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Foro Historias Locales: Rivera. Historia local en el lejano norte

Selva Chirico
CES, Uruguay

Claves. Revista de Historia

Universidad de la República, Uruguay

ISSN-e: 2393-6584

Periodicidad: Semestral

vol. 8, núm. 15, 2022

revistaclaves@fhuce.edu.uy



El departamento de Rivera no ha tenido tantos historiadores como hubiera ameritado su historia diferente a la del país en general. Los límites imprecisos, la ausencia de leyes que dieran validez y fortaleza al Estado, aun después de 1830; el vínculo histórico y natural a territorios Misioneros de Portugal o Brasil, sugieren que su pasado no puede estudiarse como la historiografía lo ha hecho hasta ahora, limitándose al territorio nacional. La frontera, en el sentido de contacto e interacción, requiere un enfoque de historia regional. Si el bioma pampa fue determinante en la época colonial, la conformación de los Estados Nacionales no evitó ni relación ni transculturación mutuas.

Hasta tiempos recientes, el pasado fronterizo sólo se estudiaba en y desde Montevideo, aunque los archivos brasileños también ofrecieran fuentes valiosas. El esfuerzo de investigadores de la región para cambiar esa realidad ha chocado contra las dificultades existentes para acceder a los repositorios montevideanos. Esta particularidad, que a priori se sabe entorpece el trabajo y la calidad de la investigación, también se presentan cuando se intenta estudiar en Brasil.

1. Carencias y obstáculos para acceder a fuentes

Los repositorios locales son escasos: el Registro Civil -al que le falta el primer libro-, el archivo de la Intendencia Departamental con grandes faltantes y la Biblioteca y Museo Municipal, donde existen periódicos de fines del siglo XIX y del XX -incompletos o no secuenciados- y las publicaciones sobre la historia de Rivera, no se encuentran en su totalidad. Un material hemerográfico valioso se puede consultar en el museo y biblioteca de la vecina Sant’Ana do Livramento, Brasil.

Los quinientos kilómetros de lejanía de los archivos principales se traducen en escollos difíciles de salvar: costos excesivos, escasa disponibilidad de tiempo real de permanencia para realizar estudios, proyectos que se dilatan por esas causas. A esto se une el hecho que la bibliografía existente localmente no es suficiente para profundizar y más que nada, actualizar conocimientos, sean historiográficos o metodológicos.

Carencias que viví personalmente en 1987 cuando estaba abocada al estudio de la explotación minera del área Cuñapirú-Corrales (1820 a 1914), con el único antecedente somero de Aníbal Barrios Pintos,[1] quien hizo el primer abordaje sobre las minas de Cuñapirú, luego ampliado en otra publicación posterior.[2]

Con las dificultades expresadas, la Biblioteca Nacional es el primer repositorio al que un investigador local puede recurrir, seguido del Archivo General de la Nación. En la ciudad de Rivera, solamente con fines estadísticos, el Registro Civil proporciona abundante información.

2. La producción historiográfica local

De las publicaciones riverenses iniciales se destacan Alvear J. Méndez y Waldemar Rodríguez Navarro. [3] [4] Ambos argumentaron con tenor político sobre la discutida fundación de la capital departamental: ¿1862 blanca o 1867 colorada?

Las publicaciones de autores de Livramento siempre aluden a Rivera, muchas veces utilizando fuentes brasileñas. Es el caso de Ivo Caggianni, periodista e historiador de Livramento.[5] Importantísima la historia del Frigorífico Armour, industria de trascendencia binacional, trabajo de Vera do Prado Lima Albornoz.[6] Marlon Aseff aborda el exilio en Rivera de brasileños perseguidos por su dictadura; así como el homicidio de 5 militantes comunistas fronterizos, cometido por un miliciano brasileño en plena línea divisoria, en 1950.[7] Y Liane Chipollino Aseff rescata la sociabilidad fronteriza entre 1830 y 1960.[8]

Por otro lado, tenemos las investigaciones llevadas a cabo por Eduardo Palermo, quien desde Rivera ha trabajado sobre diversos temas con un criterio netamente regional. [9]

Con el antecedente personal de los estudios sobre el área minera, junto a Nidia Hernández decidimos investigar la labor de la Nurse y Midwife inglesa Hannah (o Ana) Packer de Davison (1841-1930), tanto en la ciudad de Liverpool (Inglaterra) como sobre la población de Minas de Corrales y adyacencias.[10] No buscábamos una biografía encomiástica, sino que, a través de la microhistoria y bajo la guía de Ginzburg,[11] estudiar el personaje inmerso en sus medios inglés y corralense. Dos sociedades muy diferenciadas en las que trabajar: la victoriana urbana y la rural-minera. Por adherir a Ginzburg, se necesitó ser fieles a las fuentes, corroborarlas debidamente y evitar la tentación de dar validez documental a la tradición oral, de la que no obstante nos valimos y no despreciamos como guía de la investigación.

El registro de matrimonio de Ana Packer Smelt con Francis Vardy Davison celebrado en Santa Ernestina (entonces Tacuarembó), parecía probar la existencia, filiación y nacimiento de Ana en la localidad de Thirks, condado de Yorkshire, Inglaterra. Pero Packer no sólo había castellanizado su nombre, sino que «olvidó» una década al declarar su edad frente al Juez de Paz uruguayo, lo que nos desorientó en un comienzo y requirió una búsqueda más amplia y demorada en censos y registros ingleses.

La primera consulta telefónica a los archivos británicos sobre la forma de acceso a sus registros, fue contestada de la siguiente manera: «Hasta el S.XI no hay problema; antes de eso, es un poco más difícil». El contacto siguiente fue al director del Museo de Thirks,[12] quien investigó datos de Ana o Hannah: su familia, su adhesión a la «Sociedad de Amigos» cuáquera; la actividad de su primer esposo bancario y el cambio de vida que enfrentó al enviudar. Aportó registros fotográficos de los sitios donde transcurrió la vida de la mujer enfermera en su pueblo natal. Los mensajes por mail fueron constantes durante más de dos años. Accedimos a las actas del Consejo Directivo del Royal Southern Hospital de Liverpool –donde se formó y trabajó llegando al puesto de Jefa de Enfermeras- en las que se asentaron el ingreso, la actividad laboral evaluada y la carta de renuncia que presentó en su momento.

Lo fundamental, entretanto, fue el ofrecimiento de tutoría de Patricia Ann Odber, Senior Lecturer del área de estudios hispánicos de la Universidad de Birmingham, Inglaterra. De ella recibimos dirección, asesoramiento y bibliografía profusa. Ese contacto con académicos ingleses que nos exigió un examen presencial en la Universidad de Birmingham para acreditar conocimientos y la actitud de disponibilidad de cada uno, nos estimularon a la tarea que insumió 5 años. La colaboración de académicos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación fue también invaluable.

La organización de archivos milenarios cuya consulta era muy fácil (porque eran de «después del S. XI»), nos convenció de la necesidad de introducir modificaciones a nuestros repositorios, en especial al Archivo General de la Nación, con acervos mucho más recientes y de acceso tan complicado para quienes hurgamos en ellos y, sobre todo, para quienes no estamos cerca. De la misma manera, tuvimos dificultades para acceder a los periódicos de la Biblioteca Nacional, recurso que con el tiempo se vio notoriamente disminuido. El proceso de digitalización los sustrajo del público por larga data y muchos luego no volvieron a estar a disposición de los usuarios. Una digitalización hasta el momento más que parcial y no secuenciada, limita la posibilidad de búsquedas.

Las vicisitudes de la investigación de tiempos pasados se han superado parcialmente. Hay avances, pero no los suficientes. Consultado un docente que se dedica a la investigación e integra un grupo de estudios históricos fronterizos,[13] nos manifestó que no disponía de otro tiempo para acceder a los archivos montevideanos que el de sus vacaciones, lo que naturalmente extiende los plazos de elaboración.

Disponer de recursos propios y falta de tiempo personal para planificar y conciliar entrevistas con tiempos ajenos, son también escollos claros. Nuestro consultado reconoce los avances tecnológicos de la Biblioteca Nacional, pero considera que el sistema es aún precario. Requiere permanencia in situ, obstaculizada por lo anteriormente mencionado y la escasez de material local. Aboga por becas económicas o disponibilidad de tiempo en las tareas docentes, para poder trasladarse y mantener estadía en Montevideo.

De esta manera, concluimos que el Norte sigue estando demasiado lejano. Lo fue en 1987, sigue siéndolo ahora. ◊

Notas

[1] Revista Rivera. 1862-1962. Álbum Conmemorativo Patrocinado por el Concejo Departamental de Rivera.
[2] Barrios Pintos, Aníbal. Rivera. Una historia diferente. Tomo II. Montevideo, Edición MEC/ Intendencia Municipal de Rivera, 1990.
[3] Méndez, Alvear J. Trabajo inédito, s/datos. Circa 1962-63. Originales en archivo personal.
[4] Rodríguez Navarro, W. Villa Ceballos Los que pusieron los cimientos. Historia de Rivera Tomo I. Edición de la Intendencia de Rivera, 1981.
[5] Caggianni, Ivo. Sant’Ana do Livramento, 150 anos. Livramento, Museu Folha Popular, 1986.
[6] Do Prado Lima Albornoz, Vera. Armour, uma aposta no pampa. Livramento, Pallotti/Graf, 2000.
[7] Aseff, Marlon. Retratos do exílio. Solidariedade e resistência na fronteira. Santa Cruz do Sul, Edunisc,2009.
[8] Chipollino Aseff, Liane. Memórias Boêmias. Histórias de uma cidade de fronteira. Santa Cruz do Sul, Edunisc, 2008.
[9] Palermo, Eduardo, Tierra esclavizada. El Norte uruguayo en la primera mitad del siglo 19. Montevideo, Tierra Adentro, 2013; Terra Brasiliensis. La región histórica del norte uruguayo en la segunda mitad del S. XIX, 1850-1900. Porto Alegre, FCM 2019.
[10] Hernández, N.; Chirico, S. Ana Packer. Construyendo el saber y hacer enfermero. De Inglaterra a Cuñapirú-Corrales. 1841-1930. Montevideo, 2004. Trilce.
[11] Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. El cosmos, según un molinero del siglo XVI. Barcelona, Muchnik Editores, S. A., 1997
[12] James Cooper Harding, Director del Museo de Thirks, no solo aportó documentos que gestionó en archivos ingleses, sino que luego de la publicación del libro, encabezó el movimiento que distinguió a su coterránea con una «Placa Azul», recordatorio de gran prestigio, situado sobre la casa que habitara.
[13] Mag. Prof. Dardo Velázquez, consultado el 17 de agosto de 2022. Integra un grupo de estudios de frontera, con actividades actualmente en suspenso. Obtuvo su Master en Educación Superior de la Universidad Europea del Atlántico con la tesis Perspectivas sobre la Educación por competencias y la privatización en Rivera, Uruguay.
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