integrante del Partido Liberal paraguayo, actuó como subsecretario de la Presidencia de José Patricio Guggiari (1928-1932). Con el advenimiento de la Guerra del Chaco fue jefe de la Sección Correos y Claves del Comando del Ejército en Operaciones, siendo reconocido por su destacada actuación. Durante la presidencia de José Félix Estigarribia (1939-1940) fue designado director del Departamento de Tierras y Colonización. Al frente de dicho departamento, Pastore pudo conocer de primera mano las condiciones de vida de los campesinos y proyectó una reforma agraria. Tras la muerte de Estigarribia, y el ascenso de Higinio Morínigo al poder (1940-1948), el Paraguay transitó una serie de gobiernos de corte autoritario, cuyo punto máximo fue la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).

En este contexto, Pastore se exilió en Montevideo a partir de 1942. Buscó en reiteradas ocasiones ingresar a Paraguay, con un efímero retorno en 1947, y varios intentos fracasados en la década de 1960. Radicado en Montevideo se desempeñó como abogado, a la par que ejerció activamente el periodismo y la militancia contra los gobiernos autoritarios de su país. En la capital uruguaya se vinculó con destacados políticos e intelectuales. Fue miembro correspondiente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (en delante, IHGU), y en 1952[2] fue iniciado en la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. Su actividad periodística y política contra los gobiernos dictatoriales de su país lo llevaron a realizar viajes a Buenos Aires y a distintas provincias argentinas. También incursionó en la radio con el programa «La hora de la liberación paraguaya», transmitido por Radio Ariel y El Espectador; una selección de sus audiciones fue compilada en su libro El Paraguay y la tiranía de Morínigo en 1947. En el campo de la investigación histórica se destaca su obra célebre, La lucha por la tierra en el Paraguay (1949), con una segunda edición corregida y ampliada en 1972.

Tomás Sansón («La historiografía liberal…») inscribe a Pastore como integrante del grupo de intelectuales liberales paraguayos, junto a Justo Pastor Benítez (1895-1963), Justo Prieto (1897-1982),[3] Efraím Cardozo (1906-1973), Antonio Ramos (1907-1984), y Julio César Chaves (1907-1989). Señala que este grupo se formó en el Colegio Nacional de Asunción, y en la Universidad Nacional de Asunción. Fueron militantes activos del Partido Liberal, y participaron en la Guerra del Chaco en tareas de asesoramiento y apoyo logístico. Ocuparon cargos políticos, diplomáticos y administrativos, y todos sufrieron la experiencia del exilio –en distintos momentos y por variados períodos– debido a las dictaduras de Higinio Morínigo (1940-1948) y de Alfredo Stroessner (1954-1989). Se abocaron intensamente a la investigación histórica, ocupándose de cuestiones sociopolíticas y económicas, sin descuidar los temas de índole político. Entendían que el estudio del pasado era una herramienta fundamental para entender los problemas del país, así como para «desmitificar» el uso ideológico de la Historia (41-43). Los intercambios epistolares entre estos dan cuenta de la intensa labor de Pastore durante su exilio en Montevideo, ya sea como articulador político o como investigador. Su papel desde la capital uruguaya fue fundamental para la concreción de distintas actividades políticas en el marco de la oposición al autoritarismo de su país; de igual manera, su labor heurística y de gestión cultural repercutieron en las investigaciones de varios de estos autores.

El arribo de Pastore a Uruguay en 1942 coincide con un proceso de realineaciones de las hegemonías políticas al interior, y un cambio de postura internacional (Caetano, «La vida política»; Ruíz). El efecto de la Segunda Guerra Mundial en el territorio uruguayo se cristalizó en un alineamiento decidido con Estados Unidos y con la causa aliada (Marchesi y Markarian). En este contexto de abandono progresivo de la neutralidad, la lucha contra el «nazifascismo» en el continente americano se articuló con la oposición a Morínigo de liberales, febreristas y comunistas paraguayos exiliados. Las intervenciones públicas de Pastore en sus audiciones radiales, y su apoyo en distintos mítines o protestas, encontraron en Montevideo una caja de resonancia privilegiada. La presencia de exiliados antiperonistas y españoles republicanos, permitieron una plataforma de reclamo y acción dispuesta a apoyar su lucha contra Morínigo. Como señala Gerardo Caetano (Historia mínima del Uruguay), la situación geopolítica del país lo colocaba como un espacio de «frontera», así como un «factor de equilibrio» en la región; esto posibilitaba el tránsito de distintos intelectuales, políticos, sindicalistas, y perseguidos políticos que encontraban refugio, particularmente en Montevideo.

No obstante, el largo período de exilio que se procura estudiar marca un cambio en la situación política e internacional del Uruguay. En este sentido, las actividades de Pastore fueron acompasándose a los avatares nacionales e internacionales: la Guerra Fría, el anticomunismo, el aumento de la violencia política, y la consolidación de las derechas (Broquetas; Broquetas y Caetano) marcaron cambios de estrategia y relacionamiento. La dictadura de Alfredo Stroessner en 1954, y la represión desatada, marcó una nueva etapa de lucha contra el autoritarismo en Paraguay. Las relaciones de Uruguay con el Estado paraguayo fueron seguidas de cerca por los exiliados, tanto en Montevideo como en la región. De igual manera, el impacto de la revolución cubana en el continente implicó una revisión de estrategias de Pastore y el Partido Liberal, que también seguía de cerca la actitud uruguaya ante este acontecimiento (García y Girona; García y Ayala; de León; Girona). Se puede advertir, a través de la correspondencia, una preocupación creciente ante el aumento de la violencia y el «deterioro» democrático del Uruguay por parte de un Pastore más avejentado y con problemas de salud. El fin de su exilio con los primeros años de la Dictadura cívico-militar (1973-1985), retornando a Asunción hacia mediados de 1970 donde vivió bajo estricta vigilancia del régimen stronista.

A pesar de una actividad intensa en este largo período, tanto a nivel intelectual como político, el exilio de Pastore en Montevideo no ha sido estudiado en profundidad. El análisis de su derrotero no solo permite conocer mejor la vida del historiador paraguayo, sino también sus vínculos con individuos destacados de la vida política y cultural del Río de la Plata. En este sentido, su archivo es un acervo privilegiado para observar su actividad y vínculos, posibilitando reconstruir una red de intercambios en el contexto de su destierro. Para esta labor, se propone un análisis de sus intercambios epistolares aplicando herramientas de social network analysis, a partir de la Colección Documental y Bibliográfica «Carlos Pastore» (en delante, Colección Pastore) –custodiada por la Academia Paraguaya de la Historia (en delante, APH)–. Se realizará un análisis de red egocentrada en este paraguayo, con el fin de dilucidar sus vínculos en torno a las actividades historiográficas y su articulación con la militancia contra los gobiernos autoritario.

 

Metodología de trabajo

El período de análisis se inicia en 1942, momento en que Pastore arriba a Montevideo, y 1974, cuando decide retornar a Asunción.[4] Para esto, se ha construido una base de datos con un total de 22 variables[5] a partir de la correspondencia relevada.[6] Para su análisis se toma el concepto de red aplicado por Ímizcoz y Arroyo (2011), quienes sostienen que se trata de «… un conjunto de conexiones entre actores relacionados de un modo u otro a través de interacciones efectivas que se producen en un momento dado». Ímizcoz (2003) indica que el análisis de redes permite visualizar y medir las interacciones entre actores sociales; se parte de los vínculos entre individuos, para comprender sus acciones, valores, atributos y «capitales» (Bourdieu) que moldean la estructura de la red, a la vez que la red los condiciona.

Para este tipo de análisis, la correspondencia resulta una fuente privilegiada, aunque requiere un tratamiento intensivo que abarque no solo las comunicaciones enviadas, sino también el análisis de las actividades, recursos, informaciones y materiales que intervienen en el vínculo epistolar. En este sentido, la Colección Pastore posee la particularidad de conservar su correspondencia activa y pasiva, mostrando la tarea de construcción de su propio archivo por parte de este paraguayo. Como señalan Liliana Brezzo y María Gabriela Micheletti:

[…] un archivo personal se puede asumir como una elaboración autobiográfica de su productor y no exclusivamente como fuente o como una cantera de datos a explotar por la cantidad y la originalidad de la información que contiene para la investigación, es decir, establece una precaución metodológica ante el uso excesivamente documentalista de los materiales de archivo (49).

En este sentido, los materiales conservados corresponden a una decisión de Pastore por preservarlos, no solo para un uso práctico –en tanto poseer registros completos de sus comunicaciones–, sino también en la construcción discursiva de su actividad, en particular durante el exilio. Sin embargo, la actual Colección Pastore consultada no es exclusivamente producto de estas decisiones; el corpus documental sufrió transformaciones por las vicisitudes del traslado de Montevideo a Asunción tras su retorno hacia 1974 (Pastore Olmedo 32-33), así como por la selección de los materiales para concretar su adquisición por parte del Estado paraguayo en 1996 y su conservación en a la APH.

Tomando en cuenta este aspecto se optará por un «análisis de red egocentrada». Ímizcoz y Arroyo (2011) explican que se trata de la reconstrucción de redes en torno a un individuo en particular, pero que permite ser el punto de partida para observar una estructura relacional más amplia (Borba Eguren, «Entre Paraguay y Uruguay…»). A partir de la recopilación de esta información, la base de datos resultante será procesada con el software R,[7] con el fin de graficar la red egocentrada en Pastore. Para esto se utilizará el paquete igraph,[8] el cual permite visualizar las interacciones estableciendo un nodo para cada individuo –ya sea en su papel de remitente o de receptor–, enlazados por una línea direccionada por comunicación remitida/recibida. A mayor cantidad de cartas enviadas o recibidas, el nodo será más grande; a la par, a mayor cantidad de interacciones, los nodos se verán enlazados con mayor o menor densidad, ubicándose más cerca entre sí.

Esta visualización de las comunicaciones relevadas será el punto de partida para el análisis. Observando distintos parámetros, se procurará delimitar grupos de mayor cercanía en torno a Pastore para definir sus características, temas de interés, y funciones de los distintos actores. A la par, se estudiarán los lazos más ocasionales, que den cuenta de otros grupos o de posibles comunicaciones que expandan la red personal. Para esto se tomarán los postulados teóricos planteados por Mark S. Granovetter, y aplicado en el análisis histórico por David Lux y Harold Cook, en torno a «la fortaleza de los lazos débiles». A grandes rasgos, señalan que los individuos cuyos lazos son fuertes –y sostenidos en el tiempo– comparten características comunes entre sí. En este sentido, los nodos más cercanos a Pastore poseen intereses, trayectorias y características similares. De esta manera, partiendo de la red egocentrada, es posible observar más allá del nodo central. No obstante, los lazos débiles, aquellos más esporádicos, revelan otro aspecto de la red de interacciones. Señalan los citados autores que este tipo de vínculo permite que la información, intereses, preocupaciones o recursos ajenos a los grupos conformados por lazos fuertes, puedan ingresar a través de actores que se encuentran más dispersos en la estructura relacional.

De esta manera, el análisis de la red egocentrada en Pastore no solo se focalizará en su grupo más cercano; también se estudiarán distintas interacciones ocasionales que se dieron en momentos o circunstancias particulares. Aplicando esta metodología se procura establecer las variaciones temáticas en los distintos períodos de su exilio, prestando especial atención a las actividades y producción historiográfica

Es menester también entender las limitaciones de este análisis. Si bien la presencia de correspondencia da cuenta una conexión entre dos actores, esta no define por si sola la existencia, el peso y las características de los vínculos. Para esto es necesario complementar y contrastar con otro tipo de información, muchas veces referida en la correspondencia (Ímizcoz y Arroyo; Borba Eguren, «Entre Paraguay y Uruguay….»). Por otro lado, al tratarse de una selección de las cajas donde se constataron mayor cantidad de correspondencia, implica que su representatividad está mediada no solo por la conservación de las cartas en el archivo, sino también por el recorte cronológico que aborda este trabajo. La base de datos construida responde al trabajo actual de relevamiento y procesamiento, sujeta a nuevos hallazgos documentales. Es por esta razón que se enfatiza que este análisis de red egocentrada es un punto de partida, una brújula en la reconstrucción y análisis de la estructura relacional de Pastore durante su exilio, y cómo esta fue cambiando con relación a sus actividades historiográficas.

Características generales de la Red y etapas del exilio

Como se explicó, se relevaron las distintas comunicaciones, cartas, postales, tarjetas, etc., pertenecientes al archivo personal de Pastore. A partir del catálogo del acervo, realizado bajo la asesoría técnica de Liliana Brezzo (2011), se seleccionaron las cajas donde se detallaba la mayor cantidad de correspondencia para el período trabajado. La base de datos construida se compone de un total de 811 casos. Se procedió a la elaboración del gráfico de red de los intercambios epistolares entre 1942 y 1974:

 

Gráfico de red egocentrada en Pastore, construido con igraph en R, a partir de la base construida con la correspondencia entre 1942 y 1974 relevada en la APH.

Detalle del gráfico anterior con los nodos centrales de la red

Como se observa, al tratarse de una red egocentrada, el nodo principal corresponde a Pastore. Tomando la categoría de «lazos fuertes» y «lazos débiles» (Granovetter; Lux y Cook) es posible dilucidar las características de la red, a partir de un análisis del grupo relacional central, así como las vinculaciones más lejanas. Al analizar la biografía de cada uno de estos remitentes/receptores es posible delinear algunas características compartidas. En primer lugar, la mayoría son hombres, constatándose en la documentación relevada una presencia muy pequeña de mujeres que escriben o reciben correspondencia. Esto no significa que la participación de agentes femeninos fuera escasa en la red de Pastore. Por el contrario, al analizar el contenido de las cartas, y tomando en cuenta el fenómeno del exilio paraguayo (Sánchez y Roniger), se menciona la presencia de jóvenes paraguayas militantes y de estudiantes universitarias en el exterior. Las redes intercambio de comunicaciones, publicaciones, dinero, e incluso medicamentos, también se vehiculiza a través de los viajes de esposas, hijas o familiares mujeres de los exiliados hombres, constituyendo un elemento clave en las actividades políticas, intelectuales y de solidaridad entre paraguayos en el destierro.

En segundo lugar, la gran mayoría son paraguayos, algunos en el destierro –por distintos períodos– y otros que residen dentro del territorio. Entre estos, se aprecia la presencia del ya mencionado «grupo de historiadores liberales»: Antonio Ramos, Justo Pastor Benítez, Efraím Cardozo, Justo Prieto y Julio César Chaves. El peso de este grupo da cuenta de la principal característica de la Red: la conjunción de la actividad intelectual con la militancia política. Al graficar las temáticas más presentes en la correspondencia durante todo el período, se puede apreciar la siguiente distribución:

Tabla de porcentajes de cartas que refieren a las distintas temáticas en los 811 casos. Las categorías temáticas no son excluyentes, una carta puede abarcar más de un tema.

Es menester realizar algunas puntualizaciones previas. Estas variables temáticas no son excluyentes, sino que una misma carta puede abordar distintos temas; el peso de la temática paraguaya responde a la nacionalidad de la mayoría de los integrantes de esta red epistolar, pero también a su preocupación constante por la situación del país y, por último, la temática «Otros» refiere a cuestiones comerciales y familiares así como de la vida cotidiana, también presentes en la correspondencia. Este aspecto requiere un análisis en particular que no integra el objetivo principal de este trabajo.

Hecha las aclaraciones, al observar el gráfico se observa un fuerte peso de las temáticas relacionadas a la militancia, ya sea del Partido Liberal como de otros partidos y organizaciones, en contra de los gobiernos autoritarios del Paraguay. Se observa un peso considerable de las temáticas historiográficas, relacionadas a reflexiones sobre el pasado como si fueran verdaderos trabajos de investigación histórica. Estas dos temáticas se presentan como las principales esferas de interés y acción del grupo central de la red, lo que guarda relación con la presencia del grupo de historiadores e intelectuales del liberalismo paraguayo. Al analizar el contenido de la correspondencia, pueden encontrarse múltiples instancias donde ambas esferas interactúan en distintos momentos del exilio.

Por otro lado, dentro de los agentes centrales de la red, es posible encontrar otro aspecto interesante de la estructura relacional: las distintas generaciones del exilio en el período estudiado. El fluido intercambio con Miguelángel Ferrara –militante de la Federación Universitaria del Paraguay, y perteneciente al Partido Liberal paraguayo– y con Félix María Cáceres –militante de la juventud liberal y miembro del Directorio del Partido– da cuenta del surgimiento de nuevos interlocutores durante los distintos períodos del exilio. Debido al prolongado destierro y su posición de intransigencia contra el autoritarismo en Paraguay, la figura de Pastore fue constituyéndose como referente político e intelectual de nuevos militantes liberales, dentro y fuera del territorio paraguayo. La cercanía entre los principales políticos e intelectuales de la década del cuarenta se amplía hacia las nuevas generaciones de liberales y de militantes contra el Stronato en las décadas de 1950 y 1960. En esta mirada panorámica de la red, es menester observar el espacio desde donde se escribe o se reciben las comunicaciones. Para esto se georreferenciaron la ubicación de cada remitente y receptor de las comunicaciones, y se mapeó las ciudades donde se encuentra cada interlocutor a través de Palladio.[9]

 

Mapa de las ciudades desde donde se envían/reciben comunicaciones en la correspondencia relevada entre 1942 y 1974, y detalle sobre la región rioplatense, construido con Palladio.

Como se puede apreciar, hay un peso relevante de la región rioplatense en el espacio en que se dan los intercambios. Existe una intensa circulación de correspondencia entre Montevideo, Río de Janeiro, Asunción, Buenos Aires y ciudades de las provincias argentinas fronterizas con Paraguay. Esto no es casualidad, pues la presencia de exiliados paraguayos se asentaron en esta región (Sánchez y Roniger). La correspondencia de Pastore da cuenta de los reiterados viajes de este a Buenos Aires, Formosa, Corrientes, y otras provincias argentinas; del mismo modo, muchas de las principales convenciones y reuniones del Partido Liberal se dieron en estos territorios (Boccia Paz). En paralelo, a partir de la década de 1960, también se aprecia un incremento en las comunicaciones con interlocutores en el Caribe y Norteamérica. Tomando en cuenta estas características generales de la red, y a partir de los sucesos políticos en Paraguay y la región, es posible pensar tres grandes etapas.

 

Primer exilio y la lucha contra Morínigo (1942-1948)

Este período se inicia con el arribo de Pastore a Montevideo en 1942. Los motivos de su elección por el territorio oriental se deben algunos factores como la presencia de familiares y otros exiliados en Montevideo, así como las posibilidades que ofrecía la capital uruguaya. En la capital oriental encontró un espacio propicio para desarrollar sus actividades políticas e historiográficas, en medio de un clima intelectual receptivo a las noticias del mundo. Así lo señalaba Pastore cuando escribe el 26 de noviembre de 1944 a su correligionario, Justo Pastor Benítez, quien se encontraba en Río de Janeiro. Comentaba sus actividades en la capital uruguaya, y expresaba que la vida en Montevideo se desarrollaba en un «medio plenamente civilizado», siendo «… la caja de resonancia de todas las noticias del mundo. Recoge y distribuye todas las ideas y acoge a todas las inquietudes». Agregaba que su población se «adiestraba por libros» y que se respiraba «un aire puro y libre», destacando que «su progresista organización social le permite y le obliga a estar alerta a todo lo que pasa en el mundo y a vivir más intensamente los problemas internacionales que los propios».[10]

Este período se caracterizó por un intenso trabajo de relevamiento documental en las bibliotecas y archivos de Montevideo. La imposibilidad de trabajar en esos primeros años, mientras no había revalidado su título de abogado, le permitió dedicar mucho tiempo al estudio del pasado.[11] La correspondencia con Efraím Cardozo da cuenta de las labores historiográficas en estos primeros años, donde puede observarse la progresiva vinculación con intelectuales y figuras públicas uruguayas. El 14 de noviembre de 1942, Cardozo escribió desde Buenos Aires para agradecerle el ofrecimiento de colaborar con sus investigaciones históricas. Dice que lo que quiere es completar la documentación sobre las relaciones paraguayo-orientales que Luis Alberto de Herrera publicó en gran parte. Señalaba que faltaba documentos que podrían estar en el Ministerio de Relaciones Exteriores o en el Archivo General de la Nación, a lo que agrega:

No sé cuál procedimiento hay que seguir para obtener autorización de compulsa y copia. Quizá Sosa Pereira o Almeida han de ayudarte en las averiguaciones, si es que les pides su cooperación en mi nombre. Con Almeida, en ocasión de su último viaje a esta, ya le hablé del asunto y se mostró muy dispuesto a ayudarme en esa investigación.[12]

La indicación de hablar con «Sosa Pereira» o «Almeida» –se desconoce quiénes son–, en su nombre, deja de manifiesto la circulación de información y recomendaciones para facilitar las labores historiográfica. Similar situación ocurre cuando Cardozo indica la forma de proceder en la entrega de libros que le envía para que Pastore se los haga llegar a Juan E. Pivel Devoto. El 8 de enero de 1943 escribía informando que no viajará a Montevideo como tenía pensado, pues todos los archivos que deseaba consultar en su corto viaje están cerrados. Agradecía el ofrecimiento de Pastore de hablar con el Museo Histórico Nacional para que le permitan consultar documentación a pesar de no estar abierto al público, pero lo considera inconveniente, pues deseaba trabajar en horario completo para aprovechar los pocos días de licencia que tenía. Informaba que despachó los libros para Pivel Devoto e indicaba que cuando se los vaya a entregar:

… le saludes en mi nombre muy cordialmente, y le felicites por el trabajo, meduloso, que ha publicado en el último Anuario de la Sociedad de Historia Argentina. Pregúntale si su «Historia de los Partidos Políticos Uruguayos» ya ha aparecido; me interesa mucho conseguirlo para leerlo, pues se trata de un tema muy a fin a los estudios que estoy, o mejor dicho estamos, realizando actualmente. La verdad es que nosotros fuimos víctimas de las luchas políticas uruguayas.[13]

Estas referencias de Cardozo a las gestiones de Pastore frente al MHN y a Pivel Devoto permite observar cómo el vínculo entre ambos funcionó para difundir y acceder a materiales –en el caso de Cardozo–, así como para obtener una buena recomendación frente al historiador uruguayo mas importante en ese momento –para el caso de Pastore–.

En este período Pastore comenzó a planificar La lucha por la tierra en el Paraguay. La información y documentación recolectada en el Departamento de Tierras en Paraguay, fueron complementados por la experiencia del destierro. El acceso a nuevos archivos, bibliografía e interlocutores contribuyó a la idea inicial, como deja verlo en su correspondencia con Benítez. En la ya citada carta de noviembre de 1944 comentaba a su compatriota que utilizaba la mayor parte de su tiempo en el estudio, realizando investigaciones en los archivos y bibliotecas. Informaba que tiene a medio terminar

«… un trabajo sobre el proceso de la legislación agraria en el Paraguay, desde la llegada de los españoles a Asunción hasta los días actuales; y bastante adelantada una historia de la yerba mate. Me propongo hacer una biografía de la yerba mate, su historia política y económica».[14]

Por esta razón le solicitaba bibliografía y documentación que se encuentra en el Instituto Nacional del Mate y la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro. Benítez respondió el 5 de diciembre, diciendo que «… sabía que usted se dedicaba con empeño al estudio para reparar en parte los daños del largo exilio». Expresaba que le sería muy grato colaborar con su investigación, coincidiendo que la yerba mate marca una etapa de la historia paraguaya. Recuerda que Pastore se dedicaba «con fervor» a esta materia cuando falleció Estigarribia, y agregaba:

Continúe su labor, Dr. Pastore. Sin esas investigaciones parciales y fundamentales no se puede escribir la historia del Paraguay, como lo hacen los sectarios de O'Leary y Natalicio. Hace falta contar con bases aclaradas. En ese sentido, también, sus dos libros en preparación serán útiles. ¿Cómo se titula? Yo tengo que citarlo a usted en «El Solar Guaraní»[15] que estoy terminando.[16]

Este intercambio da cuenta del diálogo entre las temáticas de militancia y de historiografía en los vínculos de Pastore. La expresión de Benítez de «reparar los daños del largo exilio» con el estudio del pasado es también compartido por él, pues buena parte de su producción es editada fuera de Paraguay. El vínculo previo entre ambos, que es retomado en el exilio, funge como vehículo para las investigaciones de ambos. Teniendo en cuenta que se trata de un «lazo fuerte», se comparten características en los intereses y concepciones en torno al trabajo histórico (Sansón Corbo, «El «colegio invisible»…»). Las palabras de Benítez colocan al trabajo que está realizando Pastore como la forma correcta de hacer Historia, diferenciándose a la producción de Juan E. O’Leary y Natalicio González (Sansón Corbo, «Carlos Pastore y “el general de la virgen espada”…»). Se aprecia así una forma de concebir la investigación histórica que busca, desde el exilio, distanciarse de la historiografía hegemónica en el territorio paraguayo. Para este período en particular, la labor histórica se muestra estrechamente ligada a la militancia contra Morínigo, y el distanciamiento con el discurso nacionalista impulsado por la dictadura es a la vez una herramienta de lucha.

El interés por los estudios del pasado de Pastore y su red le permitieron fomar parte de instituciones historiográficas como el IHGU. Si bien se desconoce la fecha de su incorporación oficial como miembro correspondiente, para 1945 Pastore se encontraba trabajando activamente en el Instituto. La presencia de otros paraguayos en calidad de miembros correspondientes, sumado a los vínculos uruguayos que fue creando en estos primeros años de su exilio, le abrieron las puertas a esta Institución. Un ejemplo interesante sobre el papel que fue adquiriendo en el IHGU fue la celebración por el centenario del reconocimiento de la Independencia paraguaya por el Estado Oriental. En esta actividad, también es posible observar como la red de Pastore funcionó para concretar esta actividad donde la historiografía y la militancia se conjugan. El 4 de mayo de 1945 informaba a Benítez sobre la preparación de los actos por el primer centenario del reconocimiento de la independencia paraguaya por el Uruguay, organizado por el IHGU, le platea la posibilidad de preparar un trabajo para esta instancia.[17] Benítez respondió el 11 de mayo, exprensado que puede «enviarle alguna cosa» para el Instituto, pues él es miembro correspondiente.[18] Días más tarde, Pastore indicó que los actos se haría en la segunda quincena de junio, al regreso del viaje de presidente, Rafael Schiaffino.[19] El 6 de junio Benítez informaba que estuvo con el Dr. Schiaffino –quien seguramente pasó por Río de Janeiro como parte de su viaje–. Convinieron que remitirá un breve trabajo sobre el tema para que sea leído. Sobre el presidente del Instituto, destaca que es un caballero correcto y culto, y que este le informó que invitará a los actos a Cardozo, Justo Prieto y Julio César Cháves, pues «conoce nuestros problemas».[20]

Tras la realización de los actos, el 5 de julio Pastore escribió a Benítez comentando el acto del IHGU, calificándolo de «… un éxito para nuestros compañeros y para los demócratas del Paraguay». Comentaba que el nuevo ministro paraguayo en Uruguay, Natalicio González, quiso obstaculizar la realización del acto, y al no conseguirlo, buscó impedir que fueran invitados «nuestros amigos». Explicaba:

Nuestro amigo, el Sr. Ariosto González, Vicepresidente del Instituto, a quien Natalicio González visitó dos veces en procura del éxito de su miserable gestión, terminó con las demandas de este refiriéndole un cuento del Sr. Decoud. Por último, se vio obligado a confesar la jerarquía intelectual de nuestros amigos, recordó a todos con elogios, especialmente a usted, pero rogó que se evitara en lo posible que los invitados realizaran una propaganda política con motivo del viaje.[21]

La designación de Natalicio como representante de Morínigo en Uruguay responde a las denuncias de los exiliados en Montevideo por las violaciones de derechos humanos en Paraguay. Uruguay fue uno de los Estados más críticos del régimen paraguayo, organizándose distintas actividades y mítines de solidaridad.[22] La preocupación por la presencia de liberales en los actos del IHGU da la pauta de cómo una actividad, que a priori refiere a una conmemoración histórica, es advertida como peligrosa para la dictadura paraguaya; al mismo tiempo, esta actividad es destacada por Pastore como un triunfo para los liberales y «demócratas». Este juego entre las tareas de indagación y conmemoración histórica, con las actividades de militancia de los exiliados paraguayos, se repite durante todo este período.

En 1946, el gobierno de Morínigo, tras concretar un gobierno de coalición con colorados y febreristas, permitió el retorno de los exiliados políticos, dando inicio a la «Primavera Democrática» (Gómez Florentin). Pastore retornó a Asunción pero tras la Guerra Civil de 1947 se refugió en la embajada uruguaya y luego se exilió nuevamente en Montevideo. La correspondencia de finales de 1947 y la primera mitad de 1948 da cuenta de los esfuerzos de reorganización del Partido Liberal otra vez en el exilio, así como la reactivación de las estrategias de militancia y solidaridad en el destierro. La caída del dictador paraguayo el 3 de junio de 1948 fue vista con cautelosa expectativa, iniciando una nueva etapa en el exilio de Pastore.

 

Desorganización política y producción historiográfica (1948-1954)

Tras el derrocamiento de Morínigo, se sucedieron gobiernos colorados de breve duración, hasta que en septiembre de 1949 asume Federico Chaves. Señala Scavone Yegros que bajo su mandato se consolidó «… un sistema de partido único, en el que la Junta de Gobierno del Partido Colorado cumplió el papel de órgano rector de la política interna» (289). La oposición fue reprimida y desalentada, manteniéndose el estado de sitio y el control de la prensa. Sin embargo, fueron liberados algunos presos políticos y se permitió el regreso de distintos exiliados, en particular a los residentes en Argentina. A pesar de esto, los principales dirigentes liberales se mantuvieron en el destierro, convencidos que solamente un nuevo golpe de Estado podría desalojar al Partido Colorado del gobierno (Boccia Paz 26-27).

La correspondencia analizada da cuenta de la encrucijada en que se encontraban los liberales en este período, pudiendo observar la dificultad para coordinar entre exiliados y retornados. Del mismo modo, se aprecia una creciente desconfianza al gobierno de Juan Domingo Perón, en concordancia con la postura del gobierno de Luis Batlle Berres en Uruguay.[23] Como explica Sánchez y Roniger, el gobierno de Perón permitió la residencia de exiliados paraguayos siempre y cuando no organizaran en suelo argentino su retorno a la lucha política. Los autores señalan que el peronismo había apoyado a las fuerzas militares de Morínigo en la Guerra Civil de 1947, y cuando los paraguayos desterrados se propusieron retornar a la militancia política procedió a su expulsión (141-142). A pesar de esto, a partir de 1948 se constituyeron comités liberales en distintas provincias argentinas y en Montevideo, no sin dificultades en su funcionamiento y coordinación entre sus miembros.

Es posible pensar que estas dificultades propiciaron una dedicación mayor en la actividad historiográfica por parte de Pastore y sus vínculos. Esto no significó un abandono de la militancia; por el contrario, se observa una articulación interesante entre la investigación del pasado y la crítica a la situación paraguaya. El aumento de los temas históricos en la correspondencia está vinculado, en buena medida, al ciclo de conferencias organizado por el IHGU por el centenario de la muerte de José Artigas en 1950 (de los Santos), con la publicación las disertaciones en 1952. Entre los conferencistas aparecen Ramos y Cháves, además del propio Pastore, siendo este último el intermediario entre el Instituto y sus compatriotas (Borba Eguren, «Carlos Pastore y el Instituto…»).

Pero también este período se caracterizó por la publicación de algunos trabajos del grupo de historiadores liberales, entre ellos La lucha por la tierra en el Paraguay en 1949. Desde inicios de su exilio Pastore había comenzado a escribir los primeros borradores de su obra más relevante, como se observaba en las consultas bibliográficas y documentales que realizaba a Benítez. No obstante, fue en el inicio de su segundo exilio que se concretó su publicación. El 6 de marzo de 1948, Pastore escribió a Antonio Ramos comentando que decidió entregar su libro «El desarrollo de la lucha por la tierra en el Paraguay» a la Revista Histórica, dirigida por Pivel Devoto, para publicarlo como apartado. Agrega que también ofreció su trabajo a la editorial de Fondos de Cultura Económica de México, la cual aceptó el borrador, pero lo publicarían dentro de un año. Explicaba: «Como la Revista Histórica podrá publicarlo dentro de tres meses, he resuelto dar a luz el libro. Si la obra vale algo ya habrá tiempo de hacer una segunda edición. De lo contrario, no habrá necesidad de tanto esfuerzo».[24] Cinco meses más tarde, anunciaba a su compatriota que pronto entraría en prensa su libro en la Revista Histórica.[25]

No obstante, la primera edición apareció a través de la Editorial Antequera, financiada por el propio Pastore, desconociéndose la razón detrás de este cambio de planes. En entrevista con su hija, Susana Pastore, señalaba que si bien este era el nombre utilizado por su padre para la edición –la cual pagó de su bolsillo–, la impresión fue realizada en el semanario Marcha dirigido por Carlos Quijano.[26] La aparición de la obra de Pastore tuvo buenas repercusiones entre sus allegados (Ramos), a pesar de que el autor aclara en distintas cartas que el trabajo solamente planteó el problema y que estaba preparando una segunda edición más profunda. El 2 de julio de 1950 escribió a Alberto Carísimo, liberal exiliado en Posadas, enviando un ejemplar de La lucha por la tierra a través de Atilio Aponte. Le informaba que estaba trabajando en una segunda edición, y explicaba:

Como usted verá, en la primera edición, he planteado el problema objeto del trabajo. En esta segunda edición tengo el propósito de dar más informaciones al respecto, sin que todavía, a pesar de mis deseos, pueda completar la obra, no solamente por inconvenientes de orden financiero, sino también por las trabas que todavía se oponen al libre acceso de ciertas fuentes de información.[27]

En la correspondencia relevada para este período se aprecia un intercambio fluido de documentación y bibliografía entre los actores de la red. Las molestias de Pastore para el «libre acceso de ciertas fuentes de información», fueron paleadas a través de los vínculos entre paraguayos exiliados, y distintos agentes en los países de residencia de estos. Un ejemplo ilustrativo es el pedido de documentación por parte de Ramos. Al igual que Pastore, continuó con sus indagaciones historiográficas durante su exilio, enfocado en la figura de Juan Andrés Gelly. El 3 de agosto de 1948 comentaba que completó sus «informaciones» en Buenos Aires sobre el diplomático paraguayo, por lo que sigue a la espera de materiales que Pastore prometió enviarle.[28] El reclamo de Ramos data de 1946, cuando su compatriota le indicó que había relevado mucha documentación sobre Gelly en los archivos de Montevideo.[29] Sin embargo, tras varias insistencias, el breve retorno de ambos a Asunción, y el nuevo exilio tras la Guerra Civil de 1947, Pastore continuó sin enviarle los materiales. El 9 de agosto de 1948 Pastore responde disculpándose por no haber cumplido su promesa, pero le confirmaba que podía contar con que le enviará la documentación. Señalaba que podría consultarle «… al Dr. Cardozo [por] los 5, 6, o 7 cuadernos de parte de la correspondencia de Gelly con Andrés Lamas y otros. Puedes pedirle a Cardozo por mi nombre esos cuadernos».[30] El material referido fueron las fichas y copias que había realizado Pastore cuando recién llegó a Montevideo. Algunos de ellos fueron prestados a Efraím Cardozo, quien se encontraba en Buenos Aires al igual que Ramos. Este tipo de préstamo y circulación de documentación es un tema recurrente en la correspondencia relevada, siendo una práctica historiográfica extendida en el Río de la Plata desde el siglo XIX.

Hacia el final de este período, los liberales comienzan a tomar medidas más concretas para una reorganización efectiva. Sin embargo, las acciones liberales poco influyeron en los acontecimientos internos del Paraguay. Iniciado el nuevo período constitucional en 1954, el 4 de mayo el Comandante en Jefe, Alfredo Stroessner, dio un golpe de Estado poniendo fin al gobierno de Chávez. La constitución de 1940 no preveía la figura del vicepresidente, por lo que tras un acuerdo entre Stroessner y la dirigencia del Partido Colorado, se designó a Tomás Romero Pereira como gobernante interino. Se pactaron elecciones para el 11 de julio, cuyo único candidato fue el mencionado General, asumiendo el 15 de agosto de 1954 (Neri Farina y Boccia Paz 21-22). Se iniciaba así la etapa de la historia paraguaya conocida como el Stronato, marcando el período más extenso del exilio de Pastore.

 

Stronato, divisiones internas del Partido Liberal, y retorno a la historiografía (1954-1974)

El último período es el más extenso de todos, y se caracteriza principalmente por la dictadura de Alfredo Stroessner en un contexto global y regional de Guerra Fría. En este sentido, la correspondencia de Pastore da cuenta de cómo su red de vínculos se vio influida y actuó en las distintas coyunturas nacionales e internacionales. La segunda mitad de la década de 1950 trajo consigo una dinamización de la militancia política liberal, la cual se valió de la denuncia de violaciones de los derechos humanos en Paraguay ante la opinión pública internacional, así como los intentos de levantamientos armados (Boccia Paz; Lachi). No obstante, tras la Revolución Cubana el Partido Liberal abandonó progresivamente el camino de la lucha armada, conformando con el Partido Revolucionario Febrerista (en adelante, PRF) (Lewis) la Unión Nacional Paraguaya, en 1959. Este frente opositor a Stroessner también intentó una incursión armada, pero pronto abandonó el camino revolucionario, tomando una postura anticomunista a partir de la adhesión de Fidel Castro al marxismo-leninismo en diciembre de 1961.

Pastore ocupó la presidencia del Directorio del Partido Liberal entre 1961 y 1962 desde el exilio, debiendo afrontar las escisiones internas del liberalismo. Bajo su administración, la presión internacional sobre el gobierno de Stroessner puso el foco en las denuncias por violaciones de derechos humanos, a la par que el gobierno estadounidense implementaba su plan de la Alianza para el Progreso. En un contexto de incremento de la tensión internacional tras la Revolución Cubana, el gobierno paraguayo colaboró con Estados Unidos en el combate al comunismo en el continente, recibiendo apoyo financiero y técnico. Sin embargo, la diplomacia estadounidense reclamó al Stronato la necesidad de normalizar la vida política del país, como otra forma de evitar focos revolucionarios. A inicio de la década de 1960 el gobierno puso sobre la mesa la posibilidad de convocar a elecciones, planteando la disyuntiva a los partidos opositores de participar o no. Un grupo de dirigentes liberales conocido como Movimiento Renovación, bajo el liderazgo de Carlos y Fernando Levi Ruffinelli, se manifestó afín a participar en las elecciones propiciadas por la dictadura. Tras publicaciones en la prensa explicitando su posición, algunos de sus integrantes fueron expulsados del Partido Liberal en 1961 y 1962. Progresivamente, el Movimiento Renovación fue adquiriendo independencia del Directorio, siendo llamados despectivamente como «Levirales» (Boccia Paz 86-105).

Tras la convocatoria oficial de Stroessner para elecciones en 1963, el Movimiento Renovación constituyó su «Directorio Revolucionario» en septiembre de 1962, y eligió a su candidato para la presidencia –Ernesto Gavilán– en noviembre del mismo año. El gobierno paraguayo reconoció a esta nueva entidad como el legítimo Partido Liberal, imposibilitando al Directorio original de participar en los comicios. Las elecciones dieron ganador nuevamente a Stroessner, pero marcaba el ingreso al Parlamento de la oposición «leviral». La fachada democrática de la Dictadura stronista tendría nuevos capítulos, generando aún más fracciones en la interna liberal. En 1965, ante las elecciones municipales, el PRF fue inscripto ante la Junta Electoral; esto provocó una nueva discusión en el Directorio liberal, ahora presidido por Gustavo González. A pesar de la negativa de varios de los exiliados, entre ellos Pastore, se solicitó la inscripción ante la Junta, pero fue denegada. Tras el ofrecimiento de febreristas, el liberalismo participó bajo este lema en listas compartidas.

Desde el exilio, Pastore sostenía su intransigencia respecto a participar en cualquier acto electoral organizado por el Stronato. Sin embargo, tras la convocatoria para una Asamblea Constituyente en 1967, el Directorio del Partido Liberal logró el reconocimiento para su participación. Al no poder utilizar el lema «Partido Liberal», propiedad de los «Levirales», se constituyó el Partido Liberal Radical (en delante, PLR). Explica Boccia Paz que el Stronato había logrado la participación de cuatro partidos políticos –Partido Colorado, PRF, Partido Liberal («Levirales»), y PRL–, estableciendo una fachada electoral que le aseguraría continuar recibiendo el apoyo financiero estadounidense (147-148). Aprobada la nueva Constitución paraguaya, el Gobierno convocó a elecciones para el 11 de febrero de 1968. El PLR presentó su lista al Senado, incorporando el nombre de Pastore, pero la Junta Electoral rechazó su inclusión por no residir en el país. Esto marcó un alejamiento de Pastore de la militancia activa en el liberalismo; su hija comenta que él no estuvo de acuerdo con la participación en estos comicios y que al momento de confeccionar la lista presentó sus reparos, abriéndose del PLR.[31]

Este breve repaso por los avatares políticos del liberalismo da cuenta de una intensa actividad política desde mediados de 1950 hasta finales de 1960. En este sentido, la correspondencia relevada marca un aumento significativo de la temática de militancia, en detrimento de cuestiones historiográficas. Sin embargo, es posible encontrar algunas gestiones relevantes de Pastore, similares a los períodos anteriores. Se destaca el intercambio con Leslie B. Rout Jr., historiador afroestadounidense que realizaba su doctorado en la Universidad de Minnesota. El 27 de agosto de 1964, Rout escribió a Pastore indicando que su tesis versaba sobre las soluciones diplomáticas en la Guerra del Chaco, en especial sobre la Conferencia de Paz en Buenos Aires. Por esta razón consultaba si podía «… concederme cualquier material, recuerdo, observación o documentos» sobre el tema.[32] Esta comunicación fue enviada por intermedio de Marcial Riquelme, paraguayo, liberal y militante universitario radicado también en Minnesota. Este escribió a Pastore el 28 de agosto, anunciando el envío de la carta de Rout. Explicaba que su «amigo norteamericano» viajará a Paraguay, pero previamente deseaba estar una semana en Montevideo con el propósito de entrevistar a Pastore y a Rafael Franco –líder y fundador del PRF–. Expresaba su deseo de que le presten «la mayor colaboración» debido a la importancia de su tema de investigación, «… sobre el cual no existe publicación alguna en inglés». Agregaba:

Ahora van dos palabras de introducción acerca de este ciudadano. Es un líder del movimiento de integración racial y como tal ha sido arrestado en varias ocasiones tanto en el Sur como en su estado de origen Illinois. Es el único profesor negro de la Universidad de Minnesota y ha llegado a la cátedra por su capacidad y talento. Aunque no está afiliado a ningún partido político él se considera Social Demócrata; hemos sido muy buenos amigos desde que vine a Minneapolis y ha sido esa amistad y su simpatía hacia la América Hispánica en general y hacia el Paraguay en particular, lo que le ha motivado a escribir su tesis doctoral sobre un capítulo muy importante de la historia paraguaya: La Guerra del Chaco.[33]

Pastore envió la respuesta a Rout por intermedio de Riquelme el 10 de noviembre.[34] En la carta al historiador estadounidense manifestaba colaborar con su investigación, disculpándose por su demora en contestar por problemas de salud, y quedando a la espera de sus indicaciones.[35] Rout respondió el 7 de diciembre de 1964, agradeció a Pastore y le indicó que estaba interesado en entrevistar a participantes en la Guerra del Chaco, a personas que hayan estado relacionados con la Conferencia y en «localizar y obtener copia de cualquier informe, documento o memorándum relacionado con los esfuerzos diplomáticos tendientes a poner fin a la Guerra del Chaco».[36] Terminaba su carta agradeciendo nuevamente y poniéndose a las órdenes de Pastore por cualquier consulta o información que necesitara. Pastore respondió el 22 de diciembre de 1964 reiterando que colaboraría con él y aprovechando su ofrecimiento, le solicitó la compra de la obra Materiales para el estudio de la clase media en América Latina, de Theo Cravenna, editado por la Unión Panamericana en 1950/51. Señalaba que le girará el dinero en cuanto le informe de su costo, pues desconoce el precio. También le consultaba sobre algún ejemplar que pueda encontrar de la obra de Diego de Zevallos, El Recto uso de la Yerba Mate o Historia del Paraguay, editado en Lima en 1667.[37]

El intercambio con Rout continúo en los meses siguientes, concretándose su viaje a Montevideo –donde se entrevistó con Pastore el 10 de agosto de 1965–,  culminando su doctorado en 1966. En 1970 publicó su tesis bajo el título Politics of the Chaco Peace Conference 1935-1939, donde agradece a Pastore, así como a otros «paraguayos ilustres» como Efraím Cardozo y Juan Isidro Ramírez (xiv). En el libro aparecen citados varios documentos pertenecientes a la colección personal de Pastore; del mismo modo, en las entrevistas realizadas figuran liberales que también aparecen en la correspondencia, como José Bozzano y Efraím Cardozo (256). Esta colaboración permite observar la red como vehículo para las investigaciones históricas relacionadas a Paraguay. El vínculo político entre Pastore y Riquelme es el que posibilita el intercambio con Rout, y que este pueda acceder a mucha de la documentación y contactos que utiliza en su trabajo. El «lazo fuerte» de Pastore con Riquelme, permite establecer lo que a priori podría ser un «lazo débil» con Rout, en torno a una investigación histórica puntual. Los favores recíprocos en la búsqueda de materiales para sus investigaciones permiten a ambos acceder a insumos historiográficos, vehiculizado por el contacto de Pastore con paraguayos residentes en Estados Unidos.

Este acontecimiento también se inscribe en un proceso de retorno de Pastore a la investigación histórica. A partir de la progresiva inclinación del Directorio del Partido Liberal hacia la participación en los comicios organizado por la dictadura, la correspondencia muestra un leve incremento en la temática historiográfica. Esta tendencia se mantiene y se consolida tras el alejamiento de Pastore de la actividad política en 1968. En este contexto es que acelera su trabajo para la segunda edición de La lucha por la tierra. La idea de reeditar su investigación aparece temprano como se observó en la correspondencia citada. Lo mismo asevera su hijo, Carlos Pastore Olmedo, al relatar que la idea de una segunda edición apareció desde 1949 pero no fue hasta la década de 1960 que tomó la decisión de trabajar en ella de forma sistemática (30).

En el inicio la década de 1970, tras su alejamiento de la militancia activa en el Partido Liberal, incrementó su trabajo en la segunda edición. El 9 de noviembre de 1970, Efraím Cardozo, quien había retornado a Asunción y era senador por el PLR,[38] escribió a Pastore felicitándolo por la iniciativa de reeditar su libro. Señalaba que: «Es una obra fundamental a la cual solo le falta ponerla al día y agregarle algunos capítulos para ser una verdadera historia social del Paraguay».[39] Pastore respondió el 14 del mismo mes explicando que la segunda edición aparecerá con los capítulos que le indicaba, y agregaba:

El volumen será, aproximadamente, el doble de páginas que la anterior; pero el tema no se ha agotado. Lo dejaré en ese estado para que lo terminen de estudiar los que en el futuro tendrán la posta. Tengo copiado en limpio hasta fines de 1940. Me falta el último capítulo sobre el período de la contrarreforma agraria. Será posible encontrar editor en esa?[40]

A pesar de la búsqueda de Pastore de distintos editores, su publicación tuvo el mismo derrotero que la primera edición: el autor pagó de su bolsillo, apareciendo como Editorial Antequera, y fue impreso en las instalaciones del semanario Marcha. Las repercusiones de su trabajo fueron mayores a las de la edición de 1949, posiblemente por factores como: a) las medidas restrictivas de la Dictadura para con su producción bibliográfica; b) una temática que formaba parte de las discusiones políticas y sociales en Latinoamérica desde la década de 1960; y c) una red de vínculos que le permitió una difusión mayor que en la primera edición, de la mano de un prestigio intelectual acrecentado en su prolongado exilio.

Es posible hallar reseñas del trabajo publicadas en Norteamérica, como las de los estadounidenses John Hoyt William (1974) y H. G. Warren (1976) –quien ya había realizado una reseña sobre la primera edición (1952)–, y la del mexicano Jorge S. Aguilar (1973), siendo esta la más crítica a las interpretaciones de Pastore. También en territorio uruguayo su trabajo tuvo su reconocimiento, siendo premiado en el Concurso de Remuneraciones Literarias de 1972 por el Ministerio de Educación y Cultura.[41]

Del mismo modo, esta edición tuvo su repercusión en territorio paraguayo. El 11 de enero de 1973 Cardozo informaba que escribió una nota sobre el trabajo de Pastore en el periódico del PLR, El Radical. También señalaba las «estupideces de Chamorro», quien publicó sus comentarios sobre el libro.[42] Pastore respondió nueve días más tarde diciendo que desconocía los comentarios de Cardozo, y pide que se los envíe; sabía de un comentario publicado en La Tribuna, pero no pudo acceder a él, y solicitaba que también se lo remita. Le indicaba que conocía los comentarios de Humberto Pérez Cáceres y Víctor Chamorro Noceda, diciendo sobre este último que «… es un crítico histórico frenético, y su estilo no le ayuda. Al parecer no comprende que el trabajo no es una historia política ni una historia social del país, sino simplemente un trabajo de sociología jurídica».[43]

Estas menciones dan cuenta del ingreso de su obra en territorio paraguayo, a pesar de las restricciones impuestas por Stroessner. Comenta Susana Pastore que un amigo de su padre dueño de una librería, así como ella misma, ingresaban con ejemplares de La lucha por la tierra entre sus equipajes cuando viajaban a Paraguay. Señala que Pastore le explicaba que a pesar de que le sustrajeran los libros en la aduana, estos serían vendidos o repartidos, ayudando en su circulación.[44]

Esta segunda edición se produjo en un clima de deterioro democrático uruguayo, el cual desembocó en el golpe de Estado de junio de 1973. Pastore, con problemas de salud y descontento con la situación del país que le brindó refugio, decidió retornar a Paraguay. No obstante, su vida en Asunción fue compleja. Se cerraba así la etapa del exilio en Montevideo, debiendo enfrentar un breve destierro años más tarde y un aislamiento debido a la estricta vigilancia de la Dictadura paraguaya hasta 1989.

 

Consideraciones finales

A lo largo de este trabajo se procuró observar las distintas etapas del exilio de Pastore entre 1942 y 1974. A través de su derrotero personal, se procuró reconstruir su red de vínculos y analizar las distintas actividades historiográficas para los tres recortes cronológicos realizados, a partir de los cambios políticos en Paraguay. En este sentido se puede observar cómo la gestión y producción historiográfica presenta una fuerte conjunción en la lucha contra Morínigo durante el primer exilio de Pastore. La presencia del grupo de historiadores liberales marca la pauta de las dinámicas historiográficas de la red.

Tras el segundo exilio, en el período 1948-1954, la desorganización liberal y las dificultades para militar propiciaron una dedicación mayor a las labores históricas. Es en este momento en que se publica la primera edición de La lucha por la tierra, así como se llevan a cabo distintas conferencias relacionadas con Paraguay en el IHGU. En los primeros años de la década de 1950 se dan los primeros pasos de reorganización del Partido Liberal, a la vez que el creciente antiperonismo comenzaba a estrechar los lazos entre exiliados argentinos, exiliados paraguayos y las posturas del Gobierno uruguayo. Finalmente, tras el inicio del Stronato en 1954, la actividad política desplaza como temática central a las cuestiones historiográficas. El papel de Pastore en el Directorio del Partido liberal en la segunda mitad de 1950 e inicios de 1960 da cuenta de una preocupación central en la actividad partidaria, en detrimento de sus investigaciones históricas.

Planteado el debate de participar o no en las elecciones propiciadas por Stroessner, Pastore fue marcando su intransigencia a pesar de la progresiva postura de inscribirse en la Junta Electoral. Tras la decisión del Directorio de inscribirse en 1965 –siendo denegada, y participando en las listas del PRF–, y en particular tras la participación como PRL en 1967, Pastore se alejó de la militancia activa. A partir de este momento, la temática historiográfica comienza a tomar mayor presencia en su correspondencia. Se da cuenta de un incremento en el trabajo para la segunda edición de La lucha por la tierra, así como los contactos con otros investigadores, incluso más allá de la región platense. La repercusión de la edición de 1972 marca, no solamente un producto de las redes historiográficas construidas en su prolongado exilio, sino también una actitud política a través de la distribución del libro a pesar de las restricciones del Stronato.◊

Obras citadas

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Ruíz, Esther. «Del viraje conservador al realineamiento internacional. 1933-1945». Historia del Uruguay en el siglo XX (1890-2005), de Ana Frega et al., Ediciones de la Banda Oriental, 2010, pp. 85-121.

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---       «El “colegio invisible” de la historiografía de la región platense entre las décadas de 1930 y 1950». Naveg@merica. Revista electrónica editada por la Asociación Española de Americanistas, 2017.

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Scavone Yegros, Ricardo. «Guerra internacional y confrontaciones políticas (1920-1954)». Nueva Historia del Paraguay, de Ignacio Telesca, Sudamericana, 2020, pp. 251-93.

Notas



[1] Este trabajo es producto del Proyecto de Iniciación a la Investigación «Carlos Pastore: resistencia, exilio y escritura de la Historia en el Paraguay autoritario» financiado por CSIC, así como de mi investigación para mi tesis de Maestría en Historia Rioplatense (FHCE-UdelaR) próxima a culminar. Deseo agradecer a los distintos compañeros del Instituto de Historia de la FHCE, así como a los diversos colegas del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas, por sus valiosos aportes, comentarios y contribuciones para el desarrollo de mis indagaciones. De igual manera quiero agradecer a la Academia Paraguaya de la Historia, en especial a Elsa Ramírez Cousiño y Lisa Olmedo, quienes no solo atendieron todas mis consultas durante mis actividades de relevamiento en Asunción, sino también enviaron mucho material digitalizado del cual este trabajo es deudor.

[2] Diploma de Diploma de Apr M de Carlos Pastore, nov. 10, 1952. Archivo del Departamento Histórico de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay (ADH-GLMU-Uy), Montevideo, Log Renacimiento N° 78; Diploma de Diploma de Apr M de Carlos Pastore, nov. 10, 1952. Academia Paraguaya de la Historia (APH-Py), Colección Documental y Bibliográfica «Carlos Pastore», Caja N° 28.

[3] Sansón no incluye a Prieto entre este grupo. No obstante, puede ser incorporado pues comparte una formación, derrotero y vinculación similar a los demás. A su vez, el propio Pastore lo reconoce como historiador en el Prólogo a la obra de Andrés Flores Colombino (25).

[4] La fecha de cierre del período de análisis es tomada a partir de la documentación relevada, siendo 1974 el año de las últimas cartas escritas desde su residencia en Montevideo. Del mismo modo, la documentación muestra distintos trámites para su reconocimiento como veterano de Guerra del Chaco ante la Unión Paraguaya de Excombatientes –el cual logra en julio de 1975–, así como el Placet Quitte ante la GLMU para desvincularse de la Log Río de la Plata N° 121. Ver APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 33. No corresponde a este análisis el breve retorno a Montevideo que sufrió hacia 1978, tras ser expulsado por intentar participar públicamente en las filas del Partido Liberal Radical, según narra su hijo Carlos Pastore Olmedo (33-35).

[5] Estas son: id; remitente; institución remitente; receptor; institución receptora; nacionalidad remitente; nacionalidad receptor; fecha; anni; lugar remitente; latlong remitente; lugar receptor; latlong receptor; texto; copia; tipo carta; tema historiografía; tema paraguay; tema militancia; tema latinoamérica; tema revolución; tema otros.

[6] Cabe destacar que también se relevaron otro tipo de materiales relacionados al tema trabajado, como recortes de prensa, folletos, fotografías, documentos partidarios, entre otros, que formaban parte de las cajas seleccionadas.

[7] Sobre R: https://www.r-project.org/about.html

[8] Sobre igraph, ver https://igraph.org/r/

[9] Sobre Palladio: https://hdlab.stanford.edu/palladio/

[10] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastore Benítez, Montevideo, nov. 26, 1944. (APH-Py), Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[11] Su hija, Susana Pastore, menciona este aspecto cuando señala que en esos primeros años la Biblioteca Nacional fue uno de los acervos de principal consulta: «Él me contó que, en esa primera etapa en Sayago, por ejemplo, cuando él fue y nosotros estábamos acá [Asunción]. […] ¡él se encontró con la Biblioteca Nacional! Entonces él me decía [que] venía de Sayago. Bueno, seguramente que desayunaba en Sayago, entraba en la Biblioteca Nacional y no sé a qué hora volvía a la realidad, tomaba un café con leche con algo, y volvía a entrar a la Biblioteca Nacional. Y se dio cuenta que no sabía nada. A pesar de los títulos y las cosas que había hecho, no sabía nada. Entonces, ahí empezó a… él le tenía un gran afecto a la Biblioteca Nacional». Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore Olmedo» (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6, 2019), 15:23’-16:17’.

[12] Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Buenos Aires, nov. 4, 1942. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[13] Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Buenos Aires, ene. 8, 1943. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[14] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, nov. 26, 1944. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[15] Ver Benítez, Justo Pastor. El Solar Guaraní: panorama de la cultura paraguaya en el siglo XX. Editorial Ayacucho, 1947.

[16] Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río de Janeiro, dic. 5, 1944. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[17] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, may. 4, 1945. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[18] Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río de Janeiro, may. 11, 1945. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[19] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, may. 29, 1945. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 34.

[20] Carta de Justo Pastor Benítez a Carlos Pastore, Río de Janeiro, jun. 6, 1945. APH-Py, Asunción, «Colección documental y bibliográfica Carlos Pastore», Caja N° 34.

[21] Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez, Montevideo, jul. 5, 1945. APH-Py, Asunción, «Colección documental y bibliográfica Carlos Pastore», Caja N° 34.

[22] En ese sentido se destaca la actividad organizada por la Confederación Americana de Magisterio, en mayo de 1945. Presidida por Otto Niemann, la relación entre este y Pastore queda de manifiesto en el gráfico de Red, siendo Niemann un nodo relevante en la estructura relacional. La correspondencia relevada refiere justamente a las comunicaciones oficiales en torno a esta actividad. A la par, la misión periodística de Carlos Borche y Alberto Rodríguez, periodista y fotógrafos de El País respectivamente, tuvo gran repercusión en la opinión pública uruguaya al comprobar varias de las denuncias que los exiliados paraguayos venían realizando (Borche).

[23] La «amenaza peronista» jugó un papel fundamental en el debate público uruguayo, siendo Montevideo un refugio para muchos exiliados argentinos (Adrover, «El Peronismo y las derechas uruguayas (1947-1955)»; Adrover, «La movilización antitotalitaria…»; Cerrano, «La campaña presidencial del herrerismo…»; Cerrano, «El impacto de la doctrina Larreta…»; Oddone).

[24] Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, mar. 6, 1948. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[25] Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, ago. 9, 1948. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[26] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6, 2019), 47:50’-50:00’.

[27] Carta de Carlos Pastore a Alberto Carísimo, Montevideo, jul. 2, 1950. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 32.

[28] Carta de Antonio Ramos a Carlos Pastore, Buenos Aires, ago. 3, 1948. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[29] Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, mar. 2, 1946. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[30] Carta de Carlos Pastore a Antonio Ramos, Montevideo, ago. 9, 1948. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[31] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6, 2019), 22:19’ - 27:54’.

[32] Carta de Leslie B. Rout Jr a Carlos Pastore, Minneapolis, ago. 27, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25. La carta está originalmente en inglés, la traducción es del autor.

[33] Carta de Marcial Riquelme a Carlos Pastore, Minneapolis, ago. 28, 1964, APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.

[34] Carta de Carlos Pastore a Marcial Riquelme, Montevideo, nov. 10, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.

[35] Carta de Carlos Pastore a Leslie B. Rout Jr., Montevideo, nov. 10, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.

[36] Carta de Leslie B. Rout Jr. a Carlos Pastore, Minneapolis, dic. 7, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.

[37] Carta de Carlos Pastore a Leslie B. Rout Jr., Montevideo, dic. 22, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25.

[38] Resulta interesante la relación mantenida entre Pastore y Cardozo, pues si bien fue un interlocutor constante durante las décadas de 1940 y 1950, las diferencias políticas en torno a la participación o no del liberalismo en las elecciones de Stroessner los distanciaron. En 1964 escribía a otro paraguayo exiliado, Carlos Burgstaller –radicado en Caseros, Buenos Aires– señalando que «La mala semilla esparcida por Gerónimo Riart, Efraím Cardozo y Gustavo González, ha dado los frutos del mal que hoy alimenta la confusión general que nos hace aparecer, falsamente, como un pueblo que ha renunciado a su derecho de ser libre y soberano. Pero todo esto pasará pronto y se verá claro la falsedad del planteamiento que sostiene la posibilidad de conquistar la libertad aceptando la ley y el derecho del tirano que afirman la obligación de obediencia del pueblo a su mandato arbitrario y su derecho de no ajustar sus actos a la ley», Carta de Carlos Pastore a Carlos Burgstaller, Caseros, dic. 23, 1964. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 25. Tras el alejamiento de Pastore del Partido, la temática historiográfica los volvió a reencontrar, en particular las investigaciones sobre los límites y territorios de Paraguay, relacionados al debate público por las negociaciones por los Saltos del Guairá.

[39] Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Asunción, nov. 9, 1970. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[40] Carta de Carlos Pastore a Efraím Cardozo, Montevideo, nov. 14, 1970. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[41] Diploma de Carlos Pastore como ganador Concursos de Remuneraciones Literarias (1972), Montevideo, jun. 1974. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 28.

[42] Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore, Asunción, ene. 11, 1973. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[43] Carta de Carlos Pastore a Efraím Cardozo, Montevideo, ene. 20, 1973. APH-Py, Asunción, Colección Pastore, Caja N° 31.

[44] Susana Pastore Olmedo, «Entrevista a Susana Pastore Olmedo». (Matías Borba Eguren; Asunción, Paraguay, sep. 6, 2019), 47:50’ – 50:00’.